Conflicto Bélico Español: Orígenes, Eventos y Repercusiones

Causas y Estallido de la Guerra Civil

Causas

El odio fratricida y la violencia explotaron en la Guerra Civil Española. Durante el conflicto (1936-1939), un bando apoyaba los rasgos de laicidad y ateísmo, mientras que el otro se movilizaba en defensa de la religión católica. Este podría haber sido el choque definitivo en la Guerra Civil entre las dos tradiciones del siglo XIX. Una era heredera del clericalismo y el tradicionalismo, representada por las jerarquías eclesiásticas y militares, la propiedad agraria y la Corona. La otra, heredera del capitalismo y el liberalismo, representaba la nueva sociedad industrial y urbana, partidaria de construir una sociedad moderna.

También hay causas más concretas y próximas. En 1932 se fraguó un complot contra la República en el que participaron los propietarios agrarios, la jerarquía eclesiástica y sectores militares y políticos, especialmente la Falange Española. Estos se sentían amenazados por la política republicana y las grandes leyes reformistas del primer bienio. También influyó el enfrentamiento entre las fuerzas políticas con poderes tradicionales y las formaciones de izquierda después del triunfo del Frente Popular.

El Levantamiento Militar

Antes del levantamiento, se había preparado un complot dirigido por Mola (el Director). Se reunían en la Unión Militar Española. Querían dar un golpe rápido y violento, con una represión destinada a detener a los partidos de izquierda y los sindicatos, donde eran más activas las organizaciones católicas y tradicionales. Se fueron añadiendo más personas del ala más derechista de la Confederación Española de Derechas Autónomas. El complot se precipitó con la muerte de José Calvo Sotelo el 13 de julio de 1936 en Madrid. El alzamiento se produjo el 17 de julio en Canarias (Alzamiento Nacional), dirigido por Franco. Franco fue a Marruecos en avión, donde se le sumó parte del ejército. Se produjo el paso de las tropas hacia la Península y el levantamiento.

La Extensión del Levantamiento por la Península

Los primeros resultados fueron desiguales. Tuvo éxito en Navarra, Galicia, Aragón, Mallorca… Vitoria y Álava cayeron en manos de los insurrectos debido a la actuación del general Ángel García Benítez y Camilo Alonso Vega. En Sevilla, Queipo de Llano se hizo con el control de la plaza con decisión. En Córdoba, Ciriaco Cascajo consiguió la rendición de las fuerzas de la República. En Oviedo, Antonio Aranda se sumó al levantamiento y resistió. En Barcelona, Manuel Goded Llopis se enfrentó a la oposición de las fuerzas de orden público y a la movilización popular. El Comité de Defensa Confederal asedió la Capitanía, donde estaba el jefe de los sublevados, Goded, que fue hecho prisionero. La noticia se escuchó en toda España y tuvo mucha repercusión.

La División del País en Dos Zonas

La idea de Mola era provocar un golpe rápido, pero fracasó. España quedó dividida, con una parte mayoritaria en poder de la República, pero también una parte muy importante en poder de los insurrectos. La República controlaba la Guardia Civil, parte de las tropas, la aviación y la armada. Azaña y Diego Martínez Barrio buscaron un acuerdo con los sublevados que evitara un conflicto mayor.

El Papel de las Islas Baleares durante la Guerra

La resistencia republicana en Mallorca e Ibiza fue dominada rápidamente y con contundencia. Mallorca contó con el apoyo del caciquismo y la Iglesia, así como de Joan March, un banquero y comerciante que había sido juzgado por la República y que ofreció todo su apoyo a los sublevados. Solo Menorca quedó en poder de la República, por ser un punto estratégico. Se organizó una expedición para recuperar el archipiélago, dirigida por Alberto Bayo, que creó un contingente heterogéneo formado por milicianos. En 1937, Mallorca fue dominada por los fascistas italianos, que establecieron una base aérea y amenazaron el mar. El 8 de febrero de 1939, las tropas franquistas conquistaron Menorca sin resistencia.

