De Artesanos a Proletarios
Con la implantación de la libertad de producción, los artesanos perdieron sus privilegios. Los trabajadores de las manufacturas, muchos de ellos antiguos artesanos arruinados, emigraron a las ciudades y se transformaron en proletariado, necesitados de trabajo a cambio de un salario. Esta nueva clase obrera se encontró con jornadas de hasta 15 horas, un ritmo de trabajo constante, una disciplina dura y salarios bajos. Además, la mecanización llevó al paro a amplios sectores de trabajadores manuales, lo que generó una gran conflictividad. Los trabajadores se dieron cuenta de que eran explotados.
Primeros Conflictos y Ludismo
Surgieron las primeras asociaciones de trabajadores. Primero, se organizaron por el mismo oficio a nivel local, y luego, de diferentes localidades y oficios. La intervención del gobierno adquirió un carácter represivo y las asociaciones acabaron siendo prohibidas. También se desarrollaron movimientos radicales que propugnaban reformas democráticas y reclamaban derechos y libertades. Cerca de Nottingham, el ejército reprimió una manifestación de teleros, y 60 telares fueron incendiados. Este hecho fue asociado a un dirigente, Ned Ludd. Su nombre fue utilizado para firmar las cartas de amenaza. Los ludistas consideraban que las máquinas perjudicaban sus intereses y forzaron a negociar las condiciones laborales. El ludismo se expandió por regiones de Inglaterra y el continente europeo.
El Socialismo Utópico
Surgieron otras formas de organizar la sociedad con propuestas innovadoras. Babeuf y Blanqui defendían que la igualdad social solo se conseguiría por medio de la acción violenta de una minoría, una dictadura revolucionaria. Sin embargo, la mayoría abogaba por la vía pacífica y la difusión de ideas.
Nacimiento del Sindicalismo
Los obreros crearon sus propias organizaciones: agrupaciones estables de trabajadores que encontraron alternativas al capitalismo, contrapuestas a los intereses de los empresarios. El primer tipo de organización fueron las sociedades de socorro mutuo. Estas sociedades ayudaban a los trabajadores enfermos o en paro y organizaron las primeras manifestaciones. Surgió la necesidad de coordinar los sindicatos, y en Inglaterra se creó la Asociación Nacional para la Protección del Trabajo. El fracaso de la acción política llevó a la formación de la Great Trade Union, que agrupó a sindicatos e impulsó acciones reivindicativas y la creación de cooperativas. Tras el fracaso de las cooperativas, la GTU continuó con dificultades.
El Cartismo
El cartismo fue un movimiento obrero que vio la necesidad de la política para cambiar las leyes. En 1836, la Working Men’s Association creó la Carta del Pueblo con los objetivos de conseguir el sufragio universal masculino y secreto, un sueldo para los diputados y una reunión anual de legisladores. Para presentar las demandas, recogieron firmas para mostrar el soporte social. La carta fue rechazada, pero lograron algunos éxitos parciales.
Marxismo
Karl Marx y Friedrich Engels, a mediados del siglo XIX, dieron forma al socialismo científico, cuyo primer referente fue el Manifiesto Comunista. La teoría marxista se basa en: 1) Un análisis del pasado a través de la lucha de clases (esclavismo, feudalismo y capitalismo). 2) Una crítica del presente con un análisis del sistema capitalista, denunciando la explotación burguesa y las crisis de sobreproducción. 3) Un proyecto de futuro: la sociedad comunista, la toma del poder político por los trabajadores y la dictadura del proletariado.
Anarquismo
El anarquismo no tiene un cuerpo doctrinario tan homogéneo. Sus propuestas critican la sociedad capitalista y proponen una sociedad sin autoridad. Su primer referente es Pierre-Joseph Proudhon, quien defendió el trabajo autónomo, la expansión del mutualismo y el cooperativismo, al margen de organizaciones políticas, mediante la libre asociación. Bakunin creía que la revolución sería protagonizada por los sectores oprimidos, que daría lugar a la lucha de las masas con el objetivo de la destrucción del Estado a partir de las libres asociaciones de las comunas. Así se configuró el ideario libertario: libertad individual, solidaridad social, crítica a la propiedad privada, defensa de la propiedad colectiva, oposición a la jerarquía en la religión, la política y el Estado.
