Crisis del 29, Fascismo y Nazismo: Orígenes y Ascenso

La Crisis Económica de 1929 y el Ascenso de los Fascismos

Tras la Primera Guerra Mundial, los felices años 20 vieron a los Estados Unidos beneficiarse económicamente, convirtiéndose en la primera potencia económica y financiera. El dólar se consolidó como la moneda de intercambio. Durante estos años, surgieron nuevas técnicas de producción y venta que dieron origen a la sociedad de consumo. La gente solicitaba préstamos o compraba a plazos para mejorar sus condiciones de vida, lo que llevó al endeudamiento. Además, se extendió el consumo de ocio. Para la recuperación de Europa, los Estados Unidos implementaron el Plan Dawes, que consistía en créditos otorgados principalmente a Alemania. En 1929, se produjo una inversión muy elevada en la bolsa, generando importantes beneficios.

El Crack de 1929

El 24 de octubre de 1929, conocido como el «Jueves Negro», se inició la mayor crisis mundial que el capitalismo haya conocido. Todo comenzó con la caída en picado del precio de los valores que se cotizaban en la Bolsa de Wall Street en Nueva York.

La bajada masiva del valor de las acciones arruinó a muchísimos inversores, cerró empresas y bancos, condenó al paro a millones de personas y, debido al efecto dominó, trasladó el mismo problema a muchas naciones.

Las repercusiones fueron gravísimas tanto para los países desarrollados como para los países en desarrollo. Europa, que se estaba recuperando todavía de la Primera Guerra Mundial, conoció una nueva etapa de paro y miseria y, como consecuencia, el ascenso de movimientos extremistas de extrema derecha.

Causas:

  1. Superproducción.
  2. Especulación.

Un economista llamado Keynes fue el primero que analizó la crisis y propuso la intervención del estado o el gasto público para solucionarla. En 1932, el presidente de los Estados Unidos puso en marcha un programa llamado *New Deal*, siguiendo las teorías de Keynes. El estado invirtió en infraestructuras y en aquellas zonas más afectadas por la crisis. Otra medida se refirió a la agricultura, otorgando préstamos. Todas estas medidas dieron resultados.

El Ascenso de los Fascismos

El Fascismo Italiano

Tras la Primera Guerra Mundial, Italia experimentó un descontrol generalizado debido a:

  1. No se les concedieron los territorios que pedían.
  2. Una crisis económica muy aguda que provocó huelgas y ocupación de tierras y fábricas.

Italia participó en la Primera Guerra Mundial junto con los aliados, pero no consiguió ningún beneficio importante; por el contrario, los problemas económicos fueron muy grandes; por ejemplo, la cesantía era bastante alta en los años veinte. Muchos trabajadores apoyaban al Partido Socialista o al nuevo Partido Comunista.

En estas circunstancias surgió un líder de extrema derecha, Benito Mussolini, que no solamente se declaraba enemigo de socialistas y comunistas, sino que también estaba en contra del liberalismo parlamentario, al que acusaba de no solucionar los problemas del país.

Mussolini creó unos grupos paramilitares a los que llamó *fasci*. Sus miembros iban uniformados y llevaban un cuchillo característico. Más tarde fundó un Movimiento Voluntario Nacional Socialista (MVNS), que utilizó la violencia, sobre todo contra los militantes obreros.

En 1922, los fascistas se movilizaron hacia Roma, el primer ministro dimitió y el rey nombró en su lugar a Mussolini. Este hecho se denominó *Marcha sobre Roma*, pero realmente fue un golpe de estado aprovechando la debilidad del gobierno.

Mussolini consiguió convertirse en dictador, los fascistas comenzaron a controlarlo todo: sobornaron, amenazaron y asesinaron, creando un enorme temor en la población. Toda oposición fue perseguida con enorme dureza, el único partido permitido era el MVNS. Mussolini sabía que el régimen no se podía mantener si no ofrecía buenos resultados económicos; por ello creó puestos de trabajos en grandes proyectos de obras públicas, a cargo del estado, a los que se daba gran publicidad: construcción de carreteras, desecación de zonas pantanosas, etc. La cesantía descendió, pero a costa del endeudamiento del estado, y cuando terminaban las obras los obreros se encontraban igual que antes.

La propaganda repetía constantemente que Mussolini era el hombre que había salvado a Italia. Pero, en 1935 ésta se convirtió en un factor de conflictividad internacional al invadir Abisinia (Etiopía) para engrandecer su imperio colonial en África. Al año siguiente, además, comenzó a prestar una importante ayuda a los militares españoles sublevados contra la república. Se estaba preparando el camino para la Segunda Guerra Mundial.

El Nazismo Alemán

Alemania había pasado por enormes dificultades después de la Primera Guerra Mundial. El duro tratado de Versalles hacía que muchos alemanes vieran a los aliados como los culpables de su pobreza. Después de la guerra hubo estallidos revolucionarios. El partido espartaquista intentó seguir el ejemplo de la Revolución Rusa y tomar el poder, pero fracasó. Cuando Alemania estaba a punto de hundirse económicamente, los aliados suavizaron las reparaciones de guerra para que la economía mundial no se hundiese también. Entonces se proclamó la constitución de la república.

En estas circunstancias surgió el Partido Obrero Nacionalsocialista Alemán (NSDAP), o partido nazi, liderado por Adolf Hitler. Las ideas de Hitler eran una mezcla de ultranacionalismo y de racismo: para él y sus seguidores la nación alemana era la más grande de la historia y tenía como enemigos a razas inferiores, en especial al pueblo judío. Los nazis, al igual que los fascistas italianos, despreciaban el liberalismo y afirmaban que sólo un estado totalitario podría salvar a Alemania. Empezaron a recibir grandes cantidades de dinero de empresarios y banqueros que pensaban que los nazis podrían ser muy útiles para librarse del movimiento obrero y de la revolución socialista. Además, Hitler contaba con dos organizaciones paramilitares: las SA (Sturmabteilung) y las SS (Schutzstaffel). El uso de la propaganda y la sensación de terror que crearon con sus acciones violentas hizo que ganaran las elecciones del Reichtag, el parlamento alemán, en 1932. Pero Hitler aspiraba a tener una mayoría más nutrida, por lo que convocó nuevas elecciones. Así Hitler consiguió que se le entregasen poderes dictatoriales. Una vez en el poder siguió los mismos pasos que Mussolini.

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