Desarrollo de la Guerra

Una Guerra Larga y Cruenta

Se enfrentaron dos bandos, el nacional y el republicano, durante tres años. Fracasó el levantamiento rápido y el asalto a Madrid, y se convirtió en una guerra de desgaste. El país quedó dividido en dos zonas: la zona rebelde (Baleares, Canarias, las posesiones africanas y casi toda la parte occidental de la Península) y la zona republicana (Madrid, zonas mineras e industriales, Cataluña, Castilla-La Mancha…). Las primeras operaciones militares se orientaron en cuatro direcciones:

  1. Controlar el estrecho de Gibraltar para poder llevar el ejército colonial hacia la Península.
  2. Desde Sevilla hacia el norte para conectar con las tropas de Mola.
  3. Ataque desde Navarra sobre Irún y San Sebastián para aislar la zona industrial.
  4. Ataque sobre Madrid y Toledo (general Yagüe).

Las tropas franquistas fracasaron en la batalla de Madrid, pero la ayuda de tropas alemanas e italianas les dio superioridad sobre las fuerzas republicanas, a las que detuvieron en Jarama y Guadalajara. La resistencia de Madrid sorprendió a todos.

Las Operaciones durante 1937

Franco utilizó a los instructores alemanes para formar nuevos militares para la guerra y organizó una movilización general de los jóvenes para prepararlos. En cambio, en el bando republicano se fue disolviendo parte del ejército, que tenía poca experiencia, estaba mal armado y carecía de disciplina. El desequilibrio se notó en 1937. La guerra se trasladó al norte, donde la resistencia republicana fue muy fuerte, por lo que se enviaron los mejores militares. El desgaste y el castigo fueron causados por la aviación de la Legión Cóndor, con el bombardeo de Guernica, que provocó un desastre. Se utilizaron los bombardeos como preparación antes de atacar las grandes ciudades. Bilbao cayó en manos de los rebeldes, dirigidos por Mola, el 19 de junio de 1937. Asturias cayó en manos del franquismo, y muchos soldados se escondieron en los bosques y organizaron grupos armados antifranquistas (maquis). En verano, las fuerzas republicanas contraatacaron en Brunete, lo que cogió por sorpresa al estado franquista, y en Belchite, lo que retrasó el avance de las tropas dirigidas por Franco. La superioridad del bando franquista en efectivos y material era incontestable. Esta superioridad se debía al relativo desbarajuste que imperaba en el bando republicano. Hasta 1937 no se empezó a crear un ejército popular regular.

La Guerra en el Marco Internacional

El enfrentamiento entre las dictaduras y las democracias parecía cada vez más inminente. Hitler ordenó atravesar el Rin, desafiando los acuerdos de la Primera Guerra Mundial, y las aspiraciones imperialistas de Mussolini le llevaron a una guerra en Abisinia. El Reino Unido promovió el Comité de No Intervención, que comprometía a las democracias firmantes a no ayudar a ninguno de los dos bandos en lucha. Alemania e Italia firmaron un pacto (Eje Roma-Berlín) y ayudaron al bando nacional enviando la aviación alemana y las tropas italianas. La República tuvo la ayuda de Rusia y México. El antifascismo organizó las Brigadas Internacionales. Los primeros brigadistas empezaron a llegar a España y lucharon en las principales batallas. Cuando la guerra estaba perdida, el gobierno republicano decidió prescindir de su ayuda. En las Brigadas Internacionales lucharon políticos e intelectuales como George Orwell, un escritor inglés que explicó su vivencia como soldado y su punto de vista.

La Difícil Vida en la Retaguardia

Los efectos de las guerras son devastadores para la población. La Guerra Civil fue la primera en la que se utilizaron la aviación y los bombardeos de forma sistemática. Además, los territorios pasaban de un bando a otro, y los controles cambiaban de sentido. La represión se planteaba como una revancha, y la población se vio atrapada por los dos bandos. Uno de los efectos más rápidos fue el miedo, que se extendió, y la gente no pudo huir, sino que se tuvo que ocultar. Los franquistas perseguían a obreros, sindicalistas, periodistas, maestros e intelectuales. En la zona republicana, eran perseguidos los miembros de la Iglesia católica, los religiosos, los industriales y los propietarios. El efecto más directo fue el hambre en la zona republicana. La alimentación se utilizaba en el frente, y los bombardeos agravaron la situación.

