1. La Crisis de 1808: Guerra de Independencia y Comienzos de la Revolución Liberal
1.1. Antecedentes: España ante la Revolución Francesa
El reinado de Carlos IV (1788-1808) coincide con la Revolución Francesa (1789) y la entrada de propaganda procedente de Francia. Textos como la Declaración de los Derechos del Hombre o la Constitución francesa de 1791, junto con las ideas ilustradas de Rousseau, Voltaire y Montesquieu, que cuestionaban el absolutismo y defendían la igualdad ante la ley, la soberanía nacional y la división de poderes, comenzaron a difundirse en España.
Los primeros ministros de Carlos IV reaccionaron con temor ante la revolución:
- El conde de Floridablanca prohibió la entrada de libros y panfletos revolucionarios.
- En 1792, el conde de Aranda, tras presenciar la caída de la monarquía francesa y la proclamación de la República, intentó mantener la alianza y la neutralidad.
- A finales de ese año, Manuel Godoy, favorito de la reina María Luisa de Parma, ascendió al poder.
En marzo de 1793, Francia declaró la guerra a España por condenar la ejecución de los reyes franceses y no reconocer la República. Sin embargo, la política exterior de Godoy se orientó a conseguir la paz, acercándose a Napoleón. En 1795, España cambió de alianzas, y tras la negociación de Godoy, se firmó la paz en Basilea (Suiza). Godoy recibió el título de Príncipe de la Paz y firmó con Francia el Tratado de San Ildefonso (1796), aliándose contra Inglaterra y Portugal.
En 1800, Napoleón fue nombrado Primer Cónsul y, posteriormente, Emperador de los franceses (1804). Con su expansión por Europa, Napoleón pretendía dominar España y Portugal.
Durante el reinado de Carlos IV y el gobierno de Godoy, España sufrió una crisis económica y un desprestigio de la monarquía: mala coyuntura agraria, interrupción del comercio colonial por la guerra, bancarrota, descontrol del gasto público, etc. La población descontenta veía en Fernando, el príncipe heredero, una esperanza de cambio. Fernando, junto con un grupo de nobles (el partido fernandino), conspiró contra Godoy y sus padres.
Napoleón obligó a Godoy a firmar el Segundo Tratado de San Ildefonso (1800) contra Portugal, aliada de Inglaterra. España, en guerra con Portugal (Guerra de las Naranjas), se anexionó Olivenza y recuperó Menorca, aunque fue derrotada por Inglaterra en la batalla de Trafalgar (1805), perdiendo su flota.
1.2. La Guerra de la Independencia: Origen y Causas
En 1807, se firmó el Tratado de Fontainebleau entre España y Francia para invadir y repartirse Portugal. La presencia de tropas francesas en España generó descontento popular. En la corte, creció el partido fernandino, que conspiraba para derrocar a Carlos IV y a Godoy, y colocar a Fernando VII en el trono. Del 17 al 19 de marzo de 1808, se produjo el Motín de Aranjuez, que resultó en la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando VII. Napoleón los convocó a Bayona a finales de abril.
El 2 de mayo de 1808, con media España invadida, el pueblo de Madrid se levantó contra los franceses. El Bando del Alcalde de Móstoles declaró la guerra a Francia, seguido por otros pueblos y ciudades.
El 8 de mayo de 1808, tuvieron lugar las Abdicaciones de Bayona: Fernando abdicó en su padre, y éste en Napoleón. Un grupo de liberales españoles pro-franceses (afrancesados) elaboraron la Constitución de Bayona, una carta otorgada por Napoleón.
José I Bonaparte, hermano de Napoleón, llegó a Madrid como rey, apoyado por los afrancesados. Trató de implementar la Constitución de Bayona, que proponía reformas ilustradas. Napoleón interfirió en las decisiones de su hermano. En enero de 1809, Napoleón decretó, entre otras medidas, la disolución de la Inquisición, la reducción de conventos y la eliminación de barreras aduaneras interiores.
Ante el rechazo popular, surgió la resistencia y un poder paralelo: Juntas locales, Juntas provinciales y la Junta Suprema Central, que organizó la resistencia, buscando el regreso de Fernando VII. Se nombró una Regencia y se convocaron Cortes en Cádiz en 1810.
Los españoles se dividieron en dos bandos:
- Afrancesados: Vieron en Napoleón y José I la posibilidad de reformar España.
- Patriotas: Se dividían en absolutistas, liberales y jovellanistas.
1.3. Desarrollo Militar de la Guerra
El ejército francés, superior en número, se enfrentó a la resistencia popular y a la guerra de guerrillas. La resistencia española, con ataques por sorpresa, causó numerosas bajas al enemigo.
- Primera fase (hasta otoño de 1808): Resistencia española. Sitios de Gerona y Zaragoza. Victoria española en la batalla de Bailén.
- Segunda fase (noviembre de 1808): Entrada de Napoleón con la Gran Armée. Ocupación de casi toda España. Alianza anglo-española.
- Tercera fase (1809-1811): Guerra de guerrillas. Destacan guerrilleros como Espoz y Mina, El Empecinado y el cura Merino.
- Cuarta fase (1812-1813): Derrota de Napoleón en Rusia. Ofensiva hispano-inglesa liderada por el duque de Wellington. Batalla de Los Arapiles, victorias en Vitoria y San Marcial. Retirada de José I.
Napoleón firmó el Tratado de Valençay (1813), devolviendo el trono a Fernando VII.
1.4. Consecuencias de la Guerra
Las consecuencias fueron dramáticas:
- Medio millón de muertos.
- Exilio de los afrancesados.
- Pérdidas materiales y artísticas incalculables.
- Grandes pérdidas económicas.
- Aparición de un nuevo tipo de militar liberal.
La consecuencia positiva fue la Revolución Política liberal, con las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812, marcando el paso del Antiguo Régimen al Nuevo Régimen liberal.