La Guerra de Cuba (1898)
La insurrección cubana estalló en 1898, tras la Paz de Zanjón. Los cubanos, que pedían mayores derechos y autonomía, vieron sus peticiones denegadas.
Antecedentes
En Cuba existían dos grandes partidos: uno abogaba por la emancipación total de España, mientras que el otro buscaba una mayor autonomía y derechos dentro del sistema colonial. La subida de aranceles por parte de España, que afectaba especialmente a la industria azucarera cubana, generó un gran malestar, tanto en la isla como en Estados Unidos, que veía peligrar sus intereses económicos y temía un conflicto abierto.
Desarrollo del Conflicto
- Guerra Chiquita (1879-1880): Esta primera insurrección, aunque no tuvo éxito, sentó un precedente importante.
- Grito de Baire (1895): Este levantamiento generalizado marcó el inicio de la Guerra de Cuba. España envió un ejército para sofocar la rebelión, pero la lucha en la isla, con su clima tropical, enfermedades y la táctica guerrillera de los cubanos, resultó muy difícil.
Tras el asesinato de Cánovas del Castillo en 1897 y con el objetivo de evitar un conflicto mayor con Estados Unidos, España se vio obligada a aceptar un acuerdo que implicaba la independencia de Cuba. La guerra, que apenas duró dos meses, supuso un duro golpe para España.
Consecuencias
- Pérdidas materiales y económicas: Tanto Cuba como España sufrieron grandes pérdidas materiales. La metrópolis, además, vio mermados sus ingresos coloniales.
- Crisis política en España: La derrota provocó una crisis política en España, aunque el sistema de la Restauración sobrevivió.
- Auge del nacionalismo: La derrota intensificó el sentimiento nacionalista en las colonias restantes, especialmente en Filipinas y Puerto Rico.
- Crisis moral e ideológica: La derrota de Cuba supuso un duro golpe para la moral española y la imagen del país en el exterior. España pasaba a ser una potencia de segunda fila, con la pérdida de su imperio colonial.
- Impacto social: La guerra se cobró la vida de 60.000 soldados españoles, lo que generó un fuerte sentimiento antimilitarista en la sociedad.
Conclusión
La Guerra de Cuba marcó el fin del sistema de Cánovas del Castillo, que había funcionado hasta finales del siglo XIX. La crisis provocada por la guerra abrió paso a un intento de regeneracionismo político, liderado por intelectuales, científicos y políticos que buscaban modernizar el país. Sin embargo, el sistema de la Restauración se mantuvo con cambios mínimos.
El Sexenio Democrático (1868-1874)
El Sexenio Democrático fue un periodo de gran agitación política y social en España, que comenzó con la Revolución de 1868, conocida como»La Glorios», y que puso fin al reinado de Isabel II. Este periodo coincidió con una crisis económica a nivel europeo, que afectó especialmente a sectores como la industria y las finanzas. En España, la crisis se tradujo en una escasez de trigo y una subida de precios de los alimentos básicos, lo que aumentó el descontento social.
La Revolución de 1868
El deterioro político y el descontento generalizado propiciaron la revolución liderada por el general Juan Prim, quien logró unir a progresistas, unionistas y demócratas para derrocar a Isabel II. El levantamiento triunfó y la reina se vio obligada a exiliarse a Francia.
El Gobierno Provisional (octubre 1868 – junio 1869)
Tras el triunfo de la revolución, se estableció un Gobierno Provisional presidido por el general Serrano. Este gobierno, formado por unionistas y progresistas, redactó la Constitución de 1869, que establecía la soberanía nacional, la libertad de culto y otros derechos fundamentales. La Constitución también establecía que España sería una monarquía, pero sin los Borbones.
La Regencia de Serrano (junio 1869 – enero 1871)
Tras la aprobación de la Constitución, Serrano asumió la regencia mientras se buscaba un nuevo rey. Durante su breve regencia, se aprobó la peseta como moneda nacional, se promulgó la Ley de Minas y se redujeron algunos aranceles.
La Monarquía de Amadeo I (enero 1871 – febrero 1873)
Finalmente, la corona recayó en Amadeo de Saboya. Sin embargo, su reinado estuvo marcado por la inestabilidad. La muerte de Prim, su principal consejero, la división de los progresistas, la falta de apoyo popular, las dificultades económicas, la Guerra de Cuba y la Tercera Guerra Carlista minaron su reinado. Amadeo I abdicó en 1873.
La Primera República (febrero 1873 – enero 1874)
Tras la abdicación de Amadeo I, se proclamó la Primera República. Sin embargo, esta solución de urgencia no logró resolver los problemas del país. En apenas un año, se sucedieron cuatro presidentes (Figueras, Pi y Margall, Salmerón y Castelar), pero la falta de apoyo popular, la división entre republicanos federales y centralistas, la agitación social, la Guerra de Cuba y la Tercera Guerra Carlista hicieron inviable la República.
El Golpe de Estado de 1874
En enero de 1874, el general Pavía dio un golpe de estado que puso fin a la Primera República. Se estableció una República Autoritaria presidida por el general Serrano, mientras Cánovas del Castillo, líder del Partido Alfonsino, preparaba la vuelta de los Borbones al trono. En diciembre de 1874, Alfonso XII fue proclamado rey, restaurando la monarquía borbónica.
La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
A partir de 1917, el sistema de la Restauración, ya debilitado tras la crisis del 98, se mostró incapaz de dar respuesta a los problemas del país. La creciente conflictividad social, el auge del nacionalismo, la guerra de Marruecos y la inestabilidad política, con constantes cambios de gobierno, crearon un clima propicio para la dictadura.
