Crisis de la Restauración y Alfonso XIII
En 1890, los conservadores volvieron al poder, pero en 1892 regresaron los liberales. A partir de 1895, Cánovas asumió la presidencia del gobierno hasta su asesinato en 1897. Durante este periodo, republicanos, carlistas, socialistas y nacionalistas quedaron relegados a la oposición, sin conseguir nunca suficientes diputados para formar gobierno.
Con el tiempo, los partidos hegemónicos se fueron descomponiendo. En 1898, la pérdida de las últimas colonias españolas (Cuba y Filipinas) sumió a la Restauración en una profunda crisis política y moral, conocida como el “Desastre del 98”. Como consecuencia, el régimen de la Restauración entró en una nueva fase, marcada por la subida al trono de Alfonso XIII al alcanzar la mayoría de edad en 1902.
Durante este periodo, una nueva generación de políticos y nuevos movimientos sociales irrumpieron en la vida política española. El régimen de la Restauración fue incapaz de integrar a estas nuevas fuerzas, que se mantuvieron al margen del sistema y provocaron un aumento de los conflictos sociales y políticos. Entre 1898 y 1912, los partidos dinásticos, con líderes como Antonio Maura y José Canalejas, intentaron un proceso de regeneracionismo. Sin embargo, en 1912, la continua decadencia y fragmentación del régimen fortalecieron a la oposición republicana, obrerista y nacionalista.
El problema colonial en Marruecos y el impacto de la Gran Guerra agudizaron los conflictos, que culminaron en los sucesos revolucionarios de 1917. La incapacidad del sistema de la Restauración para renovarse y democratizarse propició la solución militar: en 1923, el golpe de Estado de Primo de Rivera dio origen a una dictadura que se extendió hasta 1930. El compromiso de la propia monarquía con este nuevo régimen desembocó en su caída en abril de 1931.
El Sexenio Revolucionario
La Revolución de Septiembre de 1868: «La Gloriosa»
La revolución de septiembre de 1868, conocida por sus protagonistas como “La Gloriosa”, significó el final de la monarquía de Isabel II. La característica común a todo este periodo fue la búsqueda de un nuevo orden político y social, con un protagonismo fundamental de la pequeña burguesía y el naciente movimiento obrero. Por esta razón, esta etapa se denomina Sexenio Democrático o Sexenio Revolucionario.
Causas de la Revolución
Las causas que llevaron a la revolución de 1868 fueron fundamentalmente económicas y políticas:
- Económicas: España gozó de una expansión económica que comenzó a decaer en 1860, desembocando en una crisis financiera, industrial y de subsistencia en 1866. La crisis financiera coincidió con una crisis industrial, especialmente en el sector textil, debido al encarecimiento de la importación de algodón por la Guerra de Secesión Americana. Esto provocó una crisis económica general, con una gran oleada de paro y un clima de fuerte violencia social.
- Políticas: Durante estos años, los moderados estaban en el poder. Narváez y González Bravo gobernaron por decreto, cerraron las Cortes e ignoraron los problemas del país. Ante la imposibilidad de acceder al poder por los mecanismos constitucionales, el Partido Progresista, liderado por Prim, firmó el Pacto de Ostende en 1867 con los demócratas, al que se unieron los unionistas con Serrano a la cabeza en noviembre del mismo año. El pacto proponía el fin de la monarquía isabelina y dejaba la decisión sobre la forma de gobierno (monarquía o república) en manos de unas Cortes Constituyentes elegidas por sufragio universal.
En septiembre de 1868 se produjo un levantamiento militar contra el gobierno del Partido Moderado y la monarquía de Isabel II. El movimiento, aclamado como “La Gloriosa”, tuvo un inmenso apoyo popular en todo el país.
La Revolución de Septiembre de 1868
El enfrentamiento armado entre el ejército de la Reina y los revolucionarios terminó con la victoria de estos últimos. El gobierno dimitió e Isabel II se exilió en Francia el 29 de septiembre de 1868. En los primeros días de octubre, tras entrar en Madrid, los sublevados propusieron a la junta revolucionaria de la capital el nombramiento de un gobierno provisional. El general Serrano fue proclamado regente y el general Prim, presidente de un gobierno integrado por progresistas y unionistas.
El nuevo Gobierno provisional promulgó una serie de decretos (libertad de imprenta, derecho de reunión y asociación, sufragio universal, etc.) y convocó elecciones a Cortes Constituyentes. Las Cortes se reunieron y crearon una comisión parlamentaria encargada de redactar una nueva Constitución, que fue aprobada el 1 de junio de 1869.
Intentos Democratizadores
La Constitución de 1869
La Constitución de 1869 fue la primera constitución democrática de España. Sus principales derechos y deberes fueron:
- Se reconocían los derechos de manifestación, reunión y asociación.
- Libertad de enseñanza e igualdad para obtener empleo.
- Soberanía nacional y sufragio universal.
- Eliminación del derecho al veto por parte del monarca y limitación de sus poderes.
- Las Cortes se componían de Congreso y Senado.