Las Cortes de Cádiz (1810-1814)
Contexto Histórico
Las Cortes de Cádiz fueron una asamblea convocada en 1810 en la ciudad de Cádiz, en el contexto de la Guerra de la Independencia Española contra la ocupación francesa. Esta reunión fue fundamental porque un grupo de ilustrados, funcionarios, burgueses y clérigos, aprovechó la ausencia del rey Fernando VII para transformar la estructura política de España.
Objetivos de las Cortes
Se reunieron para establecer reformas que impulsaran una monarquía constitucional y liberal, en contraste con el absolutismo que había dominado hasta entonces. Durante estos años, los diputados redactaron la Constitución de 1812, conocida como «La Pepa».
La Constitución de 1812 («La Pepa»)
Importancia y Objetivos
Esta fue la primera Constitución en la historia de España, y su objetivo era modernizar el país. Proclamó principios avanzados como:
- La soberanía nacional (donde el poder residía en el pueblo y no solo en el rey).
- La división de poderes.
- La igualdad ante la ley.
Además, incluyó derechos como la libertad de prensa y eliminó instituciones y prácticas medievales que limitaban el progreso, como la Inquisición, los gremios, y los señoríos jurisdiccionales que mantenían a la nobleza con grandes privilegios.
Duración y Legado
Sin embargo, aunque fue un gran avance, esta Constitución tuvo una vida corta. Cuando Fernando VII regresó al poder en 1814, anuló las reformas de las Cortes de Cádiz y restauró el absolutismo, eliminando los cambios que buscaban modernizar España. Aun así, las reformas y las ideas de las Cortes de Cádiz tuvieron un impacto duradero en el pensamiento político español y en futuros movimientos liberales.
Análisis de la Constitución de 1812
Soberanía Nacional
El principio de soberanía nacional establecía que el poder máximo del país recaía en la nación, es decir, en el conjunto de los ciudadanos, representados en las Cortes, y no en el rey. Esto incluía a todos los ciudadanos españoles y americanos como iguales. Los diputados liberales querían un país sin privilegios de clase ni divisiones territoriales, eliminando estamentos y gremios. Así, se buscaba una comunidad de individuos iguales ante la ley y unidos bajo una sola autoridad nacional.
Estructura del Estado
La estructura del nuevo Estado era una monarquía limitada (no absoluta), con división estricta de poderes:
- El legislativo correspondía al rey junto con las Cortes.
- El ejecutivo, al rey, que presidía el gobierno.
- El judicial, a los tribunales de justicia.
(Se elimina la monarquía absoluta de derecho divino como forma de gobierno). El poder ejecutivo recaería sobre un Gobierno formado por siete secretarios de despacho que responderían ante las Cortes y el rey.
Las Cortes
Las Cortes, como representantes de la nación, asumieron el poder legislativo, es decir, la creación de leyes, en nombre de todos los ciudadanos.
- Composición: Eran elegidas mediante un sistema de sufragio universal indirecto, solo para varones mayores de 25 años.
- Funciones: Tenían amplias responsabilidades, como hacer leyes, decidir sobre la sucesión al trono, y aprobar tratados internacionales.
De esta forma, las Cortes representaban la soberanía nacional y eran una pieza clave en el nuevo sistema político. Se establecía el fuero único para todos los ciudadanos, salvo para eclesiásticos y militares. Se garantizaba una amplia serie de derechos fundamentales del individuo: igualdad ante la ley, inviolabilidad del domicilio, libertad de imprenta, sufragio, educación elemental, garantías penales y procesales, etc. No se reconocía la libertad de culto, sino que se imponía el catolicismo como religión oficial y única, que era una clara concesión del sector liberal al absolutista, muy sensible ante el tema religioso.
Administración Local
La Constitución de Cádiz organizó la administración local en dos niveles:
- Ayuntamientos: Gobiernos municipales responsables de obras públicas y ayuda social.
- Provincias: Unidades más grandes con un jefe político nombrado por el rey y una diputación que gestionaba los recursos y proyectos económicos locales.
