EL LENTO CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN
EL RÉGIMEN DEMOGRÁFICO ANTIGUO:El crecimiento de la población española en el siglo XIX se basa en el estudio de dos fuentes demográficas básicas: el Censo de Población de Godoy de 1797 (10,5 millones de habitantes) y el Censo demográfico de 1900 (18,6 millones de habitantes). La población crecíó en España a lo largo del Siglo XIX, pasó de tener 10 millones en 1800 a 18 millones en 1900 (80% de crecimiento), pero el ritmo de crecimiento de la población fue lento hasta 1840 y algo más rápido a partir de esa fecha (0,5% anual).En España se mantuvo un régimen o ciclo demográfico antiguo durante todo el siglo. Es decir que tanto la mortalidad como la natalidad se mantuvieron elevadas, con lo que el crecimiento natural se mantuvo bajo.La tasa de mortalidad fue alta:
En torno a un 30 por mil; la esperanza de vida era baja (30-35 años) y también fue alta la mortalidad infantil.Las causas de la alta mortalidad fueron básicamente dos. Las malas condiciones de vida y sanitarias, en particular en los partos, que provocaban una sobremortalidad cotidiana. Y la pervivencia de la mortalidad catastrófica a lo largo del siglo que fue provocada por guerras (como las de Independencia, carlistas, de Cuba), por hambrunas o crisis alimentarias o de subsistencias (como las de 1856-1857 y 1867- 1868) y por epidemias (como las de peste de 1854 o la de cólera de 1885, de fiebre amarilla) y enfermedades endémicas (difteria, tuberculosis, viruela, escarlatina). La natalidad se mantuvo alta (30-35 por mil).Las razones de la alta natalidad fueron las malas de condiciones de vida que empujaban las familias a tener muchos hijos por el riesgo de muerte prematura y la ignorancia sobre métodos contraceptivos que no permitieron un control de la natalidad totalmente eficaz.EL LENTO CRECIMIENTO: LA EMIGRACIÓN EXTERNA:La emigración al extranjero de españoles fue constante a lo largo del Siglo XIX.Por motivos económicos, muchos españoles se fueron al norte de África, a América y a Europa, aunque la mayor parte se fue a América del Sur (+/- 1 millón entre 1882 y 1899, por ejemplo), desde Galicia, Canarias, Andalucía, Valencia, sobre todo después de que desaparecieran los obstáculos legales para la emigración a partir de mediados del siglo. Por motivos políticos, la mayor parte se fue a Europa (200.000 a lo largo del siglo) y supuso el exilio para los españoles que emprendieron ese camino.La emigración al extranjero se frenó algo a finales de siglo con motivo de las guerras coloniales.La inmigración extranjera fue casi nula, por lo que el saldo migratorio fue negativo en el siglo.EL LENTO CRECIMIENTO: LA MIGRACIÓN INTERNA HACIA LAS CIUDADES:El éxodo rural se inició en el Siglo XIX y fue más importante en la segunda mitad, pero su ritmo fue siempre lento.Las zonas mediterráneas y suratlánticas fueron las beneficiadas frente a las zonas del interior o de la Meseta, con la excepción de Madrid.Los migrantes procedían fundamentalmente de comarcas o provincias agrarias del interior (Guadalajara, Soria, Teruel, por ejemplo) y se dirigieron hacia los centros industriales de Cataluña, del Norte o a los centros urbanos de la periferia o a Madrid.Así que el proceso de urbanización se inició, pero también fue lento (en 1900 sólo había dos ciudades con más de 500.000 habitantes) por lo que la población española seguía siendo mayoritariamente rural en 1900 (un 30% de población urbana).
Las causas que llevaron a la revolución de 1868 son:Las económicas: Deterioro de la situación económica desde principios de la década de los 60: la crisis del sector textil, la finalización de la red ferroviaria básica y crisis debido a la poca rentabilidad, el hundimiento de la Bolsa (1864), la bancarrota de Hacienda, la crisis de subsistencia debido a las malas cosechas (1866-67). Todo ello trajo el descontento de los grupos dirigentes y de las clases trabajadoras.Políticas: Nadie defendía un régimen que se apoyaba obstinadamente en los moderados (Narváez y O’Donnell). Los gobiernos moderados actuaron con un creciente autoritarismo, respondiendo con una fuerte represión ante cualquier crítica o protesta y para mantener el orden, provocando una crisis política.Los demás partidos (progresistas, demócratas) se retraen y no participan en política. Prim con los progresistas se une a los demócratas y republicanos. Los dirigentes obreros apoyan el golpe ya que ven en la revolución una manera de conseguir sus reivindicaciones.Finalmente, en Agosto de 1866, progresistas, demócratas y republicanos firman el Pacto de Ostende con el que pretenden: destronar a Isabel II, convocar Cortes Constituyentes y mediante sufragio universal. Al año siguiente, tras la muerte de O’Donnell, se sumó al pacto la Uníón Liberal (Serrano). En 1868, con el apoyo de Prim y Serrano, el almirante Topete, al frente de la escuadra en Cádiz, se pronuncia al grito de ¡Viva España con honra!, iniciando la Revolución Gloriosa. El pueblo se sumo y en los días siguientes todos los cuarteles del país. El pueblo organizó la formación de Juntas locales y provinciales, y una milicia civil Los Voluntarios de la Libertad. Tras vencer a las tropas gubernamentales en la batalla de Alcolea, se puso fin al reinado de Isabel II, que partíó al exilio camino de Francia.Se establecíó un gobierno provisional encabezado por Prim y Serrano, que ordenó la disolución de las Juntas locales y provinciales, así como la disolución de los Voluntarios de la libertad. Se designaron nuevos Ayuntamientos y Diputaciones que sustituyeran los poderes revolucionarios. En Diciembre, la normalidad imperaba en el país y el gobierno provisional de Prim y Serrano convocó elecciones constituyentes para Enero de 1869. Las elecciones fueron convocadas mediante sufragio universal (varones mayores de 25 años).Las elecciones fueron ganadas por los partidos en el gobierno: progresistas, unionistas y demócratas monárquicos, aunque también hubo presencia de dos