La Política en la Zona Republicana

Durante la guerra no se convocaron elecciones, pero la acción del gobierno se tuvo que mantener. Uno de los principales problemas que tuvieron los diferentes gobiernos republicanos fue su capacidad limitada. Otro problema fue la dificultad de mantener la sede del gobierno. El gobierno estuvo presidido por Francisco Largo Caballero, que se reservó el Ministerio de la Guerra. En 1936 integró en su gobierno a cuatro anarquistas: Joan Peiró, Juan López, García Oliver y Federica Montseny. Federica Montseny impulsó proyectos como la ley sobre el aborto. Largo Caballero luchó para constituir un ejército regular.

La Política en el Bando Franquista

La muerte en accidente de aviación de Sanjurjo permitió a Franco hacerse con el control del poder dentro del bando rebelde. Franco fue nombrado jefe del gobierno. El objetivo era centralizar la dirección de las operaciones militares y evitar las divisiones políticas internas. En 1937 se fundó la Falange Española Tradicionalista y de las JONS. El 31 de enero de 1938 se constituyó en Burgos el primer gobierno presidido por Franco. Franco contaba con la ayuda internacional de Alemania y del banquero Juan March, así como de compañías inglesas en el bando rebelde.

La Fase Final de la Guerra

El Estado de los Frentes

En 1937, los republicanos dominaban desde Almería hasta la frontera francesa, la mitad de Aragón y Castilla-La Mancha. La superioridad militar de los franquistas era indiscutible. En Cataluña, los bombardeos se sucedían sobre objetivos estratégicos. Franco mantuvo activo el frente de Madrid, pero las derrotas hicieron que se concentrara en el frente de Aragón, que se mantenía estable desde el inicio y era el más complejo y vital.

La Batalla del Ebro

La reconquista de Teruel por los franquistas terminó de decidir a la Generalitat a actuar en el sentido de controlar a los ejércitos de milicianos y crear un ejército regular. Después, Franco inició una ofensiva para aislar a Cataluña de Valencia y atacarla. En 1938, las tropas franquistas entraron y conquistaron Lleida, y el 5 de abril Franco suprimió el Estatuto de Autonomía de Cataluña. La represión franquista fue dura. El ejército republicano realizó un ataque sorpresa y desesperado para romper el frente. La noche del 25 de julio, llevaron las tropas a la orilla del Ebro y sorprendieron a los rebeldes, que se retiraron. Franco abrió las compuertas e inundó la parte baja del Ebro para dejar incomunicado al ejército republicano. Esta batalla fue la más importante de la guerra y provocó muchas pérdidas humanas. Negrín ordenó la retirada de las Brigadas Internacionales, y la derrota estaba más cerca. La derrota republicana en la batalla del Ebro significó la derrota en la guerra, y la República se desvaneció definitivamente tras la Conferencia de Múnich de septiembre de 1938.

La Ocupación de Cataluña y la Retirada

Cataluña estaba debilitada, y el ejército franquista atacó por el norte y por el sur, y la bombardeó. Su avance fue rápido e imparable. El 15 de enero de 1939 conquistó Tarragona, el 26 de enero Barcelona y el 9 de febrero llegó a la frontera. Su avance hizo que mucha gente huyera, tanto civiles como militares. La mayoría de los refugiados fueron recluidos por el Estado francés en campos improvisados en playas cerca de la frontera con España. Cataluña perdió casi un 5% del total de su población de 1936. Una vez caída Cataluña, el ataque a Levante fue rápido, y se produjo el asalto sobre Madrid. Los franquistas obtuvieron el control después de un mes de grandes tensiones dentro del bando republicano. El 1 de abril de 1939, Franco anunció su victoria y el fin de la guerra.

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