Crisis del siglo XVII, Exploración Atlántica e Ilustración en España: Contexto y Repercusiones

La Crisis de 1640

Para entender el estallido de la crisis de 1640 debemos considerar dos hechos: lo costoso que resultaba mantener un imperio como el hispánico y el hecho de que los costes de su mantenimiento recaían fundamentalmente sobre Castilla, dado que tanto Aragón como Portugal conservaban sus fueros.

El detonante de esta crisis se encuentra en la política centralista y castellanizante del Conde Duque de Olivares y, más concretamente, en su “Proyecto de Unión de Armas”. Dicho proyecto consistía en la distribución de los costes del Imperio y del ejército entre todos los reinos de la Monarquía de manera proporcional a su población y riqueza, y venía a pasar por alto esos fueros que, desde época de los Reyes Católicos, se habían respetado. Las respuestas de los distintos reinos a este proyecto constituyen la llamada crisis de 1640.

La “Revuelta” Catalana

Olivares expuso su proyecto a las Cortes en tres ocasiones (1626, 1632 y 1635) y en las tres fue rechazado por Cataluña. En 1640, la guerra mantenida con Francia hizo más acuciante la necesidad de hombres y dinero, y la colaboración de Cataluña (para alojar tropas castellanas y desplazar las propias a territorio francés). Ante la negativa de Cataluña, Olivares decidió detener a los miembros del Consell de Cent y obligar a los catalanes a mantener a las tropas castellanas.

En respuesta, el 30 de abril de 1640, el alguacil que se encargaba de hacer cumplir el alojamiento forzoso de las tropas fue asesinado. Pocos días después, el fenómeno derivó en un motín en el transcurso del cual se asesinó al virrey. Las oligarquías catalanas decidieron aprovechar esta sublevación popular para resolver el pleito que mantenían con la monarquía: la Generalitat y su presidente, Pau Clarís, pidieron el apoyo de Francia para expulsar a los castellanos y lograr su independencia.

En septiembre de 1640, las tropas francesas entraron en Cataluña, conquistándola, y en enero de 1641, pasó a estar bajo soberanía de Luis XIII, dejando de ser parte de la monarquía española.


El Descubrimiento de América

El descubrimiento de América no fue un hecho imprevisto, sino fruto de una serie de exploraciones marítimas en busca de un nuevo camino hacia la India. Las causas que empujaron a los europeos a la búsqueda de ese continente fueron económicas (oro y especias), políticas (prestigio para las monarquías) y el Tratado de Alcaçovas (que, al dividir las líneas de expansión en el Atlántico entre Castilla y Portugal y reservar la zona sur para los portugueses, impedía a Castilla seguir la ruta habitual para llegar hasta las Indias).

La primera reunión entre Colón y los Reyes Católicos tuvo lugar en Alcalá de Henares en 1486. Colón expuso su proyecto, que fue rechazado tanto en esta ocasión como en una segunda vez en 1491. Sin embargo, en abril de 1492, los Reyes Católicos llamaron a Colón al campamento de Santa Fe y, en el transcurso de esa reunión, le concedieron todo lo que Colón había solicitado e, incluso, más.

Este cambio de actitud ha dado origen a distintas teorías, entre las cuales destaca la llamada del protonauta anónimo, según la cual existió un primer navegante que, de manera previa a Colón, había realizado el viaje, de manera que la información que Colón manejaba sobre distancias y recorridos no fue presentada a los Reyes Católicos como meras hipótesis, sino como certezas comprobadas.

Por las capitulaciones (contrato) de Santa Fe, Colón era nombrado Almirante, virrey de las tierras que descubriera, se le subvencionaba en 7/8 su viaje y se le concedía 1/10 de las ganancias.

El descubrimiento de América hizo necesario renegociar con Portugal las líneas de influencia de cada uno de los estados, y en junio de 1494 se firmó el Tratado de Tordesillas, según el cual, el límite entre las zonas de expansión de ambos países se situaba a 370 leguas al oeste de las Islas de Cabo Verde; lo que quedase al este de dicha línea era para Portugal (excepto las Canarias) y lo que quedase al oeste, para Castilla.


La Ilustración en España

La Ilustración es una corriente filosófico-cultural propia del siglo XVIII que tiene su origen en Francia y que se basa en la supremacía de la razón como instrumento de conocimiento.

Dentro de los ilustrados españoles podemos distinguir dos generaciones: la primera generación está representada por Jerónimo Feijoo y Enrique Flórez (que tratan el análisis crítico de la tradición). La segunda generación está formada por individuos cercanos a la Corona como Olavide, Campomanes, Floridablanca, Aranda y Jovellanos. Se preocupan por la decadencia de España y sus posibles soluciones, considerando que esta tiene una raíz económica.

Los puntos básicos del pensamiento son:

  • La necesidad de desarrollar en España las ciencias útiles en las que se apoya el desarrollo económico.
  • La necesidad de una reforma educativa que adecúe los planes de estudio a las necesidades del país.
  • La crítica de las supersticiones, del desprestigio de las actividades artesanales y mercantiles, de la debilidad de la agricultura, del desinterés por la ciencia y la tecnología y de los privilegios de la Iglesia y la Nobleza.
  • La aceptación solo de aquellas ideas ilustradas compatibles con la religión.

Los ilustrados españoles hicieron hincapié en la importancia de la educación y, por ello, se fundaron nuevas instituciones culturales y se comenzó una reforma universitaria. Un papel importante fue el de las Reales Sociedades de Amigos del País, que actuaron como centros de difusión de las ideas ilustradas, y las Reales Academias (Lengua, Bellas Artes, Historia).

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