Crisis del Antiguo Régimen y Guerra de Independencia Española: Un Análisis Detallado

Crisis del Antiguo Régimen y Guerra de Independencia Española

1. Crisis del Antiguo Régimen

1.1 Reinado de Carlos IV y el Impacto de la Revolución Francesa en España

En 1788, Carlos IV accedió al trono. En 1789, estalló la Revolución Francesa, influyendo notablemente en la política de Carlos IV. La mayoría de los ilustrados españoles no eran partidarios de la revolución, sino de una reforma al margen del Antiguo Régimen.

Entre 1788 y 1791, Floridablanca dirigió la política exterior, seguido por el conde de Aranda y luego por Manuel de Godoy, quien sufrió el rechazo de los nobles que apoyaban al príncipe Fernando.

España declaró la guerra a los revolucionarios franceses en 1793. Tras un inicio exitoso, la guerra se tornó desfavorable, llevando a la firma de la Paz de Basilea. Godoy fue titulado como “Príncipe de la Paz”. Posteriormente, Godoy restableció la amistad con Francia, aliándose con sus revolucionarios más moderados y firmando el Primer Tratado de San Ildefonso, lo que llevó a España a depender fuertemente de Francia.

1.2 España en la Europa Napoleónica

Desde 1796, Godoy se convirtió en un vasallo de Francia, prestando ayuda con bienes para sus guerras contra Inglaterra. Las consecuencias fueron nefastas, con la derrota de España ante Gran Bretaña y la pérdida de popularidad de Godoy, que cayó en 1798.

En 1800, Napoleón logró que España firmara el Segundo Tratado de San Ildefonso y que Godoy volviera al poder, iniciando una guerra contra Portugal por los intereses de Napoleón. Napoleón, planeando unirse a Portugal para bloquear a Inglaterra, logró que España firmara el Tratado de Fontainebleau. Se comprometió a enviar tropas para expedicionar Portugal, que se dividiría en tres zonas, la del sur para Godoy.

El ejército francés entró en España con el pretexto de marchar sobre Lisboa, pero ocupó toda la península e intentó controlar los puertos para bloquear a Inglaterra. El pueblo se amotinó en Aranjuez, asaltando la casa de Godoy. Las causas del Motín de Aranjuez fueron la existencia de un partido vinculado al príncipe Fernando, enemigo del poder de Godoy, y la entrada de los franceses. Carlos IV destituyó a Godoy y cedió el trono a su hijo Fernando. Napoleón aprovechó el Motín de Aranjuez para llamar a Carlos IV y Fernando VII a Bayona y ofrecerse como mediador. Fernando cedió la Corona a su padre, quien abdicó en Napoleón a cambio de una pensión y territorios (Abdicaciones de Bayona). Napoleón otorgó la Corona española a su hermano, proclamándolo Rey José I Bonaparte.

José I reunió unas Cortes españolas en Bayona y promulgó el Estatuto de Bayona, una carta liberal que mantenía en el Rey la mayoría del poder. Sin embargo, no se puso en práctica debido a la Guerra de la Independencia. Intentó un reformismo para acabar con el Antiguo Régimen, apoyado únicamente por los afrancesados.

2. Guerra de la Independencia

La Guerra se caracterizó por la sublevación popular, la participación de tropas regulares e irregulares, y el intento de revolución liberal por la obra de las Cortes de Cádiz.

2.1 Bandos en la Guerra

  • Las tropas francesas de ocupación y los afrancesados, minoría española (unos 15.000) que apoyaban al rey José I, integrados por intelectuales, miembros de la nobleza y altos funcionarios del despotismo ilustrado. Creían que la monarquía napoleónica garantizaría evitar excesos revolucionarios y la modernización del país.
  • El bando contrario lo formaban los patriotas, el grueso de la población, que se negaban a ser regidos por un rey extranjero impuesto por la fuerza de las armas.

2.2 Rasgos del Conflicto

Fue una guerra de carácter doble: Guerra nacional, por la participación de soldados y el pueblo español, cuya forma de lucha fue la guerra de guerrillas en el campo, el asedio de ciudades y las batallas de los ejércitos; y una guerra de liberación cuyo objetivo era expulsar a los invasores franceses. Guerrilleros famosos fueron Martín Díaz o el cura Merino.

El ejército tradicional español era incapaz de resistir el avance de las fuerzas francesas. Hasta la participación del ejército inglés, los franceses predominaron en las batallas campales, siendo su avance contrarrestado por la guerrilla y los asedios.

