La Teoría de Marx: Capitalismo, Conflicto de Clases y la Promesa del Socialismo
Karl Marx pasó gran parte de su vida en Londres, donde quedó impresionado por la enorme capacidad de producción de las nuevas fábricas. No solo las sociedades europeas producían más bienes que nunca, sino que un sistema de comercio global canalizaba recursos de todo el planeta hacia las fábricas británicas a un ritmo vertiginoso. Marx se dio cuenta de que la riqueza se concentraba en manos de unos pocos: aristócratas y empresarios que vivían en mansiones, atendidos por la servidumbre, mientras que otros trabajaban jornadas larguísimas por un mísero sueldo y muchos morían por mala alimentación o enfermedades. A lo largo de su vida, Marx luchó contra una contradicción básica: en una sociedad tan rica, ¿cómo podía haber tantos pobres? Y, ¿cómo se puede cambiar esa situación? Su motivación era la compasión por la humanidad y buscó la forma de llevar a la sociedad a un nuevo orden social más justo.
El Conflicto Social como Motor de la Historia
El punto clave del pensamiento de Marx es la idea del conflicto social, la lucha entre los diferentes segmentos de la sociedad por los recursos económicos. La forma de conflicto social más significativa hace referencia a los conflictos entre las clases sociales, entre ricos y pobres, que nacían de la manera en que una sociedad produce sus recursos económicos.
Sociedad y Producción bajo el Capitalismo
El capitalismo industrial, según Marx, transformó a una parte de la población en:
- Capitalistas (minoría): Personas que eran propietarias de fábricas y otras empresas productivas. El objetivo de un capitalista son los beneficios, que resultan de vender un producto a un precio mayor del que costó producirlo.
- Proletarios (mayoría): Personas que proporcionan el trabajo necesario para hacer funcionar las fábricas y otras empresas productivas. Los trabajadores venden su trabajo a cambio de un salario.
Esto originó un conflicto que tiene su raíz en el propio proceso productivo. Para maximizar sus beneficios, los capitalistas deben minimizar los salarios, pero los trabajadores quieren que sus salarios aumenten, lo que implica una reducción de beneficios para los capitalistas. Esto da lugar a un conflicto inevitable que, según Marx, solo se puede remediar cuando los pueblos abandonen el sistema capitalista.
Todas las sociedades se componen de instituciones sociales, definidas como las esferas más importantes de la vida social, o los subsistemas de la sociedad, organizados para satisfacer las necesidades humanas básicas. Marx sostenía que una institución específica (la economía) domina a todas las demás cuando se trata de determinar en qué dirección se mueve una sociedad. Marx reivindicaba que todas las demás instituciones sociales importantes (sistema político, familia, religión) funcionaban bajo la influencia de la economía de una sociedad.
En consecuencia, Marx veía el sistema económico como la base o la infraestructura social (por debajo de). Otras instituciones sociales (familia, religión), que están construidas sobre este fundamento, forman la superestructura de la sociedad. Marx rechazaba, por tanto, el sentido común capitalista como falsa conciencia, una explicación de los problemas sociales fundamentada en los defectos de los individuos en lugar de los defectos de la sociedad. Marx decía que el capitalismo industrial es responsable de muchos problemas sociales y que la falsa conciencia oculta a sus víctimas lo que en realidad ocurre a su alrededor.
El Conflicto a lo Largo de la Historia
Marx estudió la manera en que las sociedades habían cambiado y observó que el cambio estaba parcialmente provocado por los avances tecnológicos, pero sustenta que la lucha entre los grupos económicos es el motor principal del cambio. Por ejemplo, en una sociedad de cazadores y recolectores, los recursos de la naturaleza estaban libremente disponibles y todos desarrollaban un trabajo similar, la posibilidad de conflicto social era muy reducida. Mientras que en sociedades agrícolas primitivas, los vencedores de las guerras esclavizaban a los vencidos, lo que alimentó el conflicto social.
El comercio creció de manera constante a lo largo de la Edad Media. Sus beneficios favorecieron a un conjunto de comerciantes y artesanos denominados burguesía. Así, los burgueses tomaron el control de las fábricas (siglo XVIII) y se convirtieron en capitalistas. La industrialización fomentó el desarrollo del proletariado. Los terratenientes transformaron los campos en campos de pasto para las ovejas, de las que se obtenía la lana necesaria para los futuros talleres textiles. Así, los siervos emigraron para trabajar en las fábricas, convirtiéndose en proletarios.
Capitalismo y Conflicto de Clases
Gran parte del análisis de Marx se centra en los aspectos destructivos del capitalismo industrial y por eso era partidario de derrocar las sociedades capitalistas. La idea de la clase social está presente en la crítica de Marx a la sociedad capitalista. El capitalismo industrial comprende dos clases sociales principales (los dominantes y los oprimidos) que reflejan las dos posiciones básicas en el sistema productivo. En cada caso, una clase controla a la otra como una propiedad productiva.
Marx empleó el término conflicto de clases para referirse al antagonismo entre las clases sobre la distribución de la riqueza y el poder en la sociedad. Por ejemplo, los nobles y siervos de las sociedades agrícolas estaban unidos por tradiciones antiguas y fue el capitalismo industrial quien disolvió esos lazos para obtener beneficios mediante la opresión.
Pero aunque el capitalismo industrial puso de manifiesto el conflicto de clases, Marx era consciente de que el cambio social no se produciría tan fácilmente. En primer lugar, los trabajadores deben tomar conciencia de su opresión y deben ver el capitalismo como su enemigo. En segundo lugar, deben organizarse y actuar para abordar sus problemas. Esto significa que los trabajadores deben reemplazar la falsa conciencia con la conciencia de clase, el reconocimiento por parte de los trabajadores de su unidad como clase en oposición a los capitalistas y, finalmente, al capitalismo.
Marx llegó a la conclusión de que los trabajadores industriales inevitablemente se levantarían en masa para destruir el capitalismo industrial. Pero, ¿y qué ocurre con los capitalistas? Marx veía un punto débil en ellos. Temían la competencia por parte de otros capitalistas. Así que pensó que los capitalistas se mostrarían reacios a organizarse y mantendrían bajos los salarios de los trabajadores para maximizar beneficios, lo que reforzaría a los trabajadores a forjar una alianza entre ellos.
La Revolución Socialista
Marx sostenía que la única manera de salir de la trampa del capitalismo era rehacer deliberadamente la sociedad. Se imaginó un sistema que reforzara los lazos sociales, más humano e igualitario. Llamó a este sistema socialismo. Estaba seguro de que los trabajadores tenían la llave para un futuro mejor. Este proceso sería revolucionario y así nacería una sociedad socialista cooperativa destinada a satisfacer las necesidades de todos.