El Golpe de Estado y la Instauración de la Dictadura
En este contexto, el general Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña, dio un golpe de estado en septiembre de 1923. Primo de Rivera se presentó como la solución a la crisis, prometiendo restablecer el orden y acabar con la corrupción. El rey Alfonso XIII le otorgó plenos poderes, suspendiendo la Constitución, disolviendo las Cortes y prohibiendo los partidos políticos.
Medidas y Características de la Dictadura
- Represión del movimiento obrero: Se persiguió duramente a los movimientos obreros, especialmente a la CNT, que se oponía frontalmente a la dictadura.
- Sustitución de caciques: Se intentó acabar con el caciquismo, aunque en la práctica se sustituyó a los antiguos caciques por nuevos líderes afines al régimen.
- Intervencionismo estatal: Se nacionalizaron sectores estratégicos de la economía y se fomentaron las obras públicas, lo que disparó el endeudamiento del país.
- Creación de la Organización Corporativa Nacional: Se creó un sistema corporativo para regular las relaciones laborales, inspirado en el modelo fascista italiano.
- Control de la educación y la cultura: Se estableció un férreo control sobre la educación y la cultura, con censura y persecución de intelectuales críticos con el régimen.
Oposición a la Dictadura
La dictadura de Primo de Rivera se enfrentó a la oposición de diversos sectores: líderes de los partidos dinásticos, republicanos, nacionalistas, comunistas y anarquistas. Se produjeron conspiraciones militares, como la»Sanjuanad» de 1926, y se intensificó la actividad de la CNT, que llevó a cabo numerosos atentados y acciones de sabotaje. En Cataluña, surgió la Alianza Republicana, que aglutinaba a diferentes fuerzas políticas contrarias a la dictadura.
Caída de la Dictadura
La dictadura, que en un principio se presentó como una solución temporal, se fue perpetuando en el poder. Sin embargo, la falta de libertades, la crisis económica y la creciente oposición social minaron el régimen. En enero de 1930, el rey Alfonso XIII retiró su confianza a Primo de Rivera, quien se vio obligado a dimitir. La dictadura había fracasado en su intento de regenerar el país y, en la práctica, debilitó aún más la monarquía, allanando el camino para la proclamación de la Segunda República en 1931.
La Guerra de la Independencia (1808-1814)
La Guerra de la Independencia Española fue un conflicto bélico que enfrentó a España contra el Primer Imperio Francés de Napoleón Bonaparte. La invasión francesa de la Península Ibérica se produjo en un contexto de crisis política en España y de expansión del imperio napoleónico por Europa.
Invasión Francesa y Abdicaciones de Bayona
Napoleón, aprovechando la debilidad de la monarquía española, firmó el Tratado de Fontainebleau con el rey Carlos IV, por el que se permitía el paso de tropas francesas por territorio español para invadir Portugal. Sin embargo, el verdadero objetivo de Napoleón era ocupar España y colocar a su hermano José Bonaparte en el trono. Ante el temor a la invasión, la familia real española huyó hacia el sur, pero un motín popular en Aranjuez obligó a Carlos IV a abdicar en su hijo Fernando VII.
Napoleón, aprovechando la situación, convocó a Carlos IV y Fernando VII a Bayona, donde les obligó a abdicar en su favor. José Bonaparte fue proclamado rey de España, pero su gobierno no fue reconocido por la mayoría de la población española, que lo consideraba un rey ilegítimo.
Levantamiento del 2 de Mayo y Comienzo de la Guerra
El 2 de mayo de 1808, el pueblo de Madrid se levantó en armas contra las tropas francesas, iniciando la Guerra de la Independencia. El levantamiento se extendió rápidamente por toda España, formándose juntas locales que asumieron el poder y organizaron la resistencia contra los invasores. La Junta Suprema Central Gubernativa, formada para coordinar la lucha, proclamó a Fernando VII como rey legítimo de España.
Desarrollo de la Guerra
La guerra se caracterizó por la combinación de la guerra regular, con la participación del ejército español, y la guerra de guerrillas, con la participación activa de la población civil. La táctica guerrillera, la ayuda del Reino Unido y la intervención del ejército ruso en la campaña de 1812 fueron claves para la derrota francesa. La victoria decisiva del ejército aliado, liderado por el general Arthur Wellesley (Duque de Wellington), en la batalla de Arapiles (1812) marcó el principio del fin de la ocupación francesa.
Final de la Guerra y Consecuencias
En 1813, se firmó el Tratado de Valençay, por el que Napoleón reconocía a Fernando VII como rey de España. La guerra finalizó en 1814 con la expulsión definitiva de las tropas francesas de territorio español. La Guerra de la Independencia tuvo importantes consecuencias para España:
- Pérdidas humanas y económicas: La guerra provocó una gran destrucción y un elevado coste en vidas humanas. La economía española quedó muy debilitada.
- Fin del Antiguo Régimen: La guerra supuso el fin del Antiguo Régimen en España y el inicio de un nuevo periodo marcado por la inestabilidad política y social.
- Constitución de 1812: Durante la guerra, las Cortes de Cádiz promulgaron la Constitución de 1812, conocida como»La Pep», que establecía la soberanía nacional, la división de poderes y otros derechos fundamentales. Aunque la Constitución tuvo una vigencia efímera, sentó un importante precedente para el desarrollo del liberalismo en España.
La Guerra de la Independencia marcó un antes y un después en la historia de España. El país, debilitado por la guerra y dividido por las luchas políticas, se enfrentaba a un futuro incierto.