Constitución de 1931
El 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República Española. El Gobierno Provisional convocó elecciones a Cortes Constituyentes y encargó la elaboración de un anteproyecto constitucional. Las Cortes, constituidas tras las elecciones ganadas por el bloque republicano-socialista, designaron una comisión de parlamentarios, presidida por el prestigioso catedrático de derecho penal Luis Jiménez de Asúa, para la elaboración de otro proyecto de Constitución. Fue aprobado el 9 de diciembre como Constitución de la República Española.
La nueva Constitución, por su inevitable sentido progresista, conectaba con los textos tradicionales de parecido signo, como los de 1812, 1869 y el proyecto de 1873. También se inspiraba en líneas más actuales, como la Constitución de México de 1917 y la de Weimar de 1919.
La Constitución proclamaba la soberanía popular y contenía una declaración de derechos sociales, económicos y laborales que ampliaban las clásicas libertades. Entre estos derechos cabe citar:
- El divorcio.
- Reconocimiento de los hijos habidos fuera del matrimonio.
- Limitaciones al derecho de la propiedad en cuanto a su función social.
- Sufragio universal directo, igual y secreto.
- Consideración del trabajo como un deber social.
Se justificó la separación entre la Iglesia y el Estado, la aconfesionalidad de este, la libertad de culto y la enseñanza laica.
La unidad política se tenía que conjugar con las tendencias autonómicas regionales, y así se creó la teoría del Estado integral o federable. La Constitución en sí no concedía ninguna autonomía, sino que sentaba las bases para las mismas.
Se reconocía un sistema unicameral en el que residía el poder legislativo, siendo el Parlamento el depositario de la soberanía popular, cuyos miembros serían elegidos por sufragio universal directo y secreto por un periodo de cuatro años.
Los diputados de las Cortes Constituyentes, más un número igual de compromisarios elegidos por sufragio universal, elegían a su vez al Presidente de la República, quien contaba entre sus facultades con la de disolver el Parlamento, solo por dos veces durante su mandato. El primer acto de las Cortes que siguieran a la segunda disolución sería el de juzgar la necesidad del decreto que significaba la destitución del presidente.
La creación de un Tribunal de Garantías Constitucionales, encargado de resolver los recursos de inconstitucionalidad de las leyes, de amparo de las garantías individuales, los conflictos de competencias legislativas y los que enfrenten a las regiones autónomas entre sí o a estas con el Estado, de entender de las responsabilidades criminales del jefe del Estado, Presidente del Consejo y ministros, y de los más altos cargos de la administración de justicia, es otra de las novedades que recoge la Constitución.
Funcionaría un Tribunal Supremo cuyo presidente sería nombrado por el de la República a propuesta de una asamblea nombrada al efecto.
El Bienio Reformista
El gobierno formado por republicanos de izquierdas y socialistas, presidido por Manuel Azaña, impulsó el mayor número de reformas que tenían como finalidad una modernización del país, casi espontánea, y que afectaron a todos los sectores.
1. Reformas sociolaborales
Tomadas por el ministro de Trabajo, Francisco Largo Caballero:
- Declaración del Primero de Mayo como día festivo.
- Fijación de un salario mínimo.
- Creación de los Jurados Mixtos.
En el mundo rural, el gobierno intentó proteger a los más desfavorecidos, los jornaleros, con diferentes normas:
- Obligación de cultivar todas las parcelas.
- Prohibición de introducir maquinaria.
- Limitación de contratación de jornaleros de fuera del municipio.
- Solicitud de reducción del pago de las rentas para los arrendatarios.
Todas estas medidas tuvieron también un efecto negativo dentro del mundo rural, aumentando los enfrentamientos entre propietarios y trabajadores y la hostilidad contra los terratenientes, llegando los jornaleros y arrendatarios a ocupar los terrenos de pastos por el decreto del cultivo de todas las parcelas.
2. La reforma militar
La transformación fue realizada con una doble intención:
- Someter a los mandos del Ejército para impedir su intervención en la vida política española.
- Modernizar el Ejército y suprimir su gasto adecuándolo a las necesidades reales del país.
Con la primera medida, Azaña logró reducir el número de oficiales del ejército; muchos aceptaron el retiro con paga completa. Aunque no llegó a depurar los mandos del ejército de las tendencias más derechistas, conformándose con la promesa de fidelidad a la República.
Con la segunda, retiró de la intervención interna al ejército, creando la Guardia de Asalto, una policía antidisturbios encargada de mantener el orden interno en las ciudades.
3. La reforma educativa
Se aumentó la inversión en educación en un 50%, se construyeron numerosas escuelas, se introdujo la enseñanza mixta y se fomentó la enseñanza secundaria y la investigación en la Universidad. Para todo ello, se creó un nuevo impuesto sobre las rentas individuales.