Crisis social
La disminución de ingresos de la nobleza llevó a que los grupos sociales dominantes intensificaran la explotación del campesinado estableciendo nuevos y más duros derechos señoriales.
Reacción campesina
Llevó a diversos levantamientos en el siglo XV: Guerras irmandiñas en Galicia entre 1467 y 1469. Payeses de remensa en Cataluña. Este conflicto concluyó con Sentencia arbitral de Guadalupe de 1486 adoptada por Fernando el Católico. La sentencia puso fin a la última reminiscencia de la servidumbre medieval en España. El malestar social dio lugar a otros tipos de conflicto. Conflictos sociales urbanos, como el que enfrentó a la Biga, alta burguesía, y la Busca, clases populares, en la Barcelona del siglo XV. Rebrote del antisemitismo que llevó a múltiples pogromos contras las comunidades judías en el siglo XIV y XV. Como resultado de esta violencia, muchos judíos se convirtieron al cristianismo. Serán los conversos o cristianos nuevos. Crisis política
Crisis política
La crisis generalizada tuvo también su expresión política. El foco de conflicto principal fue la pugna entre los monarcas y los grupos privilegiados, nobleza y clero, por la hegemonía política. En Castilla hubo varios conflictos de gran gravedad: La guerra civil entre Pedro I y Enrique de Trastámara entre 1366 y 1369 trajo al trono a una nueva dinastía, los Trastámara, y significó el triunfo coyuntural de la nobleza. Los reinados de Juan II y Enrique IV en el siglo XV se caracterizaron por múltiples conflictos. A Enrique IV le sucedió su hermana Isabel de Castilla. En Aragón la crisis estuvo centrada en la oposición entre el monarca y los estamentos nobiliarios. El primero deseaba aumentar su autoridad. Los segundos, aumentar sus privilegios. Los nobles fueron ganando concesiones como la creación de instituciones que velaban por sus derechos como la Generalitat en Cataluña o el Justicia Mayor en Aragón. El problema desembocó, sin embargo, en una guerra civil al enfrentarse el rey Juan II con la nobleza y el clero catalanes (1462-1472) por la preeminencia política del Principado en la Corona. La confluencia de esta guerra civil con los conflictos de los remensa en el campo y el de la Busca y la Biga en Barcelona dejaron al Principado de Cataluña destrozado. La hegemonía política de la corona pasará a Valencia. A Juan II le sucedió Fernando de Aragón.
Expansión territorial
Corona de Aragón en el Mediterráneo. La Corona aragonesa, sin posibilidad de continuar la conquista terrestre por sus pactos con Castilla, orientó su expansión hacia el Mediterráneo occidental. Pedro III (1276-1285) intervino en Sicilia (1282). Jaime II (1291-1327) conquistó Cerdeña (1324) y Alfonso V el Magnánimo (1416-1458) se hizo con el reino de Nápoles (1443). La Corona de Aragón también estuvo en el Mediterráneo oriental a través de las expediciones de los almogávares. Esta expansión chocó con los intereses de la corona francesa, del papa y de las potencias marítimas italianas como Venecia o Florencia. Se inicia así un elemento clave de la política exterior aragonesa, y posteriormente española, que se prolongará durante varios siglos: la lucha con Francia por la hegemonía en los estados italianos. Hay que destacar que el coste económico de estas empresas imperialistas forzó a los reyes de Aragón a pedir ayuda continuamente a la nobleza y al clero. Este es uno de los factores que explican que la monarquía aragonesa fuera una ‘monarquía pactista’.
Las rutas atlánticas
Las Islas Canarias. Desde el siglo XIII se estaba produciendo una lenta pero inexorable mutación geográfica desde el Mediterráneo hacia el Atlántico, debido a numerosos factores, tanto políticos como económicos y tecnológicos. La fachada marítima de Portugal y la costa atlántica de Andalucía ocupaban, desde ese punto de vista, una posición estratégica de primera magnitud. En el transcurso del siglo XV la Corona de Castilla, que había puesto los pies en las islas Canarias al comenzar dicha centuria, fue protagonista de una notable expansión por la costa occidental de África, ya fuera para explotar sus pesquerías o para realizar un lucrativo comercio. En esas actividades participaban, sin duda, los grandes linajes de la nobleza de Andalucía, como los Guzmán o los Ponce de León, a los que, además de señores de tierra adentro, se les consideraba como señores de la mar. Pero, sobre todo, había en la costa atlántica de Andalucía un abigarrado mundo de mareantes y de pescadores. Hacia finales del siglo XIII o probablemente antes debieron realizarse los primeros viajes a las islas Canarias, organizados por comerciantes, haciéndose más frecuentes a lo largo de la centuria siguiente. Estos viajes hicieron que las Canarias fueran bien conocidas en la segunda mitad del siglo XIV. La conquista del Archipiélago Canario duró cerca de un siglo, desde 1402 hasta 1496. Varios factores fueron la causa de que se alargara tanto, como la falta de medios económicos por parte de los conquistadores, la fuerte resistencia que ofrecieron algunas islas y también que las islas no eran tan ricas como muchos europeos suponían y ante esta evidencia bajaba mucho el afán descubridor. Puede dividirse en dos fases la conquista de Canarias, una primera parte realizada por Jean Bethencourt (normando al servicio de la corona castellana), quien, a partir de 1402, somete a las islas de Lanzarote, Fuerteventura y El Hierro, posiblemente también La Gomera, y una segunda bajo el reinado de los Reyes Católicos, con la conquista de Gran Canaria, La Palma y Tenerife. No tiene por ello nada de extraño que fuera precisamente en ese territorio en donde, años más tarde, encontrara Cristóbal Colón tanto el aliento como las bases materiales para llevar a cabo su proyecto de viaje a las Indias cruzando el Atlántico. Por su parte, los portugueses avanzaron de forma decisiva en la exploración y la toma de enclaves comerciales en las costas africanas y el Atlántico. Los archipiélagos de las Azores y la isla de Madeira son ejemplos de esta expansión que finalmente llevaría a fines del siglo XV a las expediciones de Bartolomé Diaz, que dio la vuelta al Cabo de Buena Esperanza, y de Vasco de Gama, quien finalmente conseguirá llegar a la India costeando el continente africano Revuelta social protagonizada por los campesinos gallegos en un marco de crisis social (hambre, epidemias y abusos nobiliarios) y político (guerra civil en Castilla) En Cataluña, los remensa eran campesinos sujetos a la tierra y a servidumbre. La remensa era el pago que los campesinos tenían que efectuar a su señor para poder abandonar la tierra. El rey Juan II, en este conflicto, apoyó a los remensa frente a los intereses de los nobles. A partir de este momento, Alfonso V estableció su corte en Nápoles, convirtió la ciudad un gran centro humanístico y se dedicó por completo a la política italiana. Eran soldados mercenarios de la Corona de Aragón quienes, dirigidos por Roger de Flor, partieron hacia el Imperio bizantino a comienzos del siglo XIV para luchar contra el avance turco. Tras una serie de victorias, el emperador bizantino que les había contratado desconfió de Roger de Flor y le mandó asesinar en 1305. Como venganza, los almogávares se dedicaron al saqueo de Grecia (‘la venganza catalana’) fundando los ducados de Atenas y Neopatria donde permanecerán hasta 1390.