1. La Formación de Bloques y las Tensiones Prebélicas
1.1 La Política Internacional y la Formación de Bloques
La política exterior europea del último tercio del siglo XIX estuvo dominada por el canciller alemán Bismarck, quien acabó con la idea de equilibrio entre las potencias del continente para imponer la preponderancia de Alemania. El sistema alemán se basaba en la Triple Alianza (Alemania, Austro-Hungría e Italia). Francia constituyó la Triple Entente, que englobaba a Serbia junto con Rusia y Gran Bretaña. Quedaron establecidos dos bloques que dividían Europa, y la amenaza de guerra fue clara debido a las denominadas crisis prebélicas.
1.2 Las Crisis Prebélicas
1.2.1 Las Crisis Marroquíes
Se produjeron dos grandes crisis:
- Crisis de 1905: Alemania ayudó a Marruecos a resistir frente al intento francés de establecer un protectorado sobre el país. Para llegar a una solución, se convocó en 1906 la Conferencia de Algeciras, donde se decidió establecer un protectorado franco-español sobre el país norteafricano, quedando Alemania privada de sus intereses.
- Crisis de 1911: Tras estallar una rebelión en el sur de Marruecos, Francia, para ayudar al sultán, envió soldados. Alemania, por su parte, trasladó barcos de guerra hasta el puerto de Agadir, con la intención de obtener territorios. Tras abandonar sus pretensiones sobre Marruecos, consiguió la ampliación de su colonia en Camerún.
1.2.2 Las Crisis Balcánicas
En los Balcanes se respiraba un ambiente de gran incertidumbre. Allí convivían diferentes pueblos, que despertaban un sentimiento nacionalista que entorpecía las aspiraciones que sobre la zona tenían las potencias europeas. Los enfrentamientos no tardaron en llegar, manifestándose en dos guerras balcánicas en 1912 y 1913.
1.3 Los Conflictos Permanentes entre Potencias
El clima político dominante en Europa durante la primera década del siglo XX era de tensión pacífica.
1.3.1 Los Enfrentamientos por el Dominio de Territorios
Los principales conflictos en este sentido fueron:
- Conflicto franco-alemán: Estuvo motivado por el deseo de revancha tras la guerra franco-prusiana y la derrota de Sedán, que acabó con la incorporación de Alsacia y Lorena a Alemania.
- Conflicto anglo-alemán: Las aspiraciones imperialistas de ambos países, por un lado, y la rivalidad industrial, comercial y naval, por otro lado, provocaron la lucha por el control del mercado.
- Conflicto germano-ruso: Las pretensiones territoriales de ambos países en los Balcanes eran coincidentes y generaron tensiones.
- Conflicto austro-ruso: Rusia apoyó las aspiraciones independentistas de los pueblos eslavos que se encontraban bajo el dominio de Austria.
1.3.2 Las Rivalidades Económicas
Desde el principio del siglo XX, Alemania se había convertido en una seria competidora debido al rápido desarrollo de su industria y al control de los mercados. El recelo entre ambas potencias crecía de una manera tal que incluso estaban dispuestas a defender sus intereses con armas.
1.3.3 Las Tensiones Ideológicas
Los movimientos nacionalistas fomentaron la xenofobia, mediante la prensa, y la carrera de armamentos. Como consecuencia, se hizo patente el sentimiento de la necesidad de una gran guerra como única solución para solventar todas las tensiones.
1.3.4 El Detonante de la Guerra
Gavrilo Princip, estudiante bosnio perteneciente al grupo nacionalista La Joven Bosnia, armado y ayudado por la sociedad secreta La Mano Negra, asesinó al heredero de la corona austríaca, el archiduque Francisco Fernando, y a su esposa cuando estaban de viaje en Sarajevo. Se especuló que el propio gobierno serbio estuviese implicado, pero no pudo comprobarse. Austria vio un momento propicio para acabar con el foco nacionalista serbio. Una vez asegurado el apoyo de Alemania, Austria envió un ultimátum a Serbia exigiendo el fin de la propaganda anti-austríaca, la supresión de las sociedades secretas y la investigación a funcionarios serbios. La sucesión de hechos como consecuencia no se hizo esperar. Primero las amenazas. Después, el 28 de julio de 1914, Austria declaró la guerra a Serbia; el 30 de julio, Rusia a Austria; el 1 de agosto, Alemania a Rusia, y el día 3 a Francia. Gran Bretaña decidió incorporarse el 4.