2.3 Fases de la Guerra

2.3.1 Primera Fase, desde 1808

Tras la marcha de Fernando VII, el reino quedó en manos de la Junta de Gobierno y el Consejo de Castilla, de actitud colaboracionista y sometidos al poder de Murat, general francés al mando de Madrid. El malestar por la presencia del ejército francés y la oposición del pueblo al destronamiento de los borbones produjo un levantamiento espontáneo el 2 de mayo del pueblo madrileño junto a los capitanes Daoíz y Velarde. Murat dirigió una dura represión, pero el levantamiento se extendió por España, y el pueblo se organizó en Juntas Provinciales de defensa y declaró la Guerra a Francia.

En junio, con el objetivo de reprimir los levantamientos populares e instaurar el régimen de José I, entró en España un ejército francés de 170.000 hombres. El avance se paralizó por la resistencia de Zaragoza y Gerona. El ejército de Dupont fue vencido en la Batalla de Bailén (19 de julio), retrocediendo hasta el Ebro y quedando Andalucía libre. Como resultado, se creó la Junta Suprema Central en Aranjuez (Septiembre), presidida por Floridablanca. Asumió la Soberanía Nacional, convocó las Cortes, organizó la resistencia y obtuvo la ayuda de Inglaterra.

2.3.2 Segunda Fase, de noviembre de 1808 a 1812

En noviembre de 1808, Napoleón entró personalmente en España con sus más prestigiosos generales y la Gran Armada (250.000 hombres) debido a la derrota en Bailén. Atravesó la defensa del Ebro y derrotó al ejército español. Volvió a ocupar Madrid y atacó al ejército de Moore, que reembarcó en La Coruña.

Napoleón abandonó España antes de consumar su conquista debido a la nueva coalición antifrancesa en Europa. Sus mariscales ocuparon finalmente España, pero solo dominaban las ciudades y grandes rutas, mientras que el campo estaba en manos de las partidas de guerrilleros. Solo Lisboa, Gibraltar, Cádiz y zonas de Galicia se mantuvieron inexpugnables.

2.3.3 Tercera Fase, de 1812 a 1813

La Junta Suprema firmó una alianza con Inglaterra, cuyas tropas defendieron Lisboa. Después se constituyó un ejército hispano-luso-inglés al mando de Wellington, que en 1812, ayudado por los guerrilleros, obtuvo la victoria de los Arapiles, tomando la iniciativa en la guerra. Los franceses retrocedieron al no poder recibir refuerzos por la campaña de Rusia. En primavera de 1813, Wellington lanzó una nueva ofensiva. En Vitoria y en la batalla de San Marcial (Irún) sufrieron dos severas derrotas. Napoleón finalmente firmó el Tratado de Valençai en 1813, reconociendo a Fernando VII rey de España y las Indias.

2.4 Balance Económico y Social

Hubo una crisis económica general. Las mayores cargas fueron la enorme mortalidad (más de 300.000 muertos) y las destrucciones provocadas por la guerra, la paralización del comercio con las posesiones en América, que fortalecieron su independencia, (bancarrota de la Hacienda), y el nulo mercado interior. En consecuencia, España se convirtió en una potencia de segundo orden y se dieron levantamientos militares y la lucha entre las fuerzas liberales y del Antiguo Régimen.

3. Los Comienzos de la Revolución Liberal

Se produjo aprovechando la invasión de las tropas francesas para acabar con el Antiguo Régimen.

3.1 Las Cortes de Cádiz

La necesidad de coordinar las fuerzas bélicas y la conciencia de unidad nacional facilitaron un Gobierno Central alternativo al de José I, apareciendo la Junta Suprema Central (unión de las Juntas Provinciales). Esta convocó las Cortes, dando con ello una respuesta legal al Estatuto de Bayona. La Junta cedió sus poderes a una Regencia, pero no desconvocó la reunión de Cortes.

Las Cortes estaban formadas por diputados representantes de todas las regiones españolas libres y algunos territorios ocupados por franceses, siendo en su mayoría eclesiásticos, abogados, nobles, militares, funcionarios públicos…

En la sesión inaugural del 24 de septiembre de 1810, Muñoz Torrero dio un famoso y revolucionario discurso en el que formuló los principios del nuevo régimen: Soberanía nacional, división de poderes e inviolabilidad de los diputados.

En tres años, las Cortes de Cádiz cambiaron el rostro de España con una obra revolucionaria: Procedieron a la liquidación de los fundamentos del Antiguo Régimen y diseñaron un nuevo estado reflejado en la Constitución de 1812.

