Crecimiento Económico de Estados Unidos en el Siglo XIX: Un Modelo de Expansión Acelerada

El Espectacular Crecimiento Económico de Estados Unidos en el Siglo XIX

Estados Unidos fue en el siglo XIX el ejemplo más espectacular de un rápido crecimiento económico nacional.

Consolidación como Estado Independiente y Expansión Territorial

En primer lugar, Estados Unidos se constituyó como estado independiente en 1776, tras la Declaración de Derechos y la victoria en la Guerra de la Independencia, y formó un gobierno federal democrático en 1789. A partir de ese momento, la población de origen europeo del nuevo estado comenzó un proceso de colonización hacia el oeste que prefiguró una continua trayectoria expansiva. La disponibilidad de un inmenso territorio, escasamente poblado por grupos indígenas de carácter nómada, y con enormes recursos (tierra, minerales, etc.) desencadenó un proceso permanente de conquista y colonización, sin las restricciones feudales o gremiales europeas. Desplazada la población indígena, los colonizadores de origen europeo pudieron disfrutar de la abundancia de recursos que redujo los conflictos distributivos característicos de Europa. Esos antecedentes históricos favorecieron un crecimiento de la población muy destacado. El primer censo federal de 1790 registró menos de 4 millones de habitantes. En 1870, después de haber alcanzado los límites de expansión continental, la población había aumentado a casi 40 millones, más que la de cualquier nación europea exceptuando Rusia. En 1915 la población sobrepasaba los 100 millones.

Crecimiento Demográfico: Natalidad e Inmigración

El crecimiento vegetativo fue significativo. La tasa de natalidad tendió a disminuir a lo largo de la primera mitad del siglo XIX, pero se mantuvo en niveles muy elevados: pasó de 45 por mil en 1800 a 38 por mil en 1860. Dada esta alta tasa de natalidad, aunque la mortalidad se redujo en menor medida que en algunas zonas de Europa, 20 por mil en 1865, el crecimiento vegetativo fue muy intenso. El número de habitantes nacidos fuera del país nunca supuso más de una sexta parte del total.

El número de inmigrantes anuales aumentó con rapidez, si bien de modo intermitente, desde 10.000 en 1820-25, a 300.000 entre 1847-1855, a más de 1 millón en los primeros años del siglo XX. Hasta 1870, la mayoría procedía de Gran Bretaña y Alemania, pero en 1900 Italia y los países del este de Europa fueron las naciones de origen de la mayor parte de los nuevos inmigrantes.

El Modelo de Crecimiento Económico

Las estadísticas disponibles nos permiten suponer que la renta media per cápita, cuando menos, se dobló entre la adopción de la Constitución (1789) y el estallido de la Guerra Civil (1861-1865).

  • Abundancia de Recursos: La primera causa que nos explica ese crecimiento de la riqueza es evidente: la abundancia de tierra y la riqueza de recursos naturales.
  • Progreso Tecnológico y Especialización Regional: Pero también operaron las mismas fuerzas que estaban actuando en Europa occidental: el rápido progreso tecnológico y la creciente especialización regional.

Innovaciones Agrícolas e Industriales

Los métodos agrícolas europeos, mejores que los americanos, daban mayor rendimiento por hectárea, pero los granjeros de Estados Unidos (incluso antes de la introducción del tractor) obtenían muchos mejores rendimientos por hombre/empleado, usando maquinaria relativamente barata. En este sentido, hay que destacar el desarrollo de la segadora-atadora de Cyrus McCormick patentada en 1834. En la industria, la situación era parecida.

En 1789, el año en que la Constitución entró en vigor, Samuel Slater llegó desde Inglaterra y al siguiente año, asociado a comerciantes de Rhode Island, estableció la primera industria fabril de América. En el norte y este se establecería el principal centro industrial moderno. Poco después, en 1793, el invento de la desmotadora de algodón de Eli Whitney marcó el rumbo que tomaría el sur de Estados Unidos como principal proveedor de materia prima de la industria manufacturera mayor del mundo.

La Industria Algodonera y la Producción en Serie

La industria algodonera de Nueva Inglaterra, después de experimentar notables altibajos antes de 1815, emergió en la década de 1820 como la principal industria de América y una de las más productivas del mundo, y como tal se mantuvo hasta 1860. A su sombra se desarrollaron otra serie de industrias, especialmente la de fabricación de armas de fuego mediante piezas intercambiables (otra innovación de Eli Whitney), que sentaron las bases de las industrias de producción en serie posteriores. Este modelo se fundamentaba en la estandarización del producto y en su elaboración a partir de piezas intercambiables.

La Era del Ferrocarril y la Integración en la Economía Internacional

La era del ferrocarril empezó casi simultáneamente en Gran Bretaña y Estados Unidos, si bien durante muchos años estos dependieron en gran medida de la tecnología, el equipo y el capital británico. No obstante, los promotores americanos no tardaron en aprovechar la oportunidad que este medio de transporte les proporcionaba. En 1840 la longitud de vías terminadas excedía no solo la de Gran Bretaña, sino la de toda Europa, y esa diferencia se mantuvo durante la mayor parte del siglo.

El análisis de la balanza de pagos de Estados Unidos hacia 1855 nos indica su modelo de integración en la economía internacional en esta primera etapa de la industrialización. La mayor parte de las exportaciones eran materias primas y alimentos (algodón en rama, 46%; productos cárnicos, 8%; tabaco, 8%; trigo y harina, 6%). Gran Bretaña absorbía el 45% de las mercancías de exportación estadounidense. Por otro lado, la mayor parte de sus importaciones eran productos manufacturados (hierro y acero, manufacturas de algodón y productos derivados de la lana). Los aranceles aumentaban el coste de las importaciones hasta en un 23%. Los principales suministradores de Estados Unidos eran Gran Bretaña (11%), Francia (12%) y Cuba (7%).

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