AIT (Asociación Internacional de Trabajadores)
En 1864, se creó la AIT, que incorporó sociedades obreras de diversos países y personas involucradas en la lucha social. Tenía un consejo general dirigido por Marx, que redactó los estatutos y el manifiesto inaugural para implantar el socialismo. Los primeros consejos, en Ginebra, Lausana y Bruselas, impulsaron movilizaciones obreras con las siguientes reivindicaciones: reducción de la jornada laboral, supresión del trabajo infantil, mejora de las condiciones de la mujer y desaparición del ejército, utilizando la huelga como medio eficaz para conseguir sus objetivos. Surgieron discrepancias internas entre Marx y Bakunin. Bakunin acusaba a Marx de dictatorial. A Marx lo apoyaban los países industrializados y a Bakunin los agrícolas.
Comuna de París
La tensión política hizo un llamamiento al movimiento obrero que se oponía a la guerra. El conflicto estalló y dio paso al hundimiento del Imperio Napoleónico III. Se formó un gobierno encabezado por Thiers, de carácter conservador, que las clases populares de París no aceptaron, lo que dio paso a una insurrección popular. El gobierno se refugió en Versalles. El vacío de poder llevó a las elecciones de la Comuna de París, que respondía al ideal de una república democrática y social, y que organizó la resistencia de París. En mayo, las tropas de Versalles consiguieron tomar París, bombardearon la ciudad y llevaron a cabo una durísima represión. El obrerismo francés quedó desarticulado.
Crisis y Disolución de la Internacional
El enfrentamiento entre Bakunin y Marx provocó una crisis en la AIT, agravada por la guerra franco-prusiana y la derrota de la Comuna. Se produjo la ruptura en dos sectores en el Congreso de La Haya. La mayoría formó partidos obreros nacionales. Los bakuninistas no lo aceptaron y fueron expulsados del congreso, lo que dio lugar a la Internacional Antiautoritaria (hasta 1881). La AIT se disolvió, lo que supuso la primera gran escisión entre marxistas y anarquistas. La AIT tuvo influencia moral y puso las bases para la creación de los futuros partidos socialdemócratas.
Los Avances del Sindicalismo
El crecimiento del capitalismo provocó el aumento del proletariado industrial, lo que difundió el socialismo y favoreció la constitución de un sindicalismo más masivo, imponiendo la práctica de la negociación colectiva entre sindicatos y patronos. Muchos sindicalistas exigieron la intervención del Estado, lo que dio como resultado las primeras legislaciones laborales: 1) Regulación del trabajo de niños y mujeres: la edad mínima se fijó en 9 años, y en 1892, en 12 años. A finales del siglo XIX, se prohibió el trabajo nocturno femenino y se estableció el reposo obligatorio posparto. 2) Seguros obligatorios: Alemania fue pionera, estableciendo seguros por enfermedad, accidente y vejez. Francia e Inglaterra no lo hicieron hasta el siglo XX. 3) Regulación de la jornada laboral: se estableció una jornada de 10 horas en talleres y 8 horas en minas. La jornada de 8 horas no se generalizó hasta la Primera Guerra Mundial.
Partidos y Sindicatos Socialistas
Con la experiencia de la Primera Internacional, surgieron partidos políticos obreros. El primero fue el SPD alemán, de inspiración marxista. A largo plazo, quería conquistar el poder político con la acción revolucionaria. A corto plazo, quería una Europa socialdemócrata por medio de la lucha política y la acción parlamentaria. Defendía el sufragio universal para las mujeres, la igualdad de derechos, la sanidad, la educación pública y la mejora de las condiciones laborales. Llegó a tener 4 millones de votos y fue la primera fuerza en el parlamento alemán, representando a los partidos obreros. Potenció la creación de sindicatos nacionales y las negociaciones colectivas entre empresarios y obreros, con la huelga como medio de presión. En Alemania surgió la UGSA, y con sus características, en España, la UGT. En Inglaterra, el punto de partida fueron los círculos sindicales, que se plantearon la organización de una nueva política propia, de donde surgió el Partido Laborista.