Crisis del Antiguo Régimen en España: De Fontainebleau a la Constitución de 1812

Tratado de Fontainebleau

Carlos IV ascendió al trono español en 1788, encontrándose con un país sumido en una grave crisis económica y social. Tras varios gobiernos, Manuel Godoy fue nombrado primer ministro.

En Francia, un oficial llamado Napoleón Bonaparte ganaba notoriedad, llegando a autoproclamarse emperador en 1804.

Con el objetivo de perjudicar la economía inglesa, Napoleón estableció un bloqueo continental para interrumpir el comercio de Gran Bretaña con el continente. Para asegurar el éxito del bloqueo, era crucial evitar su violación desde las costas de Portugal. El emperador consideró España el lugar idóneo para acceder a Portugal. El 27 de octubre de 1807 se firmó el Tratado de Fontainebleau entre Napoleón y Godoy, según el cual España permitía el paso de tropas francesas por su territorio para ocupar Portugal. Ante la llegada masiva de tropas francesas, Godoy comprendió las verdaderas intenciones de Napoleón: ocupar España. Intentó trasladar a la familia real a Sevilla para partir hacia América, siendo Aranjuez la primera etapa del viaje.

Motín de Aranjuez

El descontento popular por la presencia de tropas francesas, hábilmente promovido por Fernando, quien aspiraba al trono de su padre, desencadenó el Motín de Aranjuez el 17 de marzo de 1808. La residencia real fue asaltada por el pueblo, Godoy fue arrestado y Carlos IV se vio obligado a abdicar en favor de su hijo.

Fernando VII buscó el reconocimiento de Napoleón. Este último reunió a toda la familia real en Bayona, obligando a Fernando VII a devolver los derechos de la Corona a su padre, y a Carlos IV a abdicar en favor de Napoleón.

2 de Mayo

En mayo de 1808, España se encontraba en una situación caótica. No había poder real y a ello se sumaba la presencia de tropas francesas. La Junta de Gobierno, que Fernando VII había dejado para ejercer sus funciones, colaboraba con Napoleón. El 2 de mayo se produjo un levantamiento popular en Madrid, duramente reprimido por las tropas francesas ante la pasividad de la Junta de Gobierno. Los sucesos de Madrid provocaron un levantamiento generalizado que se extendió por Levante, Aragón, Cataluña, Galicia, Castilla y Andalucía occidental.

La insurrección tuvo un carácter popular y propagó el sentimiento de soberanía nacional y de nacionalismo.

Batalla de Bailén

Los sucesos del 2 de mayo marcaron el inicio de la Guerra de la Independencia contra los franceses. La Batalla de Bailén fue decisiva en la primera fase de la guerra, ya que supuso el primer triunfo de la resistencia española y provocó el repliegue de las tropas francesas.

Las Cortes de Cádiz

Las Cortes de Cádiz iniciaron sus sesiones en 1810, primero en la Isla de León (San Fernando, Cádiz) y luego en la propia ciudad de Cádiz. Permanecieron reunidas durante tres años, formando las primeras cortes ordinarias. Las primeras reuniones contaron con un centenar de diputados, número que fue creciendo hasta alcanzar aproximadamente los trescientos. Entre ellos había clérigos, abogados, magistrados, catedráticos, militares y algunos propietarios y comerciantes. Lo más significativo fue el sistema de votación acordado: individual y no por estamentos, como sucedía en el Antiguo Régimen. Las Cortes de Cádiz fueron las primeras cortes modernas reunidas en España, siguiendo el modelo de la Asamblea Nacional Constituyente surgida en 1789 tras la Revolución Francesa.

La labor de las Cortes de Cádiz se orientó a destruir los fundamentos del Antiguo Régimen y a aplicar las ideas de los intelectuales ilustrados. Promulgaron la Constitución de 1812 y aprobaron una serie de decretos.

Los Decretos

En las sesiones previas a la aprobación de los Decretos, se manifestaron las diferentes opiniones existentes entre los diputados.

Las Cortes de Cádiz, además de promulgar la Constitución de 1812, aprobaron una serie de Decretos. El primero estableció la libertad de imprenta (19 de octubre de 1810), y unos meses después (22 de febrero de 1810) se aprobó el decreto de abolición de la Inquisición. Sin embargo, el alcance de ambos decretos quedó muy limitado. Junto con la libertad de imprenta, se creó una junta de censura que supervisaría lo publicado en materia política.

Otro decreto importante fue el de la abolición de los señoríos jurisdiccionales, que suprimía los monopolios señoriales y su capacidad de administrar justicia en sus territorios.

Se aprobó un decreto que establecía la incautación de los bienes y rentas de los traidores, la Inquisición, las órdenes militares y conventos suprimidos. Esta medida pretendía iniciar una desamortización, pero no llegó a materializarse.

Dos decretos permitieron a los propietarios contratar libremente en el campo (arrendamientos) y en las fábricas, suprimiendo así el sistema gremial y sustituyéndolo por la libre empresa. Esto afectaba a los campesinos, que podrían ver reducida la duración de los arrendamientos y aumentado el precio de la renta a voluntad del dueño. También perjudicaba a los artesanos, ya que permitía aumentar las jornadas y bajar los salarios.

La Constitución de 1812

La Constitución de Cádiz fue proclamada el 19 de marzo de 1812. Diseñaba un Estado basado en la monarquía parlamentaria. El Estado garantizaba los derechos de los ciudadanos: la libertad civil, la propiedad y los demás derechos legítimos de todos los individuos, y no como patrimonio de ninguna familia ni persona.

Los poderes se dividían en legislativo (las Cortes con el rey), ejecutivo (el rey, asesorado por un Consejo de Estado) y judicial (atribuido a tribunales independientes).

Las Cortes se componían de una única cámara. Los diputados se renovaban cada dos años y eran elegidos por sufragio universal indirecto.

La soberanía residía en la Nación, a la que pertenecía el derecho de establecer sus leyes fundamentales. La sociedad estamental desaparecía al establecerse la igualdad de los individuos ante la ley y ante el fisco, sin privilegio alguno. Con la supresión del régimen señorial, el gobierno de los pueblos se asignó a los ayuntamientos, cuyos cargos debían ser elegidos, y el de las provincias a una diputación provincial, también elegida.

Se creaba una milicia nacional y se ponían las bases de un plan general de enseñanza.

Toda la labor legislativa de las Cortes de Cádiz quedó anulada al regreso de Fernando VII. Sin embargo, fijó los principios del liberalismo español y tuvo una amplia resonancia internacional, sirviendo de modelo a otros textos constitucionales.

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