La prensa, la opinión pública y los distintos bandos implicados mostraron un gran entusiasmo ante lo que iba a ser un conflicto breve y justo que daría prestigio a los vencedores.
2. Desarrollo de la Primera Guerra Mundial
2.1 La Gran Guerra de Movimientos (1914-1915)
La primera fase de la guerra se desarrolló en dos frentes europeos, el occidental y el oriental. En el frente occidental, Alemania tenía previsto una campaña rápida y efectiva, para lo cual puso en práctica el plan Schlieffen, que consistía en derrotar primero a Francia para volverse después contra Rusia. Los alemanes avanzarían a través de Bélgica hasta el país galo, obligando a los franceses a capitular. El éxito de la acción radicaría en la rápida invasión de Bélgica. Sin embargo, los belgas decidieron oponer resistencia a las tropas alemanas, permitiendo así una mejor organización a Francia. El mariscal francés Joffre detuvo la ofensiva alemana tras la batalla del Marne, consolidándose, de esta manera, las posiciones francesas y ampliando la línea del frente desde Suiza al mar del Norte. Mientras eso ocurría en el occidente europeo, en el frente oriental los rusos avanzaban hacia Alemania, hasta que fueron frenados y derrotados en Tannenberg y Los Lagos Masurianos por los generales alemanes Hindenburg y Ludendorff.
2.2 La Guerra de Posiciones (1915-1916)
Entraron en esta fase nuevos países como Turquía y Bulgaria, del lado de la Triple Alianza, mientras que Italia, Rumanía y Japón lo hacían por la Entente. Adoptó entonces una nueva forma de lucha en los escenarios europeos: la guerra de movimientos se pasó a la guerra de posiciones o de desgaste, que tenían como objetivo la defensa de posiciones fijas por medio de las trincheras. Fuera del escenario europeo, en África, los alemanes perdieron el Togo, pero resistían en Camerún. Japón ocupaba las colonias alemanas del Pacífico y Turquía se enfrentaba a los rusos en Armenia, a Francia y a Gran Bretaña en los Dardanelos, Galípoli y Oriente Medio.
También fueron cruciales la guerra marítima y submarina. El Mar del Norte se convirtió en testigo de batallas como la de Jutlandia, que enfrentó a alemanes y británicos con un resultado incierto. La flota alemana se retiró a sus bases, pero incrementó los ataques submarinos y de minas. Los alemanes, para librarse del bloqueo marítimo, intensificaron la guerra submarina, torpedeando sin previo aviso a los buques que teóricamente transportaban suministros a los aliados, con el consiguiente hundimiento de barcos.
2.3 El Año 1917 y las Ofensivas de 1918
En 1917, el desengaño de la guerra era patente entre todos los contendientes. Pacifistas y socialistas generalizaron sus protestas, a las que se unieron las de los soldados del frente contra los responsables de la guerra. Sin embargo, dos hechos cambiaron el curso de la contienda: la retirada de Rusia y la entrada de Estados Unidos a favor de la Triple Entente. En Rusia, el estallido de la revolución bolchevique propició la firma de la paz con los imperios centrales. A finales de 1917, los soviéticos declararon concluido el estado de guerra y, en marzo de 1918, se firmó la paz de Brest-Litovsk. Los Estados Unidos, solidarios con la Entente, se vieron directamente implicados en el conflicto tras ser víctimas del bloqueo naval y la guerra submarina alemana, que impedía sus transacciones comerciales en el Atlántico y ocasionaba pérdidas económicas.
En 1918, los alemanes lanzaron una serie de ofensivas hacia París y el Río Marne, intentando obtener la victoria final antes de la llegada de las tropas de Estados Unidos. Los aliados, al mando del mariscal Foch, obtuvieron la segunda victoria en la zona del Marne, obligando a los alemanes a batirse en retirada. Guillermo II abdicó y se proclamó la República de Weimar, que negociaría y firmaría la paz. Los turcos cayeron en Oriente a manos de los aliados y el gobierno otomano pidió el establecimiento de la paz.