3.2 Grupos Políticos y Diputados Destacados entre los Legisladores Gaditanos

  • Liberales: Los más influenciados por la Revolución francesa. Pretendían eliminar el Antiguo Régimen mediante la revolución y una Constitución. Constituyeron el grupo más numeroso, por lo que impusieron su tesis en las Cortes: Cámara única con voto individual y confección de una constitución escrita como base de las reformas. Algunos fueron Diego Muñoz Torrero, conde de Toreno y Agustín Argüelles.
  • Absolutistas: Partidarios del Antiguo Régimen. Se oponían a los anteriores y defendían la devolución de los privilegios reales de la monarquía absoluta al Rey (Fernando VII). Fracasaron al no realizarse la convocatoria por estamentos y por no poseer la mayoría en las Cortes. Destacan Iguanzo y Mozo del Real.
  • Jovellanistas: Grupo intermedio que pretendía implantar el modelo parlamentario inglés. Decían que España ya tenía una constitución: Las leyes tradicionales de los reinos hispánicos, que fueron anuladas por el absolutismo del siglo XVIII. Destaca Jovellanos, que da nombre al grupo.
  • Los americanos: (unos 26 diputados) Provenían de las colonias españolas de América y defendían la independencia de las colonias.

3.3 La Constitución de 1812

El 19 de marzo de 1812, día de San José, se publicó la primera constitución española, conocida popularmente como “la Pepa”. Es importante por el comienzo del constitucionalismo español, y plasmaba en sus artículos un modelo sociopolítico que tardaría varias generaciones en hacerse realidad. Contenía elementos básicos de la soberanía del pueblo y la división de poderes de Montesquieu. Se intenta un espíritu conciliador entre liberales y absolutistas, pero realmente se establecen las bases de un estado liberal.

  • El concepto de estado: Se reconoce la soberanía nacional, siendo la forma de Estado la monarquía constitucional. Los poderes del estado están divididos: El poder ejecutivo lo posee el rey (pero lo deposita en los ministros), Las leyes las hacen las Cortes con el rey, y son aplicadas por los tribunales. El poder consultivo de las Cortes se anula, apareciendo como la institución central.
  • Las Cortes se organizan en una Cámara. Elaboran las leyes e intervienen en la sucesión de la Corona entre otras atribuciones.
  • Los poderes del Rey: Condicionados por la desconfianza ante la vuelta al absolutismo. El monarca no puede suspender, disolver o impedir que se celebren las Cortes, y ellas le toman juramento y le conceden permiso para ausentarse del reino.
  • Queda consagrado el principio de inviolabilidad de los diputados. Estos se eligen por dos años, pudiendo ser cualquier español natural de la provincia (o residente en ella mínimo por 7 años), mayor de 25, que ejerza sus derechos y que tenga una renta anual procedente de bienes propios. Son elegidos por sufragio universal indirecto, que establecía en realidad uno de tipo censitario.
  • Los derechos individuales: Protegidos por la ley, reconocidos y reflejados en sus 384 artículos (Igualdad jurídica, derecho a la propiedad, inviolabilidad del domicilio, libertad de imprenta…).
  • No se reconoce la libertad religiosa. Se consagran los derechos de la religión católica teniendo en cuenta la guerra contra Francia, considerada enemiga de la religión.
  • Fuerzas armadas: Se contempla la creación de un ejército nacional y se crea la Milicia Nacional.
  • La Administración local corresponde a los Ayuntamientos y los alcaldes son elegidos por la población. Se reconoce la provincia como ámbito administrativo y electoral, se le asigna a cada una un Jefe político, elegido por el Rey y una Diputación.

3.4 La Obra de los Legisladores Gaditanos: Las Reformas

La obra legislativa de las Cortes de Cádiz contribuye a la terminación del Antiguo Régimen, con decretos como la abolición de los señoríos jurisdiccionales, la supresión de la Inquisición, el inicio de una reforma en el sistema judicial y fiscal o la lucha contra las manos muertas. Sin embargo, hubo limitaciones del triunfo liberal en las cortes por el sentimiento absolutista del pueblo. A la vuelta de Fernando VII al trono (por el apoyo del ejército y con el Manifiesto de los Persas), la Constitución de 1812 y la obra de las Cortes de Cádiz serán anuladas, volviendo al absolutismo y al Antiguo Régimen. Esto producirá el enfrentamiento entre liberales y absolutistas.

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