Antecedentes y Manifestaciones de la Crisis de 1929
Los orígenes de la depresión que se expandió a partir de 1929 se localizan en Estados Unidos. Este país generó dos fuertes tensiones en el sistema económico mundial en un momento de gran vulnerabilidad. La primera sacudida fue la reducción del préstamo exterior en 1928-1929, y la segunda, el punto máximo del auge norteamericano en el verano de 1929. Estados Unidos y Francia fueron responsables del bloqueo inicial del préstamo extranjero. Las exportaciones de capital francés disminuyeron a la mitad en 1928 y desaparecieron en 1929, provocando una retirada de saldos franceses a corto plazo del exterior y la importación de oro. Esta acción introdujo tensiones en los principales centros de crédito, incluyendo Alemania, aunque los deudores de la periferia no se vieron tan afectados. La mayor desestabilización vino con el colapso del préstamo norteamericano. Las emisiones de capital norteamericano sobre cuentas extranjeras cayeron más del 50% entre la primera y la segunda mitad de 1928, generando un fuerte impacto deflacionista en la economía mundial. Los países deudores experimentaron una caída significativa en sus entradas de capital neto. En Alemania, el mayor prestatario, las importaciones de capital neto cayeron drásticamente. Este recorte en la financiación exterior provocó una disminución de la inversión interior, de las importaciones y de la actividad económica en general. El ajuste de los países deudores se complicó por el abrupto fin de la fase expansiva de la economía norteamericana en el verano de 1929, cuando se percibieron signos de agotamiento de las oportunidades de inversión, deteriorando la confianza en los negocios.
Estados Unidos: Roosevelt y el New Deal
En 1933, la situación económica en Estados Unidos seguía siendo dramática: millones de parados, crisis bancaria, y retroceso de la producción y el consumo. Roosevelt, aunque partidario de una economía liberal, abandonó la pasividad de la administración Hoover. Impulsó un plan de actuación para recuperar la actividad económica. Las primeras medidas se enfocaron en modificar la política monetaria. Prohibió las exportaciones de oro, abandonando el patrón oro, y favoreció una política monetaria expansiva con la emisión de billetes sin contrapartida en oro, devaluando el dólar. Estas medidas provocaron un alza de precios y una reactivación económica. Se promovieron entidades más capitalizadas y de mayor tamaño, se creó un sistema de seguro sobre los depósitos bancarios y se controlaron las operaciones bursátiles. Roosevelt también aprobó medidas intervencionistas en el sector agrario, como la ley de ajuste agrícola de 1933, para regular la producción y recuperar precios y rentas. Para reducir el desempleo, implementó un extenso programa de obras públicas. La Public Work Administration recibió un crédito de 3.500 millones de dólares para obras públicas y créditos a municipios. Se constituyó el Tennessee Valley Authority para grandes proyectos como presas. En la industria, promovió la National Industrial Reconstruction Act (N.I.R.A.) para reactivar la producción y estabilizar precios y salarios, pero en 1935 el Tribunal Supremo la declaró inconstitucional. Ante esto, Roosevelt fomentó el derecho a la negociación colectiva de los sindicatos obreros. Finalmente, la ley de seguridad social de 1935 estableció un sistema público de pensiones, jubilación a los 65 años, seguro contra el desempleo y otras ayudas sociales.
Francia
Los gobiernos franceses mantuvieron la disciplina del patrón oro a pesar de la recesión económica. Las políticas deflacionistas bloquearon la recuperación: se redujeron salarios, precios y gastos gubernamentales, y se impusieron restricciones al comercio. Estas medidas no generaron resultados positivos, y la producción y el empleo siguieron disminuyendo. La ineficacia de la política deflacionista se debió al mantenimiento del patrón oro en una época de devaluación general, lo que hizo que el peso del ajuste recayera sobre la economía interior. Los altos tipos de interés, junto a los descensos salariales y de precios, redujeron la inversión y el consumo. Estas consecuencias llevaron a la victoria de la coalición de izquierdas en 1936. El nuevo gobierno intentó un programa de recuperación inspirado en el New Deal, abandonando el patrón oro, devaluando el franco, implementando un programa moderado de obras públicas, aumentando salarios y reduciendo horas de trabajo. La economía francesa experimentó un estímulo temporal, pero el aumento del paro, la desconfianza en el franco y la recesión internacional llevaron a un nuevo estancamiento en la última mitad de 1937. La recuperación económica solo se logró con el aumento de los gastos militares.