Así, los ayuntamientos y provincias podían atender las necesidades locales mientras el jefe político representaba al gobierno central.
La Reacción Absolutista (1814-1833)
La Reacción del Absolutismo fue el periodo en el que el rey Fernando VII, tras volver al trono, anuló la Constitución de 1812 y restableció el absolutismo, eliminando las reformas liberales de las Cortes de Cádiz. En 1820, un levantamiento liberal logró que el rey aceptara nuevamente la Constitución, iniciando el Trienio Liberal (1820-1823), donde se intentaron retomar los cambios progresistas. Pero en 1823, con ayuda de los Cien Mil Hijos de San Luis (un ejército extranjero), Fernando recuperó su poder absoluto. El absolutismo se mantuvo hasta su muerte en 1833, en un clima de tensiones y persecuciones contra los liberales.
El Manifiesto de los Persas (1814)
El Manifiesto de los Persas fue un documento firmado en 1814 por un grupo de diputados españoles que pedían al rey Fernando VII restaurar el absolutismo, eliminando las reformas liberales introducidas por las Cortes de Cádiz y su Constitución de 1812.
Contexto
Al regresar Fernando VII al trono tras la derrota de Napoleón y el fin de la ocupación francesa, se encontró con un país dividido: los liberales querían mantener la Constitución y las reformas, mientras que los absolutistas buscaban restaurar el poder absoluto del monarca.
Propuestas del Manifiesto
En mayo de 1814, un grupo de 69 diputados absolutistas presentó el Manifiesto de los Persas a Fernando VII. En este documento:
- Criticaban las reformas liberales de Cádiz, argumentando que habían traído caos y desorden a España.
- Defendían el absolutismo: sostenían que España debía regresar a un gobierno tradicional en el que el rey tuviera el poder absoluto, sin interferencia de las Cortes ni de una constitución.
- Apelaban a la religión y a la tradición como fundamentos del orden, argumentando que el liberalismo rompía con los valores cristianos y con la historia política de España.
- Comparaban su situación con la de los antiguos persas, quienes, según ellos, habían defendido el poder de sus monarcas como sagrado e intocable, de ahí el nombre del manifiesto.
Consecuencias
Fernando VII utilizó el Manifiesto como base para anular la Constitución de 1812 y las reformas liberales. Restauró el absolutismo y persiguió a los liberales, imponiendo una política represiva que se mantuvo durante gran parte de su reinado. Este periodo de vuelta al absolutismo se conoce como la Restauración Absolutista y trajo años de conflicto entre liberales y absolutistas en España.
Las Independencias Americanas y el Estado Liberal
Las independencias americanas (1810-1825) estuvieron influenciadas por las ideas de la Ilustración y por procesos como la Revolución Francesa y la Constitución de Cádiz de 1812, que introdujeron el concepto de soberanía nacional. Las colonias americanas lucharon por sus derechos frente al dominio español, buscando autonomía política y económica. Con las independencias, América Latina se desligó de la monarquía española, y los nuevos países adoptaron constituciones republicanas basadas en el liberalismo, promoviendo la igualdad ante la ley, la división de poderes y la eliminación de privilegios estamentales. Este proceso también debilitó a España, que perdió sus territorios y recursos coloniales, lo que aceleró su transición hacia un Estado liberal con conflictos entre liberales y absolutistas que definirían su política en el siglo XIX.
Conceptos Clave
- Absolutismo: Sistema de gobierno en el cual el rey tiene todo el poder.
- Antiguo Régimen: Sistema social, económico y político que dominaba en Europa antes de las revoluciones liberales.
- Constitución: Documento que establece los principios fundamentales y las leyes básicas de un país.
- Criollo: Persona de origen español nacida en América.
- Desamortización: Proceso de expropiar tierras de la Iglesia para venderlas o distribuirlas.
- Inquisición: Institución de la Iglesia Católica que perseguía y castigaba a quienes se apartaban de la doctrina católica.