La Constitución de 1812: Características Esenciales
La Constitución de Cádiz, aprobada el 19 de marzo de 1812, festividad de San José, conocida por eso como «La Pepa», es la primera Constitución propiamente española. El Estatuto de Bayona de 1808 fue una «Carta Otorgada» con influencias napoleónicas. La Constitución de 1812 se aprobó en el marco de la Guerra de la Independencia (1808-1814), como respuesta a las intenciones invasoras de Napoleón Bonaparte. Este, aprovechando los problemas dinásticos entre Carlos IV y Fernando VII, aspiraba a crear en España una monarquía satélite, destronando a los Borbones y coronando a su hermano José Bonaparte.
Durante la guerra, los patriotas formaron juntas de defensa locales, base de la Junta Central Suprema en Aranjuez. En 1810, se convocaron Cortes en Cádiz, una de las pocas ciudades no invadidas. Se mantuvo el Consejo de Regencia, que preservaba los derechos de Fernando VII. La elección de diputados fue compleja, optándose por sustitutos, en su mayoría de ideas liberales. Las Cortes, con unos 300 miembros de la burguesía liberal, aprobaron en su primera sesión (24 de septiembre de 1810) la formación de una cámara única y el principio de soberanía nacional. Se proclamó a Fernando VII como rey y se plantearon objetivos clave: reformar instituciones, establecer un nuevo gobierno, renovar el sistema político y redactar una constitución.
Obra Legislativa de las Cortes de Cádiz
Además de la Constitución, las Cortes desarrollaron una importante obra legislativa que contribuyó a la destrucción del Antiguo Régimen:
- Liberalismo económico: Libertad de contratación en campos y fábricas, declive de los gremios.
- Obra desamortizadora: Expropiación de bienes de conventos suprimidos por José I, lucha contra las «manos muertas».
- Abolición de los señoríos jurisdiccionales (1811): Igualdad jurídica, eliminación de restos del feudalismo.
- Libertad de imprenta y de expresión.
Ideologías Enfrentadas en las Cortes
En las Cortes existían dos bandos ideológicos: absolutistas y liberales. Los absolutistas defendían el trono, la amortización de bienes, los privilegios y la alianza entre monarquía e Iglesia. Los liberales buscaban libertades, derechos, división de poderes, una sociedad de clases y una economía de libre mercado. Destacaron en la Comisión Constitucional D. Diego Muñoz Torrero (presidente) y D. Agustín Argüelles (redactor del Proyecto de Constitución).
Principios Fundamentales de la Constitución de 1812
La Constitución de 1812, «La Pepa», promulgada el 19 de marzo de 1812, recoge:
- Libertades y derechos: Igualdad ante la ley, libertad de imprenta y expresión, libre comercio, supresión de gremios e Inquisición, inviolabilidad del domicilio y del rey, abolición de la tortura y señoríos, eliminación de privilegios.
- Principios rectores: Soberanía nacional, monarquía limitada, catolicismo como religión única, sufragio universal masculino indirecto (mayores de 25 años, sistema escalonado).
- Administración: Local y provincial (ayuntamientos y provincias), con un jefe político nombrado por el rey y una Diputación para el ámbito económico.
- Fuerzas armadas: Milicia Nacional.
- Educación: Escuelas municipales.
División de Poderes
- Poder legislativo: Cortes monocamerales, representación de la soberanía nacional. Mandato inviolable de los diputados.
- Poder ejecutivo: Gobierno que responde ante las Cortes y el rey. El rey es inviolable, la corona hereditaria, sanciona leyes y tiene capacidad de veto durante dos legislaturas.
- Poder judicial: Tribunales de justicia. Unidad de códigos en materia criminal, civil y comercial.
La Constitución de 1812, la primera en España y la tercera del mundo, es crucial por suponer la ruptura con el Antiguo Régimen. Tuvo corta vigencia (1812-1814), terminando con la vuelta de Fernando VII y el decreto de Valencia. Volvió a estar vigente durante el Trienio Liberal (1820-1823). Su influencia perduró en la política nacional hasta 1868 e indirectamente durante el resto del ciclo liberal.
Causas de la Guerra de Sucesión Española y Bandos en Conflicto
La muerte sin descendencia de Carlos II de Austria desencadenó un conflicto nacional e internacional por la sucesión entre el archiduque Carlos de Austria y Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Borbón.
Según el testamento de Carlos II, Felipe fue proclamado rey. La casa de Austria no lo aceptó y la Corona de Aragón (Aragón, Valencia, Cataluña y Mallorca) se rebeló.
Así comenzó la Guerra de Sucesión Española (1702-1715). Se enfrentaban dos modelos de Estado: el pactista de los Austria, que respetaba las instituciones forales, y el absolutista y centralizador de los Borbones, importado de Francia.
Castilla apoyó a Felipe de Borbón, mientras que la Corona de Aragón apoyó a los Austrias. La Paz de Utrecht (1713) instauró la dinastía borbónica con Felipe V.
La Herencia de Carlos II y la Guerra de Sucesión: Detalles Adicionales
Los Pretendientes al Trono Español
A la muerte de Carlos II, dos sobrinos aspiraban a la corona: el archiduque Carlos de Habsburgo y Felipe de Anjou. Carlos II, buscando la protección de Luis XIV de Francia, nombró heredero a Felipe de Anjou. El nuevo monarca no podría ser rey de Francia y España simultáneamente y debía mantener íntegros los territorios de la monarquía.
Conflicto Internacional
Las potencias europeas temían que una misma dinastía controlara Francia y España. En 1701, se creó la Gran Alianza de La Haya (Austria, Inglaterra, Provincias Unidas) contra los Borbones, declarando la guerra a Francia en 1702. La Guerra de Sucesión fue un conflicto internacional con escenarios en las fronteras de Francia, colonias americanas y la Península Ibérica, donde adquirió carácter de guerra civil.
Guerra Civil en España
Los reinos y territorios se dividieron:
- Felipistas o borbónicos: Mayoría en Castilla, a favor de la centralización. Apoyo de sectores populares. La nobleza castellana recelaba de los Borbones.
- Navarra, País Vasco y la Corona de Aragón (especialmente Cataluña): Apoyaban al candidato Austria, que defendía un modelo confederal basado en el pactismo.
Desarrollo de la Guerra
- Inicialmente, la Liga antiborbónica tuvo ventaja. La armada inglesa estableció bases en Gibraltar y Menorca. Carlos de Habsburgo entró en Madrid, pero el ejército borbónico recuperó territorios (Valencia y Aragón).
- En 1711, el candidato austriaco se convirtió en emperador de Austria. Inglaterra y la Gran Alianza perdieron interés, temiendo una situación similar a la de Carlos V.
Se firmó la Paz de Utrecht. Los aliados se retiraron de Cataluña y Baleares, que continuaron la guerra hasta su derrota (1714-1715). Menorca y Gibraltar quedaron en manos inglesas. Luis XIV permitió el reparto de los territorios de la monarquía española, incumpliendo el testamento de Carlos II.