La Crisis de la Monarquía Borbónica y la Guerra de la Independencia
El Reinado de Carlos IV (1788-1808)
El reinado de Carlos IV, influenciado por María Luisa de Parma, estuvo marcado por dificultades internas y el impacto de la Revolución Francesa. La política exterior española pasó por dos fases: primero, el enfrentamiento con Francia (1789-1795), y luego, la alianza con Francia contra Inglaterra (Tratado de San Ildefonso, 1796). Esta alianza llevó a una prolongada guerra contra los británicos y sus aliados portugueses. Mientras tanto, Napoleón iniciaba la ocupación militar de las costas europeas, buscando el colapso económico de Inglaterra. España y Francia renovaron su alianza con el Tratado de Fontainebleau, que incluía la invasión y reparto de Portugal, aunque Napoleón tenía intenciones de ocupar también territorio español.
Dificultades Internas
Las dificultades internas se centraron en la figura de Manuel Godoy, un valido detestado por la sociedad debido a su acumulación de poder. La crisis del absolutismo, el déficit financiero, la disminución de la llegada de plata americana, la inflación y el crecimiento demográfico generaron descontento popular. Godoy intentó paliar la situación con nuevos empréstitos, emisión de vales reales y una tímida desamortización de bienes eclesiásticos. El pensamiento ilustrado fue contestado por sectores reaccionarios, mientras que las ideas liberales, aunque minoritarias, ganaban fuerza. Las conspiraciones palaciegas contra Carlos IV y Godoy culminaron en el Motín de Aranjuez (1808), donde Carlos IV fue forzado a abdicar en favor de su hijo.
Los Comienzos de la Revolución Liberal: Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812
Acontecimientos Iniciales y Monarquía Bonapartista
Napoleón aprovechó el vacío de poder para atraer a los contendientes a Bayona, donde les obligó a renunciar al trono. José I Bonaparte fue nombrado rey, mientras las tropas francesas eran atacadas por la población. Las noticias de las abdicaciones de Bayona y la reacción popular llevaron al saqueo de armerías militares. Una minoría colaboracionista, los afrancesados, apoyó a José I. La monarquía bonapartista intentó establecer un marco legal con el Estatuto de Bayona, una carta otorgada que reconocía algunos derechos individuales y libertades, aunque reservaba la soberanía al rey.
La Guerra de la Independencia (1808-1813)
La Guerra de la Independencia fue un conflicto armado con tres fases diferenciadas. En la primera fase (1808), los españoles forzaron a los napoleónicos a evacuar Madrid. En la segunda fase (1809-1811), surgió la guerrilla como nueva forma de lucha. En la última fase (1812-1813), las derrotas napoleónicas en Europa permitieron a los españoles, con ayuda de Wellington, arrinconar a los franceses. La guerra dejó más de 500.000 muertos y graves daños en infraestructuras y economía.
Revuelta Política
Ante el vacío de poder por las abdicaciones de Bayona, surgieron las juntas, que asumieron el gobierno en la España de la resistencia. La soberanía recayó en el pueblo, y las juntas estaban formadas por los principales prohombres de cada localidad. En septiembre de 1808 se formó la Junta Central, que convocó a Cortes extraordinarias en Cádiz. Tras la disolución de la Junta Central, se formó una regencia de cinco miembros.