Crisis del Parlamentarismo o de 1917
La Crisis del Parlamentarismo, también conocida como Crisis de 1917, fue el resultado de la gran efervescencia política que se vivió en España, y más aún en Cataluña, durante estos años. Tres hechos principales dieron lugar a esta crisis:
Las Juntas de Defensa
El problema de las Juntas de Defensa surge como reacción a una consecuencia de problemas de aptitud que se imponen al arma de infantería y que ellos consideran humillante. La primera junta se creó en Barcelona y el ministro de defensa ordenó al capitán general de Cataluña su disolución, cosa que éste llevó a cabo e incluso se detuvo a sus integrantes. Sin embargo, esto no evitó que surgiesen nuevas juntas en otras capitales de España. Sustituido García Prieto, el nuevo presidente conservador Eduardo Dato terminó por admitirlas, cosa que desagradó a muchos sectores políticos.
La Asamblea de Parlamentarios
La Asamblea de Parlamentarios tiene su origen en la ineficacia de la cámara baja por las disputas entre nacionalistas y sectores del partido liberal como consecuencia de la investigación de los grandes beneficios de la burguesía catalana en estos años de guerra. Esa inestabilidad provoca que Eduardo Dato, ante la imposibilidad de gobernar, decida no abrir las cámaras, lo que provocará una protesta sobre todo de los diputados catalanes. Estos convocaron en Barcelona una Asamblea de Parlamentarios a la que se sumaron políticos de otros partidos, funcionando como una cámara paralela. El problema concluirá con la caída del presidente y el nombramiento del liberal García Prieto, que incorporará a su gobierno a dos ministros catalanes de la Lliga.
La Huelga General Revolucionaria
La Huelga General Revolucionaria también tiene su origen en Barcelona. Hay quien opina que fue provocada por el propio gobierno a fin de justificar una acción represiva contra los sectores obreros; otros acusan a la Compañía de Ferrocarriles de haber sido la causante como reacción a esas tensiones y movimientos obreros. El resultado será una huelga que se llevará a cabo respaldada por republicanos, y más tarde por socialistas, anarquistas, UGT y CNT. La huelga fue adquiriendo cada vez más intensidad revolucionaria hasta que algunos políticos catalanes, asustados de la dimensión que estaba tomando, retirarán su apoyo y al final intervendrá el ejército. El comité de huelga será detenido y, sin cabezas visibles, la huelga será controlada y reprimida.
Intento democratizador y descomposición de los partidos
Concluida la crisis del 17, en los dos años siguientes se llevará a cabo un último esfuerzo democratizador que permita apuntalar el agónico sistema de la Restauración. Sin embargo, los partidos políticos están descompuestos. En el partido conservador hay tres cabezas visibles: Maura, La Cierva y Eduardo Dato. El partido liberal, tras el asesinato de Canalejas, se dividirá entre los seguidores de García Prieto y los de Santiago Alba, lo que determina la aparición de gobiernos de concentración que terminarán con el turno de partidos previsto por Cánovas y abordarán un programa que se corresponde con el proyecto político que anunció Melquiades Álvarez en su Partido Reformista. Este se concentra en la reforma de la constitución con el establecimiento de la soberanía nacional y la limitación del poder de la corona, el reconocimiento de las autonomías, la secularización del Estado y la reforma o desaparición del Senado.
Radicalización del panorama político
Esta labor no pudo llevarse a cabo. La situación se agrava a causa de una reactivación de las huelgas y la aparición del pistolerismo, que provoca asesinatos entre patronos y obreros, lo que a su vez provoca mayor temor. Mientras tanto, en el plano internacional se produce la Revolución Rusa. El gobierno también favorecerá esa tensión con una dura política de represión: se aprueba la ley de fugas y se nombra gobernador de Barcelona a Martínez Anido, que la aplicará con dureza y acarreará con ello el asesinato del presidente Eduardo Dato.
La Crisis de Marruecos
La Crisis de Marruecos surge por la reacción que se produce en España contra el Desastre de Annual, que provocó la muerte a manos de tropas rifeñas de 1200 soldados españoles, numerosos presos, el suicidio del general responsable y, por tanto, la exigencia de responsabilidades. Esta derrota no se produjo a manos de ninguna gran potencia, sino de unas tropas de las cabilas marroquíes.
Antecedentes del conflicto
El problema de Marruecos estalla ahora con mayor violencia, en concreto desde 1885, año en que Francia, Inglaterra y Alemania han iniciado su política de expansión colonial. España era una potencia de segundo orden y no quería quedarse fuera de dicho reparto, por lo que acabará teniendo una zona de influencia en el norte de África (región del Rif). A partir de 1909, España irá controlando ese territorio aliándose con algunas cabilas, enfrentándose con otras… en cualquier caso, fue una guerra impopular porque no veían posibilidades en esas tierras y porque partidos radicales, republicanos, obreros y sindicatos denunciaban que quien sufría la guerra eran los jóvenes.
El Desastre de Annual
Esta guerra se inició de forma solapada en 1911, pero fue en 1920 cuando el general Silvestre, con o sin el apoyo del rey, pero sin el conocimiento del general Berenguer, inició una campaña que deseaba rápida, brillante y victoriosa, pero muy pronto sufrirá algunos reveses. En un momento determinado, unas tropas se quedan aisladas y se decide abandonar la posición, lo que provocará una grave derrota a manos de las tropas rifeñas el 22 de junio de 1921 (Desastre de Annual) y tendrá una gran repercusión en España.
Consecuencias del desastre
Resultado de esto será que caerá el gobierno, el congreso se desborda, la opinión pública afectada exigirá responsabilidades y se creará una comisión que elabore un informe (Informe Picasso). Los militares no estaban dispuestos a que el resultado de este se hiciera público, lo que determinará que el 23 de septiembre de 1923 el general Primo de Rivera diera un golpe de Estado.