2.La independencia de las colonias americanas. Causas y desarrollo
El proceso de independencia de la mayoría de las colonias que España tenía en América a principios del Siglo XIX se prolonga entre el año 1808 y el año 1825, y es la consecuencia del triunfo de una serie de movimientos emancipadores que tienen su origen en diversas causas. Tradicionalmente la historiografía ha prestado especial atención al papel de los criollos en este movimiento. Denominamos criollos a los descendientes de españoles que ya han nacido en los territorios americanos y que sienten que esos territorios son su verdadera patria y no la metrópoli, de donde procedían sus antepasados. Los criollos constituían una clase social rica y poderosa y que controlaba la mayor parte de la economía de las colonias. Sin embargo esta clase social se sentía marginada con relación a los españoles que llegaban desde la Península pues estos eran los que ocupaban los cargos más importantes de la administración (tanto en los virreinatos como en las gobernaciones). Además se quejaban del trato discriminatorio que España tenía respecto a las colonias, especialmente por el control del comercio que se ejercía desde la metrópoli y que les impedía comercial libremente con otros países. Las fuertes cargas fiscales que recaían sobre los territorios coloniales constituían otra de las causas del malestar de esta población. Pero además del malestar de los criollos suelen citarse otras causas más recientes y que también incidieron de una manera decisiva en el estallido de las revueltas emancipadoras. A finales del Siglo XVIII se había producido la independencia de las colonias inglesas de América del Norte dando lugar al nacimiento de los Estados Unidos de América. Era evidente que este acontecimiento histórico no iba a pasar desapercibido para los americanos del Sur, que tuvieron a los Estados Unidos como un modelo a imitar. La extensión de las ideas ilustradas y liberales es otra de las causas que contribuyeron a este proceso. En este sentido es evidente que el triunfo de la Revolución Francesa tuvo un fuerte impacto en la América española y que muchos americanos consideraban que para crear un auténtico Estado liberal en América era necesario romper los lazos una España que seguía siendo un Estado absolutista. El despertar del liberalismo español en las Cortes de Cádiz y el reconocimiento de la igualdad de derechos entre los españoles peninsulares y los americanos pudo contribuir a debilitar el movimiento independentista en América. Sin embargo la vuelta al absolutismo con el regreso del Rey Fernando VII reactivó a los liberales americanos en su idea de la necesidad de una separación de España. Con todo, hay que decir que, tras el triunfo de estos movimientos, los países que surgieron no se convirtieron en estados liberales sino en estados bastante autoritarios. Como hemos comentado anteriormente el proceso de emancipación se prolonga entre 1808 y 1825 y en estos años hay que distinguir varias fases. La primera de ellas empieza con la llegada de las noticias sobre la invasión francesa de España. Las autoridades locales no aceptaron a José I como rey y, de la misma forma que en la península, se comenzaron a formar juntas para ocupar el vacío de poder. Algunas de estas juntas Buenos Aires, Caracas, o Quito) terminaron por no obedecer a la Junta Central Suprema e incluso alguna de ellas proclamó la independencia (como fue el caso de la de Paraguay). La situación parecía controlada tras la salida de las tropas napoleónicas de España y el regreso de Fernando VII al trono, pero a partir del año 1816 las revueltas se hacen cada vez más numerosas e intensas y comienzan a producirse en casi todos los territorios. Es en esta segunda fase, que se prolongaría desde 1816 y hasta 1825, cuando se desarrolla una auténtica guerra de independencia y cobran protagonismo los caudillos militares. Argentina proclama su independencia en el Congreso de Tucumán en 1816 y su ejemplo será seguido en otros lugares. Desde Argentina las tropas del general San Martín atravesaron los Andes y derrotaron a los españoles en las batallas de Chacabuco y Maipú, logrando la independencia de Chile. El segundo gran foco de las revueltas se localiza en Venezuela y está liderado por el general Simón Bolívar. Este se enfrentará exitosamente a las tropas españolas en Boyacá ( 1819 ) y en Carabobo ( 1821 ) dando lugar a la proclamación de la República de la Gran Colombia ( que luego se desintegrará en Venezuela, Colombia, y Ecuador ). En México la independencia llega de la mano de Agustín de Iturbide en 1821, seguida al poco tiempo por toda América Central. El último territorio en independizarse fue Perú. En ese caso, al no haber una revuelta interna de importancia, fueron las tropas procedentes de Ecuador y de Chile, lideradas por Antonio José de Sucre, las que consiguieron derrotar a los últimos restos del ejército español en América en la batalla de Ayacucho, tras la cual se produce la independencia de Perú. Una vez se produzca la independencia de Bolivia en 1825 España solo mantendrá en América las islas de Cuba y de Puerto Rico ( tras la venta de Florida a los EE.UU ).