La Crisis Demográfica
Causas Fundamentales
La roturación de nuevas tierras se paralizó (esta paralización se explica por la voluntad de los señores de buscar producciones fácilmente comercializables) y el empeoramiento de las condiciones climáticas multiplicó el número de años de carestía. El hambre volvió a ser una realidad.
La Carestía y el Hambre
Trajeron la debilidad biológica de la población, sobre ella hizo fácil presa la Peste Negra en 1348. El hambre y la peste no llegaron solas, la guerra las acompañó con los conflictos en el Siglo XIV (la «guerra de los dos Pedros» y la guerra civil de Castilla, la revolución y la guerra civil de Cataluña).
Consecuencias
En Cataluña desapareció la mitad de la población, Aragón perdió una quinta parte, Valencia y Mallorca quedaron despoblados. También fueron importantes consecuencias la detención del crecimiento de la población, la preponderancia de Castilla y la redistribución de la población, con el desarrollo de las ciudades.
La Crisis Económica
Depresión Agraria
Se evidenció con el aumento del número de despoblados, el retroceso de los cultivos, el desequilibrio entre los precios y los salarios y la caída de las rentas señoriales. La producción agraria se generaba en las pequeñas explotaciones de carácter familiar integradas en los distintos señoríos. La despoblación de los campos por causa de la crisis demográfica dejó en manos de los señores abundantes espacios, que sirvieron para el ganado. El rápido abandono permitió a los poderosos constituir grandes latifundios.
La Ganadería y la Vid
Se manifestó por la puesta en explotación de tierras abandonadas en los años malos, la mejora de las condiciones ofrecidas a los nuevos cultivadores y la adaptación de las producciones rurales a las necesidades. Hubo tres factores que estimularon la atención de la ganadería ovina: la crisis demográfica redujo los espacios cultivados que pasaron a dedicarse a pastos, la demanda de los talleres de Flandes, y la calidad de las lanas castellanas.
Comercio
Aumentó la producción de tejidos, hierros, etc.; se produjo una inserción de la Península en los itinerarios internacionales; y empezó a aparecer una economía-mundo. El desarrollo mercantil estimuló dos instrumentos: la creación de espacios de contratación en la Corona de Castilla en la Corona de Aragón.
Crisis Social
Dominio de los Señores
Continuó con el temor a la reducción de las rentas de los señores que empujó a adquirir competencias jurisdiccionales cada vez más amplias. La nobleza redondeó sus ingresos con la apropiación de tierras del realengo y la atención a los beneficios del comercio. Los nobles aceptaron la institución del mayorazgo (reservaba la transmisión de la fortuna en beneficio de un solo hijo). Los ricos hombres (nobles más ricos) mantenían como clientes a miembros de una segunda nobleza. Las luchas de bandos fueron signo revelador de las tensiones creadas por la pérdida de rentas. En las ciudades los linajes de la nobleza disputaron el poder municipal.
Conflictos
Surgió el sentimiento antijudío en el cual los judíos tenían un papel prestamista y como arrendadores de rentas. El movimiento remensa (Siglo XIII) tuvo reacción contra dos prácticas señoriales: la prohibición a los campesinos de abandonar el campo sin el previo pago de la redimença y la imposición de malos usos. La revuelta foránea en Mallorca convino las protestas de los campesinos contra los señores por la abusiva hegemonía política y fiscal de la ciudad de Palma. Las tropas enviadas por el rey Alfonso V liquidaron rápidamente la revuelta.
La Renovación Política
El Autoritarismo y el Pactismo
En el siglo XIV estaba asentada la idea de que por encima de cada reino no había ningún poder superior. El rey, que figuraba a la cabeza, tenía una versión autoritaria. Los nobles más poderosos y las grandes ciudades eran la versión pactista o contractual. Las dos posturas zanjaron sus diferencias muchas veces por la vía del conflicto armado. La discusión entre autoritarios y pactistas también se desarrolló en el marco de dos instituciones: El Consejo Real y Las Cortes.
La Administración
Los señoríos siguieron siendo fundamentales. Hubo innovaciones como la delimitación de cada reino mediante fronteras y aduanas, el nacimiento de las capitales, y la inclusión de cinco medidas (creación de una nueva fiscalidad, creación de un ejército, difusión de las decisiones de los juristas, y la intervención real en los municipios de realengo).
Reino de Granada
Nació en 1246 por acuerdo de Fernando III de Castilla y un noble nazarí que había colaborado en sus conquistas. Alfonso XI en la batalla del Salado (1340), puso fin a sus amenazas. Su último siglo lo vivió marcado por cuatro hechos: la tensión del cerco castellano, las luchas entre linajes; la intensa actividad artesanal y mercantil y el esplendor intelectual y artístico.
Reino de Navarra
En 1234 pasó a manos de la dinastía francesa de Champaña. En 1329 la casa de Evreux se hizo cargo del trono. Los intereses franceses de la dinastía implicaron a Navarra en la guerra de los Cien Años. En 1420 el matrimonio entre Blanca de Navarra y don Juan, devolvió la atención al reino navarro.
Corona de Aragón
Vocación Mediterránea
Inició su expansión con la conquista de las Baleares. En 1282 se hizo con Sicilia (reino de las Dos Sicilias). El poder aragonés tuvo muchas dificultades para instalarse en Cerdeña y Córcega. En la zona oriental del Mediterráneo el protagonismo aragonés corrió a cargo de las compañías de almogávares. Crearon los ducados de Atenas y Neopatria. Alfonso V, tras varios combates, se hizo con el reino de Nápoles.
Política Interior
El compromiso de Caspe (1412), la extinción de la dinastía que había gobernado la Corona de Aragón quedó en manos de nueve compromisarios que designarían al nuevo rey. Así, la dinastía de Trastámara se instalaba en la Corona de Aragón. La excusa para el estallido de la guerra civil catalana fue las tirantes relaciones entre Juan II y su hijo Carlos.
Corona de Castilla
Vocación Atlántica
Los reinos de León y Castilla se interesaron por la fachada costera y la navegación. La apertura del estrecho de Gibraltar a la libre navegación cristiana fue el primer objetivo de los castellanos. En la guerra de los Cien Años, Pedro I se inclinó por la alianza con Inglaterra, su sucesor Enrique II optó por la alianza con Francia. El apoyo naval castellano a las pretensiones francesas se mantuvo durante un siglo. La conquista de las islas Canarias, Enrique III aceptó el ofrecimiento de dos nobles franceses, de ocupar las islas y someterlas a vasallaje del rey castellano.
Política Interior
Se sublevaron la nobleza y las ciudades del reino. El infante Sancho encabezó la sublevación y se enfrentó a Alfonso X. Alfonso XI puso en vigor el Ordenamiento de Alcalá. Pedro I fue asesinado por Enrique II. Este se mostró como defensor de la nobleza frente a las ciudades y como el valedor de la alianza francesa frente a la inglesa que su hermanastro había mantenido. La muerte del rey portugués animó a su yerno Juan I a intentar la incorporación de aquel reino. La alta nobleza castellana fabricó la leyenda de la ilegitimidad de la hija de Enrique IV y propuso a los hermanastros del rey, Alfonso e Isabel, como sucesores. Isabel se casó con Fernando, heredero de Aragón. Enrique IV se desdijo del acuerdo con su hermanastra y buscó para su hija un marido francés o portugués. La muerte del monarca en 1474 dejó al reino a las puertas de una guerra.