Crisis de la Restauración y el Regeneracionismo en España

Crisis de la Restauración (1875-1902)

Debilidad de los Partidos Políticos

El Republicanismo

El republicanismo sufrió una fuerte división. Emilio Castelar evolucionó hacia posturas cada vez más moderadas. Consideró posible que la monarquía asumiese alguno de los principios democráticos y creó el partido Republicano Posibilista. Ruiz Zorrilla evolucionó hacia un republicanismo radical que no descartaba la violencia contra la monarquía y fundó el partido Republicano Progresista. Salmerón rompió con el partido de Ruiz Zorrilla y creó el partido Republicano Centralista. Por último estaba el Partido Republicano Federal liderado por Pi y Margall, que fue el más aceptado y contaba con apoyo de las clases populares. El sufragio universal masculino comportó una revitalización del republicanismo y la formación de alianzas electorales como la Unión Republicana.

El Carlismo

Por otro lado, en 1876 se prohibió la estancia en España de Carlos de Borbón y el carlismo entró en crisis. Además la constitución de 1876 descartaba del trono a los borbones. Los carlistas mantuvieron sus fuerzas en Navarra, País Vasco y Cataluña, pero su influencia en el resto del territorio fue escasa. La renovación del partido corrió a cargo de Juan Vázquez de Mella, que propuso un programa conocido como Acta de Loredan. La propuesta carlista renovadora mantenía la vigencia de antiguos principios como la unidad católica, el fuerismo, la autoridad del pretendiente carlista y la oposición a la democracia pero ya no se manifestaba a favor del Antiguo Régimen. Ramón Nocedal fundó el partido Católico Nacional, que dejó de reconocer como rey a Don Carlos y se convirtió en un partido católico integrista. El partido carlista fundó una milicia, el Requeté, que adquirió importancia en la década de 1930. Además de estas dos fuerzas, los dos partidos políticos sufrieron escisiones sin mucha importancia.

El auge de los Nacionalismos

El Nacionalismo Catalán

El nacionalismo catalán se produjo por un crecimiento económico superior al de cualquier región española. La industrialización propició el nacimiento de una influyente burguesía que hizo de la defensa del proteccionismo un elemento aglutinador. Nació un movimiento conocido como la Renaixença cuyo objetivo era la recuperación de la lengua y de las señas de identidad catalanas. En 1880 se desarrolló el catalanismo político que tuvo varias corrientes: una basada en el tradicionalismo que tuvo como representante a Torras y Bages, y otra de carácter progresista y base popular alentada por Valentín Almirall, que fundó en 1882 el Centre Catalá. Se elaboraron las Bases de Manresa en 1892 que hizo que el regionalismo pasase a convertirse en nacionalismo. En 1901 se creó la Lliga Regionalista que fue el primer partido de Cataluña durante el primer tercio del siglo XX, que proponía reformas políticas y un estatuto de autonomía e integrado por burgueses moderados.

El Nacionalismo Vasco

El nacionalismo vasco tiene sus raíces en el carlismo ya que sus primeros líderes fueron carlistas. Surgió como reacción ante la pérdida de los fueros y por el desarrollo de una corriente cultural en defensa de la lengua vasca, lo que dio lugar a los movimientos de los euskaros. Su gran propulsor fue Sabino de Arana, que creyó ver un gran peligro para la subsistencia de la cultura vasca en la llegada de inmigrantes a la zona minera e industrial de Bilbao. Esta población de maketos ponía en peligro al euskera, las tradiciones y la etnia vasca. En 1895 se creó el Partido Nacionalista Vasco y Arana popularizó el nombre de Euskadi, una bandera propia y propuso un lema: «Dios y Ley Antigua». Este tenía un sentimiento católico y de defensa de la tradición y fue evolucionando hasta el autonomismo. Hubo otras fuerzas nacionalistas en Galicia, Valencia, Aragón y Andalucía.

