Conquista de Granada, Incorporación de Navarra y Declive del Imperio Español

La Conquista del Reino Nazarí y la Incorporación del Reino de Navarra

A partir de 1484, los Reyes Católicos emprendieron definitivamente la conquista de Granada. Primero conquistaron los territorios orientales (Ronda, Almería). Desde 1490, destruyeron la Vega granadina, al tiempo que rechazaron cualquier intento de Boabdil de abrirse camino hacia algún puerto para recibir refuerzos norteafricanos o de conseguir provocar una revuelta de los musulmanes ya sometidos. Se llegó a un acuerdo con Boabdil a finales de noviembre de 1491, con condiciones similares a las pactadas en capitulaciones anteriores: respeto a las formas de vida musulmanas, conservación de la religión y libre disposición de sus bienes. Finalmente, la Alhambra se entregó el 2 de enero de 1492.

La incorporación por conquista del Reino de Navarra se produjo durante la regencia del rey Fernando como gobernador de Castilla tras la muerte de Isabel y de su yerno Felipe. Navarra se regía por una dinastía con más intereses territoriales en Francia que en la Península. Las guerras entre Francia y España colocaron en difícil situación a los reyes navarros, aunque lograron preservar su neutralidad.

La incorporación de Navarra se hizo respetando sus leyes, fueros, privilegios y su ordenación institucional. En 1515, las Cortes castellanas aprobaron su integración a la Corona de Castilla.

Conquista y Civilización en América

La conquista de América se realizó en 50 años y se suele dividir en tres fases:

  • 1500-1520: Conquista de las islas del Caribe y las Antillas.
  • 1520-1550: Conquista de los imperios Azteca e Inca.
  • A partir de 1550: Conquista de los principales territorios.

Los conquistadores españoles, desde un primer momento, aceptaron a los indígenas como personas dotadas de alma y, por ello, centraron parte de su esfuerzo en adoctrinarlos y convertirlos a la religión, la cual creían que salvaría sus almas.

El papa Alejandro VI estableció la obligación de convertir a todos sus súbditos al cristianismo. Desde los primeros momentos, los eclesiásticos estuvieron presentes en las nuevas tierras, si bien con actitudes no siempre coincidentes. Sobre todo, su papel se enfrentaba con la realidad colonial que los conquistadores iban imponiendo y que no era otra que la explotación de las riquezas. A partir de 1537, las leyes de la Corona Española establecieron que los indígenas americanos no serían sometidos a la esclavitud, sino a un régimen de servidumbre denominado «encomienda», mediante el cual eran dados a «encomendados» españoles. La teoría y la práctica no se correspondieron. Frente a los abusos de los conquistadores, se alzaron voces que defendieron la igualdad de los indios y el respeto a su cultura, se promulgaron leyes (Leyes Nuevas) e incluso se buscó como solución la llegada de esclavos africanos.

El Ocaso del Imperio Español en Europa

Durante el siglo XVII, se produce el fracaso de la política imperial. Las causas son la escasez de dinero y tropas, y las revueltas internas. Las fases de esta política exterior son:

  1. Etapa de pacificación durante el reinado de Felipe III (Pax hispánica): Se firma la paz con Francia, Holanda e Inglaterra. Tregua de los Doce Años.
  2. Vuelta a las guerras internacionales: Felipe IV se ve obligado a ayudar a los Habsburgo de Austria e interviene en la Guerra de los Treinta Años. Los protestantes fueron derrotados en 1620, pero la guerra continuó afectando también a Flandes. Francia decidió participar directamente apoyando a los protestantes. Las batallas de las Dunas y Rocroi confirman la derrota de España, que firma la paz con las Provincias Unidas y reconoce su independencia. Los Países Bajos del sur continuaron perteneciendo a la monarquía española hasta principios del siglo XVIII. Francia se anexionó los territorios de Alsacia y Lorena, cerrando el llamado Camino Español. Todo esto llevó a una guerra abierta entre Francia y España. El Tratado de los Pirineos fue firmado por las coronas de las monarquías española y francesa en 1659, quedando la frontera entre los dos reinos en la línea del Pirineo. El acuerdo se sellaba también con un enlace matrimonial por el que Luis XIV se casaba con la infanta María Teresa de Austria. Este enlace sería la puerta de acceso de los Borbones al trono español al morir Carlos II. Luis XIV se apropió de parte de Flandes y el Franco Condado, hechos reconocidos en la Paz de Nimega. El fin del Imperio parecía consumado al producirse la muerte del rey español.

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