Cristóbal Colón: Los 4 Viajes que Cambiaron el Mundo

Primer viaje: Descubrimiento de América

El 3 de agosto de 1492, Cristóbal Colón, junto con los hermanos Martín y Vicente Pinzón y 120 hombres, partió del Puerto de Palos (España) con dos carabelas (La Niña y La Pinta) y una nao (La Santa María). Navegaron hasta las Islas Canarias y de allí partieron al oeste. Al ver pasar el tiempo sin tocar tierra, la desesperación de los tripulantes provocó un amotinamiento que Colón calmó prometiendo que si en tres días no avistaban tierra, regresarían a España.

El 12 de octubre de 1492, a las 2 de la mañana, después de 72 días de navegación, el marinero Rodrigo de Triana divisó tierra firme. Cristóbal Colón y su expedición llegaron a la isla que los nativos llamaban Gunahaní, y que Colón bautizó como San Salvador, ubicada en el archipiélago de las Lucayas o Bahamas. Inmediatamente comenzó a explorar la zona y pronto llegó a la actual Cuba, a la que llamó Juana.

Colón estaba convencido de haber llegado a las Indias Orientales y por eso llamó «indios» a sus habitantes. Además, con la idea fija de que estaba en Catay, Colón se dio a la tarea de buscar la residencia del Gran Khan, por lo que recorrió parte del norte de Cuba en dirección poniente y llegó a la isla que hoy es de Haití y de la República Dominicana, a la que bautizó como La Española.

En este sitio, Colón construyó un fuerte con los restos de la Santa María, que se había estrellado contra un arrecife y naufragado. Ese refugio se llamó «Fuerte de Navidad» y fue el primer asentamiento español en América.

El 4 de enero de 1493, Cristóbal Colón regresó a España con las dos carabelas que le quedaban, dejando 40 hombres en el fuerte Navidad. En Barcelona, los Reyes Católicos recibieron solemnemente al Almirante, quien llegó mostrando seis aborígenes, algunos frutos exóticos, como la piña, papagayos y algo de oro. El éxito y fama de la empresa expedicionaria de Colón le permitió obtener el financiamiento para un segundo viaje.

Segundo viaje: la búsqueda de los tesoros de la India

Con el apoyo de los Reyes Católicos, Cristóbal Colón decide emprender otra expedición, ya que estaba convencido de que aún le quedaba lo más importante por descubrir: los tesoros de los pueblos orientales.

Colón partió de Cádiz el 25 de septiembre de 1493, al mando de 17 barcos y 1200 hombres. Cuarenta días más tarde descubrió las Antillas, Cuba y Puerto Rico. Hacia fines de noviembre llegó a La Española y encontró el «fuerte de Navidad» destruido: los 40 voluntarios habían sido asesinados. Entonces fue allí donde Colón fundó la primera ciudad, la cual llamó Isabela, en honor a la reina de España.

Parte de la expedición regresó debilitada y enferma a España en 12 barcos. En abril de 1494 Colón siguió explorando el Mar de las Antillas con apenas 3 carabelas. A pesar de sus esfuerzos por encontrar el continente (las Indias, el Japón, el Imperio Chino…), sólo se topó con otra isla (Jamaica) y poco oro. Cuando retornó a Isabela se encontró con graves problemas. Los españoles obligaban a los indios a que les entregaran el oro y se mataban entre sí.

Tampoco llegaban buenas noticias de España: muchos de los que habían regresado criticaban a Colón ante la Corte y lo denunciaban como un pésimo administrador en las nuevas colonias de las Indias. El navegante genovés retornó entonces a España. Allí presentó su defensa ante los Reyes Católicos.

Tercer viaje: el Paraíso Terrenal

Debido al desprestigio en las Indias y a la difícil situación económica de la Corona, el tercer viaje resulta más complicado que el anterior. Incluso, la falta de voluntarios para acompañar a Colón en su viaje, hizo que la Corona perdonara a los delincuentes que estuviesen dispuestos a embarcarse en este viaje.