La Guerra de Cuba y el Desastre del 98

Antecedentes de la Guerra

Tras la Paz de Zanjón los cubanos quisieron reformas que les otorgasen los mismos derechos que a los españoles, la participación en el gobierno de la isla y la abolición de la esclavitud, pero ninguna fue tomada en consideración. Se crearon dos partidos: el Partido Autonomista integrado por cubanos y la Unión Constitucional por españoles. El primero de ellos pedía autonomía para la isla y habían conseguido amplia representación en el Parlamento español y durante el gobierno de Sagasta se concretó la abolición formal de la esclavitud en 1888. Se propuso una reforma del estatuto colonial de Cuba pero no prosperó por los fuertes intereses económicos españoles. La ineficacia de la administración para introducir reformas estimuló deseos de emancipación y el independentismo fue ganando posiciones. En 1893 José Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano, cuyo objetivo era la independencia y consiguió el apoyo exterior, especialmente de EEUU. En 1891 el gobierno español elevó las tarifas arancelarias para los productos importados a la isla que no procediesen de la península; entonces el presidente norteamericano William McKinley protestó y amenazó con cerrar las puertas del mercado estadounidense al azúcar y al tabaco si el gobierno español no modificaba su política arancelaria. En 1879 se produjo la Guerra Chiquita, que fue la sublevación de los mambises y fue derrotada al año siguiente. Pocos años después el Grito de Baire en 1895 inició un levantamiento generalizado. La rebelión comenzó en Santiago de Cuba y se extendió rápidamente hacia La Habana.

Desarrollo de la Guerra

Cánovas envió un ejército al mando de Martínez Campos, que entendió que para pacificar la isla necesitaba la acción militar. No controló la rebelión y fue sustituido por Valeriano Weyler, que inició una férrea represión. Organizó concentraciones de campesinos, recluyéndolos en determinados pueblos sin contacto con los combatientes. Trató muy duramente a los rebeldes y a la población civil, víctima del hambre y de las epidemias. La guerra no era favorable a los españoles, que tenían que luchar en plena selva y contra fuerzas muy extendidas. Los soldados españoles no estaban entrenados ni contaban con los medios adecuados. La gran mortalidad hizo difícil la victoria. En 1897 Cánovas muere asesinado y Sagasta es el que tiene que hacer frente a toda la crisis. El nuevo gobierno eligió al general Blanco e inició una estrategia de conciliación. Para ello decretó la autonomía de Cuba, el sufragio universal masculino, la igualdad de derechos y la autonomía arancelaria. Pero los independentistas, que contaban con el apoyo estadounidense se negaron a aceptar el fin de las hostilidades. En Filipinas se produjo paralelamente una rebelión. Finalmente, el gobierno liberal de 1897 nombró capitán general a Primo de Rivera, que consiguió una pacificación momentánea del archipiélago.

Intervención de EEUU y la Paz de París

El interés de EEUU por Cuba había llevado a realizar diferentes proposiciones de compra de la isla que España había rechazado. El compromiso americano con la causa cubana se evidenció cuando McKinley apoyó a los insurrectos enviándoles armas. La ocasión para intervenir en la guerra la dio el incidente del acorazado estadounidense Maine, que estalló en el puerto de La Habana en 1898. EEUU culpó a España, enviándole un ultimátum, que España rechazó. España tenía inferioridad militar pero aceptó la guerra hispanoamericana, donde fue derrotada. En diciembre de 1898 se firmó la Paz de París en la cual España se comprometía a abandonar Cuba, Puerto Rico y Filipinas, que se convirtieron en protectorados norteamericanos.

Consecuencias del Desastre del 98

  • Crisis económica: por las pérdidas materiales en la colonia. Se hizo necesaria la recaudación a partir de un aumento de la presión fiscal.
  • Crisis política: aunque la Restauración sobrevivió con el turno dinástico, algunos de los nuevos gobiernos aplicaron ideas regeneracionistas.
  • Crecimiento de los movimientos nacionalistas.
  • Crisis moral e ideológica: causó un importante impacto psicológico en la población. La sociedad entró en un estado de desencanto y frustración por la destrucción del mito del Imperio español y la relegación de España a un papel de potencia secundaria, lo que generó un sentimiento pesimista. El antimilitarismo creció a la vez que el militarismo del ejército, que culpaba a los políticos.

El Regeneracionismo

El regeneracionismo fue impulsado por progresistas que se reunían en la Institución Libre de Enseñanza. Consideraban que la sociedad y política españolas estaban influidas en exceso por la doctrina católica. Su mayor representante fue Joaquín Costa, que fue el creador de la Liga Nacional de Productores, que fue un movimiento socioeconómico que agrupaba a las pymes. Defendían la necesidad de mejorar la situación del campo español y de elevar el nivel educativo y cultural del país.

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