Consecuencias de la crisis del 98 en España
Los precedentes de esta crisis habría que buscarlos durante el sexenio democrático en el que se inserta el reinado de Amadeo de Saboya y la primera República. Se produce una insurrección en Cuba con el grito de Yara, conocida como la guerra de los 10 años donde reclamaban reformas, políticas y económicas así como el fin de las esclavitud. Esta guerra finalizó con la paz de San Juan en 1878. La crisis del 98 se desarrolla durante la época de la restauración monárquica y coincide con la regencia de María Cristina de Habsburgo. La situación en Cuba se había calmado tras la paz de San Juan que había puesto fin a la guerra de los 10 años, por lo que España se comprometía a llevar una serie de reformas tanto políticas como con el fin de las esclavitud. Sin embargo, el incumplimiento de estas promesas provocó un nuevo conflicto en 1895 bajo la dirección de José Martí con el grito de baile, se inicia la guerra de independencia de Cuba, durante los tres años siguientes, el ejército español era incapaz de acabar con este levantamiento. Tras el incidente de la explosión del Maine, un barco estadounidense, se producirá la intervención directa de los Estados Unidos que declaró la guerra a España. España pierde la contienda y con la firma del tratado de París en 1898 reconoce la pérdida de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam. Al año siguiente España vendió a Alemania las Carolinas y las Marianas, poniendo fin a su imperio ultramarino.
Consecuencias
- Nivel político: no hubo una gran crisis, se desató una lucha sobre la asunción de responsabilidades, periódicos acusaban a militares del desastre y los militares resistieron contra los políticos, pero el sistema de restauración sobrevivió al desastre.
- Punto de vista económico: no hubo una gran crisis, sino una pérdida de los mercados coloniales y de la deuda causada por la guerra. Se produjo una infracción que generó motines, ya que afectó a la gente más humilde. Hubo una repatriación de capitales, lo que redujo la deuda pública y una considerable inversión en la banca y en la economía peninsular.
- Socialmente: la derrota y pérdida de las colonias generó en la población un estado de descontento por la destrucción del mito español, en una situación donde Europa estaba construyendo varios imperios.
- Ámbito ideológico: sería aquí donde se produjo una crisis de conciencia nacional, que se manifestó desde una óptica cultural y política, criticando el sistema de restauración, dando lugar al regeneracionismo, una corriente de pensamiento que apoya la regeneración y modernización política y económica española, esta corriente contaba con el apoyo de las clases medias y sus ideales que quedaron plasmados en el pensamiento de Joaquín Costa.
Factores del lento crecimiento demográfico español en el siglo XIX
Durante el siglo XIX el crecimiento de la población española fue lento en comparación con otros países europeos. Según el censo de Godoy de 1797, España contaba con 10.5 millones de habitantes, mientras que en el de 1900 se contabilizaban 18.5 millones. Observando los movimientos naturales de población, España se encontraba dentro del ciclo demográfico antiguo, con una natalidad entre el 30 y el 35 % y una alta mortalidad del 30 %, dando como resultado un crecimiento natural del 0.5 por ciento anual. Esto se debe a las malas condiciones de vida, falta de higiene y medios sanitarios, además de las malas cosechas que provocaban crisis que favorecían a las epidemias. Esta mortalidad recibe el nombre de mortalidad catastrófica, en la que incluimos muertes de las guerras, de la independencia, carlistas, Marruecos y la de Cuba también fue provocada por el hambre en 1856-1857 y 1867-1868, epidemias de peste en 1854 y de cólera en 1855. En España se llegó a acusar a los frailes, por su relación con los carlistas, de envenenar los pozos para propagar la enfermedad, lo que provocó un enfado y que asaltaran los conventos. A finales del siglo en España entra el ciclo demográfico de transición, con una disminución de la mortalidad por las mejoras sanitarias e higiénicas y con el mantenimiento en la natalidad, hubo un crecimiento de la población. Otro aspecto de la evolución demográfica son las migraciones. España es un país de emigrantes. En cuanto a las migraciones internas se producen en este periodo y avanzan, impulsadas por la mecanización del campo, las desamortizaciones de los comunales y la incipiente industrialización en Cataluña, País Vasco y Madrid. Los emigrantes proceden del interior salvo Madrid, de provincias como Segovia, Guadalajara, Teruel y Soria hacia las industrias catalanas, vascas o madrileñas. Las migraciones externas son hacia el norte de África, en América (gallegos, asturianos, cántabros y vascos), en Europa (exiliados políticos como afrancesados y liberales). Los emigrantes a América y África lo hacían por causas económicas.