La Crisis de 1917 y el Camino a la Dictadura
La dictadura de Primo de Rivera estuvo influida por la Primera Guerra Mundial (IGM). La guerra comenzó el 28 de julio de 1914 y dos días más tarde se publicó el decreto de neutralidad y no intervención. Contra la neutralidad se opuso el general Romanones, quien en un artículo periodístico advirtió que dicha neutralidad provocaría tres trastornos:
- Enfrentar a los españoles en dos bandos.
- Provocar una alteración económica.
- Dar lugar a una transformación moral.
La guerra alteró al país ideológicamente: los de izquierda (demócratas) se manifestaron del bando aliado; eran personas enamoradas de la cultura. Los vascos e industrias catalanas realizaban sus negocios con estos países. Los de derechas se pusieron a favor de Alemania; eran oficiales del ejército, burguesía y, en general, personas de clase media defensoras del orden y la paz.
Las consecuencias de la neutralidad fueron: enriquecieron a unos desmesuradamente y hundieron en la miseria a la mayoría. El rápido enriquecimiento de unos trajo la indignación de otros, a consecuencia de la subida de los productos. La población produjo una radicalización en el campo y en la ciudad.
La Triple Revolución de 1917
Como consecuencia de la radicalización, se produjo la crisis de 1917, que consistió en tres revoluciones, comenzando con una revolución de los militares, otra de la burguesía y finalizando la del proletariado. La monarquía quedó en pie, pero quebrantada. La opinión pública despertó y el proletariado tomó conciencia de clase, que culminó con la unión de las fuerzas de izquierda.
Revolución de los Militares
El ejército en 1910 comenzó a demandar un incremento en sus salarios, unido a la introducción de nuevos mandos militares por méritos en la guerra. En 1917, las posibilidades de ascenso se encontraban en Marruecos; una marcha al Rif por unos meses daba pie al rey para promocionar a sus amigos y beneficiar a los oficiales, ascendiéndolos y aumentando su sueldo. En enero de 1917, se habían formado las Juntas de Oficiales de Infantería y Caballería en la mayor parte de las guarniciones del país. Sus objetivos eran:
- Oponerse al ascenso por méritos en la guerra.
- Solicitar subida del sueldo.
- Enfrentarse a los políticos del Parlamento.
En 1918, se proclamó la Ley del Ejército, que trajo consigo el aumento de los sueldos y la regulación de los ascensos por medio de una junta de clasificación.
Cierre de las Cortes y Asamblea Parlamentaria
Desde febrero de 1917, las Cortes estaban cerradas. Había tantas cuestiones que solucionar que Cambó decidió intervenir. La insurrección de las Juntas de Defensa era lo suficientemente importante como para abrir las Cortes. Si el presidente del Gobierno, Dato, no abría el Parlamento, entonces habría que convocar una asamblea parlamentaria e imponer un nuevo gobierno con las fuerzas más representativas. Pese a todo, la asamblea parlamentaria en contra del Gobierno se celebró el 19 de julio en Barcelona. El Gobierno disolvió la asamblea.
Huelga General
En mayo de 1916, el congreso de la UGT propuso una huelga general para lograr la unión de los partidos republicanos, la salida del rey y la creación de un gobierno provisional. En ese mes, UGT y CNT iniciaron contactos. En diciembre, se convocó una huelga general de 24 horas que fue un éxito. Romanones prometió resolver los problemas de los obreros, pero dejó de ser presidente y cuando Dato llegó, no cumplió sus promesas. Fue entonces cuando se llegó a la convocatoria de una huelga general que duraría lo que fuese necesario. El 19 de julio, se produjo una huelga en Valencia de ferroviarios que acabó con despidos sin readmisión.
En 1917, se formaron gobiernos de concentración integrados por políticos muy influyentes, para evitar que los partidos no monárquicos adquirieran más poder y para intentar salvar el sistema de la Restauración. En noviembre de 1917, García Prieto formó un gobierno que integró personalidades conservadoras. Entre 1917 y 1923, se sucedieron 23 crisis de gobierno, resultando imposible mantener el sistema de la Restauración.
La Guerra de Marruecos y el Desastre de Annual
La guerra de 1893 en torno a Melilla acabó con un tratado hispano-marroquí firmado en 1894. España necesitaba consolidar sus plazas en Ceuta y Melilla, y para ello debió extender su dominio. Fueron la presencia francesa y la amenaza alemana las que llevaron a España a las campañas de Marruecos en los años siguientes.