El 30 de mayo de 1498, parte de Sanlúcar de Barrameda con seis naves tomando el camino del sur. El 31 de julio llegó a la isla de Trinidad. De allí pasó a las costas de Venezuela y finalmente, al atravesar el estrecho de la Boca de Sierpes, llega a la Península de Paria. Allí se encontró con indios adornados de perlas y con un paisaje exuberante y, tal como lo revelan las cartas que enviara a los reyes, Colón pensó que había descubierto «El Paraíso Terrenal».

El 13 de agosto abandonan el Golfo de Paria y pasan frente a Tobago y Granada siguiendo rumbo hacia La Española, que había quedado bajo el control de sus dos hermanos (Bartolomé y Diego). Se encontró con que los colones españoles se habían sublevado debido a la fiebre del oro, la inadaptación al clima y la severa disciplina impuesta por Bartolomé. Colón hizo entonces ahorcar a varios, pero sólo logró aumentar las rebeliones.

Los sublevados, por su parte, informaron a la Corona sobre los abusos y actos de crueldad que cometía la familia Colón en la isla. En octubre de 1498, Colón envió una carta a los reyes de España solicitando ayuda para dominar la situación.

Finalmente, el 23 de agosto de 1500, Francisco de Bobadilla es enviado por la Corona a La Española, para sustituir al virrey y gobernador. Hubo cierta resistencia por parte de Colón y su familia, lo cual obligó a arrestarlos y regresar a España a principios de octubre.

Cuarto viaje: El último

En consideración a sus servicios, la Corte retiró los cargos a Colón y además, recuperó el apoyo para una cuarta expedición. El 11 de mayo de 1502, parte junto con su hermano Bartolomé y su hijo Hernando Colón desde Cádiz con cuatro naves y 150 hombres. El objetivo principal de este viaje era tocar tierra firme y encontrar un paso hacia la zona de las especierías, la antesala a la costa oriental del continente asiático.

Durante el viaje, las carabelas de Colón sufrieron los ataques del huracán, quedando tres de ellas a la deriva. Sin embargo, siguieron adelante y el 24 de julio se anclaron en una isla del Jardín de la Reina, llegando el 1 de agosto a la América Central a la altura del cabo de Honduras. Desde allí hicieron un recorrido bordeando las costas de Nicaragua, Costa Rica y Panamá.

En diciembre llegaron al Canal de Panamá en donde se dedicaron a la búsqueda de oro, que según los indios, las minas estaban ubicadas exactamente en Veragua. A pesar del esfuerzo, nunca encontraron nada.

Sin embargo, en enero llegaron a un lugar rico en oro, en donde fundaron una ciudad, Santa María de Belén, la cual quedaría a cargo de Bartolomé. Plan que fue abandonado, ya que los indios se rebelaron. Así que parten el 15 de abril rumbo hacia el sur, solo con tres de las naves.

En el camino, en Puerto Bello renuncian a otra de sus carabelas, prosiguen hasta el actual Cabo Tiburón. El primero de mayo cambian el rumbo hacia el norte y se dirigen hacia La Española. Pero no logran este objetivo y se ven obligados a dejar estos dos barcos en Jamaica. Este naufragio los somete durante largos meses a una vida de constante peligro, sometidos al asedio del hambre y de los indios, hasta llegar a La Española y pedir auxilio al gobernador Ovando. Éste envía una expedición de socorro que logra poner a salvo a Colón y su tripulación.

El 28 de junio salen de Jamaica y el 12 de septiembre parten de La Española rumbo hacia España. Finalmente, llegan a Sanlúcar de Barrameda el 7 de noviembre de 1504. Así concluye la carrera de este marinero audaz, tenaz y valiente, que muere muy enfermo al cabo de un año y medio, el 20 de mayo de 1506, sin tener noción del enorme alcance y trascendencia que habrían de tener sus descubrimientos.

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