Crisis del Parlamentarismo en España durante el Reinado de Alfonso XIII (1902-1923)

La Crisis del Parlamentarismo en España durante el Reinado de Alfonso XIII (1902-1923)

Primera Parte del Reinado de Alfonso XIII (1902-1923)

El período de 1902 a 1923 en España se caracterizó por una permanente crisis política. Esta crisis tuvo varias causas, entre las que destacan:

  • El papel activo del rey Alfonso XIII en la política.
  • La división de los partidos turnistas tras las muertes de Cánovas del Castillo en 1897 y Sagasta en 1903.
  • El debilitamiento del caciquismo debido a las denuncias del movimiento regeneracionista y la creciente importancia del voto urbano.

Además de la crisis política, España enfrentó una serie de problemas durante este período:

  • Aumento de la lucha social: La conciencia de clase entre obreros y campesinos se incrementó, lo que llevó a un aumento de las protestas y huelgas.
  • Reaparición de la cuestión religiosa: El dominio de la Iglesia en la educación generó un aumento del anticlericalismo.
  • El problema militar: El ejército buscaba recuperar el protagonismo que había tenido en el siglo XIX.
  • Cristalización de movimientos regionalistas: El desastre de 1898 impulsó los movimientos regionalistas, especialmente en Cataluña y el País Vasco.
  • Problema de Marruecos: España tenía esperanzas de reconstruir su imperio colonial en Marruecos.

El Fracaso del Regeneracionismo (1902-1912)

Hasta 1912, la tendencia política dominante fue el regeneracionismo, un movimiento que buscaba modernizar y reformar España. Sin embargo, el regeneracionismo fracasó debido a las disputas internas entre partidos y la corta duración de los gobiernos.

De 1902 a 1905 gobernaron los conservadores, y de 1905 a 1907 los liberales. Las divisiones internas en ambos partidos estaban motivadas principalmente por la lucha por el liderazgo.

La Ley de Jurisdicciones y la Semana Trágica (1906-1909)

En 1905, se produjo un enfrentamiento entre militares y nacionalistas catalanes a raíz de la publicación de un chiste antimilitarista en la revista «Cu-cut». Los militares reaccionaron con violencia en Barcelona, lo que llevó a la promulgación de la Ley de Jurisdicciones en 1906. Esta ley establecía que cualquier delito contra el ejército o la patria sería juzgado en un tribunal militar.

Para ganar prestigio, el gobierno decidió intervenir en el norte de África. El reclutamiento de reservistas para esta intervención causó un gran descontento y provocó grandes manifestaciones, especialmente en Barcelona. En 1909, estas protestas desembocaron en la Semana Trágica, una semana de disturbios y violencia que dejó numerosos muertos. El pedagogo anarquista Francesc Ferrer i Guàrdia fue acusado y ejecutado injustamente por su supuesta participación en los hechos.

Los Gobiernos de Maura y Canalejas (1907-1912)

En 1907, el conservador Antonio Maura fue nombrado jefe de gobierno. Maura tenía un ambicioso programa de reformas que incluía la inversión pública, la mejora de la administración local y la creación de las mancomunidades.

De 1910 a 1912, el gobierno fue dirigido por José Canalejas, líder del partido liberal. Canalejas llevó a cabo reformas como la Ley del Candado, que prohibía la creación de nuevas órdenes religiosas.

Evolución Económica y Social

Paralelamente a la crisis política, la economía y la estructura social de España experimentaron una lenta evolución. Sin embargo, el crecimiento económico no logró reducir la desigualdad en la distribución de la riqueza.

El sindicalismo de base socialista estuvo representado por la Unión General de Trabajadores (UGT), con mayor presencia en Madrid y el norte de España.

El anarquismo tuvo un fuerte impulso en Cataluña. En 1910 se fundó la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), una organización revolucionaria y antisistema cuyos principios fundamentales eran la unión de los trabajadores y la lucha contra el capitalismo. La CNT organizó huelgas, boicots y asesinatos políticos.

La Crisis de 1917 y el Fin del Parlamentarismo

España se declaró neutral durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Sin embargo, la guerra dividió a la población en aliadófilos (partidarios de Francia y Reino Unido) y germanófilos (partidarios de Alemania).

En 1915, España experimentó un auge económico debido a su posición como proveedora de los países en guerra. Sin embargo, este auge económico no se tradujo en una mejora de las condiciones de vida de la mayoría de la población, lo que generó una crisis social.

Las Tres Revoluciones de 1917

En 1917, se produjeron tres «revoluciones» que buscaban acercar la España oficial a la España real:

  • La revolución militar: Las Juntas de Defensa, formadas por militares de rango medio, exigían mejoras salariales, la abolición del ascenso por méritos de guerra y un mayor respeto por parte del pueblo. En 1918, se aprobó la Ley del Ejército para satisfacer las demandas de los militares.
  • La revolución política: Los políticos buscaban una reforma del sistema político para hacerlo más representativo y democrático.
  • La revolución social: Los trabajadores exigían mejoras en sus condiciones de vida y de trabajo.

Las Huelgas Generales de 1916 y 1917

En 1916, el congreso de la UGT propuso una serie de medidas para sacar a España del atraso económico y social. Se convocó una huelga general con el objetivo de reducir el precio de los alimentos, la abdicación del rey y la formación de un gobierno provisional. El gobierno de Romanones prometió resolver estos problemas, pero tras la llegada al poder de Eduardo Dato, estas promesas no se cumplieron.

El incumplimiento de las promesas del gobierno llevó a una segunda huelga general en 1917, esta vez extendida a todos los sectores. El ejército intervino para reprimir la huelga.

La crisis de 1917 marcó el fin del sistema parlamentario en España y allanó el camino para la dictadura de Primo de Rivera en 1923.

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