Construcción y Legado del Franquismo: Ideología, Apoyos y Transición a la Democracia

La Creación del Estado Franquista

Fundamentos Ideológicos, Apoyos Sociales, Evolución Política, Coyuntura Exterior y Exilio

Fundamentos Ideológicos

El poder dictatorial, personal y vitalicio de Francisco Franco como Jefe del Estado, Presidente del Gobierno, líder del partido único y generalísimo de los ejércitos fue el eje del régimen político surgido tras la Guerra Civil española, basado en sus convicciones personales:

  • Disciplina y jerarquía militar extendida a todos los ámbitos sociales.
  • Conservadurismo antidemócrata.
  • Providencialismo católico, que le llevó a la idea de ser el salvador de la patria amenazada por liberales, masones, anarquistas, judíos, socialistas y comunistas.
  • Concepción histórica de España como nación imperialista, basada en la unidad territorial.

Trasladadas estas convicciones a la construcción del Estado franquista, sus fundamentos ideológicos fueron:

  • Concentración de todo el poder político en manos de Franco.
  • El nacionalsindicalismo como soporte ideológico inspirado en la doctrina falangista.
  • Anticomunismo (favorecido durante la Guerra Fría), antiparlamentarismo, antiliberalismo y algunos rasgos fascistas como símbolos, uniformes, saludos y la existencia de organizaciones paralelas (Sección Femenina, Frente de Juventudes, Organización Juvenil Española – OJE).
  • La moral y la religión católicas como legitimadoras de la dictadura (Nacionalcatolicismo).
  • La defensa de la unidad de la Patria, inspirada en lo castellano.
  • El tradicionalismo histórico como espejo del régimen: reconquista, imperio, símbolos del pasado glorioso (águila imperial, yugo y flechas).
  • El predominio de lo militar en la sociedad (Militarismo).

Apoyos Sociales

El régimen franquista contó con diversos apoyos sociales:

  • Oligarquía terrateniente y financiera: grandes beneficiados del régimen.
  • Clases medias rurales de Castilla y del norte peninsular: profundamente católicas y representantes del orden y los valores tradicionales.
  • Nota: Ni la clase obrera ni las clases medias urbanas se identificaron con la dictadura, aunque el temor a la represión supuso la carencia de una oposición visible.
  • Ejército: apoyo más decidido y permanente, ocupando altos cargos administrativos.
  • Iglesia: legitimó el régimen ante la opinión católica internacional. A cambio, obtuvo concesiones en educación y presencia en altas instituciones (Concordato con la Santa Sede en 1953). Nota: El apoyo de la Iglesia no fue monolítico, hubo discrepancias con el catolicismo catalán y vasco, y tras el Concilio Vaticano II, parte de la jerarquía y el clero se distanciaron.
  • Falange y Carlismo: pilares ideológicos del régimen. La Falange, muy activa al principio, se encargó de propaganda y adoctrinamiento. Desde 1958, se impuso la denominación Movimiento Nacional.

Todos estos grupos contribuyeron a la desmovilización política de la sociedad española.

Glosario

Frente Popular

Coaliciones electorales de partidos de izquierda marxista y antifascista (socialistas, comunistas y, a veces, radicales) en la década de 1930, que abarcaban desde sectores de la clase media a fuerzas populares trabajadoras.

Comités Paritarios

Comités de obreros y empresarios para resolver conjuntamente conflictos laborales.

Brigadas Internacionales

Unidades militares compuestas por voluntarios extranjeros de 54 países que participaron en la Guerra Civil Española junto al ejército republicano, enfrentándose a los sublevados dirigidos por Franco, que recibieron ayuda de la Alemania nazi y la Italia fascista.

Transición a la Democracia y Constitución de 1978

El 20 de noviembre de 1975 murió Francisco Franco, siendo sucedido por el Príncipe Juan Carlos de Borbón, quien juró los Principios Fundamentales del Movimiento Nacional y fue proclamado rey. España entró en una nueva etapa, diferente a la que esperaban quienes pretendían la continuidad del franquismo. Tras una transición pacífica, se estableció una nueva España constitucional, acercándose al modelo de las sociedades europeas y occidentales.

El primer paso de este cambio fue la Constitución de 1978, que declaraba a España «Estado social y democrático de Derecho», fundamentando la convivencia en la unidad de la nación española, integrada por nacionalidades y regiones con derecho a la autonomía. Se reconoció el castellano como lengua oficial del Estado y se establecieron como oficiales las demás lenguas españolas en sus respectivas Comunidades Autónomas. Las declaraciones de derechos y libertades eran amplias, aludiendo a la Declaración Universal de Derechos Humanos. En lo social y económico, se reconocía la libertad de mercado, la posibilidad de planificación económica y la intervención del Estado en la propiedad por motivos de interés colectivo.

La Constitución diseñó un Estado moderno, con una nueva organización territorial: el Estado de las Autonomías. Aunque en algunos detalles se impuso la necesidad de consenso (como la mención explícita a la Iglesia Católica), la Constitución marcó el inicio de una era democrática en España.

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