En 1919, Francia intensificó su actividad de instalarse en África a pesar de los pactos firmados con España. Hubo una guerra en 1921 por la lucha de África, con ello el Desastre de Annual. Berenguer ocupó la zona occidental y Silvestre la oriental. Mientras tanto, el caudillo rifeño del Rif organizó una resistencia y desencadenó una ofensiva, por lo que Silvestre tuvo que organizar la retirada de esta plaza. El Desastre de Annual significó el descrédito de las Juntas Militares de Defensa.
La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
Durante la primavera de 1923, se estaba conspirando para terminar con el gobierno liberal. Había dos grupos principales:
- Uno estaba vinculado a las Juntas de Defensa de Barcelona, de las que se valdría Primo de Rivera, y buscaba, mediante el golpe de fuerza, disolver las Cortes y entregar el poder a las clases medias.
- El segundo tenía como objetivo la instauración de un gobierno fuerte y dispuesto a resolver los problemas generales del ejército y del orden público.
Miguel Primo de Rivera entró en relación con este segundo grupo cuando viajó a Madrid. En el encuentro, pidió plenos poderes para luchar contra los obreros de Barcelona y, como no llegó a un acuerdo, se convirtió en el enlace entre los dos grupos y, más tarde, el jefe de la sublevación.
En Barcelona, el 13 de septiembre de 1923, Primo de Rivera dio un golpe de Estado. De la noche a la mañana, dominó la situación de Barcelona. El Gobierno no era capaz de reaccionar y acudió al rey para que tomara cartas en el asunto, pero Alfonso XIII dejó pasar el tiempo y apoyó a Primo de Rivera, a quien le confió el cargo de formar un gobierno. En tres días, España pasó de una monarquía parlamentaria a una dictadura.
El Directorio Militar (1923-1925)
La implantación del Directorio Militar fue aceptada por la gran masa neutra del país, que presentía un restablecimiento del orden. El golpe de Estado fue posible por la actitud de la burguesía, que se puso al lado de la dictadura, y el movimiento obrero, que no tenía una conciencia política. Los anarcosindicalistas y comunistas consideraron la dictadura como una amenaza. PSOE y UGT aceptaron y colaboraron con el gobierno de Primo de Rivera.
El Real Decreto de 15 de septiembre fijaba la organización de un Directorio, presidido por Primo de Rivera, que reunía todas las facultades y responsabilidades del Gobierno. Toda la administración quedó en manos del ejército. Suspendió las garantías constitucionales, destituyó a los gobernadores civiles, disolvió las Cortes, suspendió la Constitución y publicó el decreto de incompatibilidades.
Aparecieron dos estructuras que tomaban a los municipios como la base del régimen: la figura de los delegados gubernativos y el Estatuto Municipal.
La Unión Patriótica
Para el control del Gobierno sobre los municipios, nació la Unión Patriótica. Esta organización funcionaba como único partido gubernamental. Pretendió reunir a los enemigos del desorden y patriotas de buena voluntad. La UP recogía las ansias populistas del dictador y su autoritarismo; era el «pulmón democrático» para el régimen. En su formación, reunió a gentes del carlismo, conservadurismo de Maura, deseosos de gozar del favor del nuevo régimen.
El Éxito en Marruecos
La solución al conflicto de Marruecos fue el éxito de la dictadura. Una conversación con Franco y el general Sanjurjo le empujaron a proporcionar todos los medios para acabar con el conflicto. Se preparó un ejército que, unido al ejército francés, desembarcó en la bahía de Alhucemas en septiembre de 1925. Tras varias semanas de ataques, Abd el-Krim se entregó a las autoridades. El gran éxito fue político y popular.
El Directorio Civil (1925-1930)
En diciembre de 1925, se constituyó el Directorio Civil. El gobierno siguió legislando por decretos. El régimen se limitó a propiciar la industrialización, a mejorar la agricultura e incrementar el comercio exterior. Con el apoyo del PSOE y la UGT, pudo crear una estructura para las relaciones entre patronos y trabajadores. El gobierno también intentó reformar la Hacienda al introducir el impuesto sobre la renta.
La Caída de Primo de Rivera
A partir de 1928, el PSOE empezó a pensar que la solución debía ser la República. Hubo dos fuerzas que ayudaron a la caída de Primo de Rivera: los intelectuales, que se vieron atacados con la destitución de Unamuno porque se decía que se inclinaba hacia el republicanismo, y el ejército, que provocó la represión de los integrantes que formaban las revueltas universitarias. El 30 de enero de 1930, Alfonso XIII aceptó la dimisión de Primo de Rivera, encargando a Berenguer la formación de un nuevo gobierno.