De la República a la Guerra: España 1931-1939

La Segunda República Española

Introducción: La Proclamación de la II República

En 1931 se celebraron elecciones municipales por sufragio universal masculino. En las grandes ciudades y en el mundo urbano, triunfó la coalición de socialistas y republicanos. Alfonso XIII, a pesar de que el cómputo total de votos le otorgaba la victoria, interpretó el resultado como un rechazo a la monarquía y abdicó. Se proclamó espontáneamente la República el 14 de abril de 1931.

Se constituyó un gobierno provisional presidido por un antiguo político monárquico, Alcalá Zamora, e integrado por miembros de la coalición creada en el Pacto de San Sebastián: republicanos, socialistas y nacionalistas. Quedaron fuera el nacionalismo vasco, los comunistas y anarquistas.

El gobierno provisional convocó elecciones a Cortes Constituyentes y tomó algunas medidas políticas de extrema urgencia: amnistía, libertad sindical, inicio del proceso autonómico, apoyo al campesinado. Estas medidas enfrentaron al gobierno republicano con los grandes propietarios, parte del ejército, la jerarquía eclesiástica y la oligarquía financiera.

Desarrollo histórico del bienio reformador (1931-1933)

Base jurídica: La Constitución de 1931

Se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes para el 28 de junio. Los grandes vencedores de las elecciones fueron el Partido Socialista y el Partido Republicano Radical. El poder ejecutivo quedó en manos de Zamora como presidente de la República, quien nombró a Azaña como jefe del gobierno.

Estas Cortes elaboraron la segunda Constitución Republicana de 1931, cuyos rasgos son:

  • Define a España como una República Democrática «de trabajadores de toda clase».
  • Tiene una amplia declaración de derechos (matrimonio civil, divorcio y derecho al voto femenino).
  • Se reconoce la propiedad privada subordinada a los intereses económicos de la nación.
  • Establece claramente la separación entre Iglesia y Estado.
  • Establece una sola cámara de representación (Parlamento unicameral).
  • El jefe del Estado es el Presidente de la República, Alcalá Zamora.
  • Sufragio universal a partir de los 23 años (incluye mujeres).
  • Modelo territorial basado en la asistencia de un Estado central y regiones con reconocimiento de su autonomía.

Aunque fue aprobada por amplia mayoría, dio lugar a importantes desacuerdos entre la izquierda y la derecha (en lo referente a las cuestiones autonómicas y religiosas). La República había nacido con el apoyo condicional del ejército, de la Iglesia, de los anarquistas y de los catalanes.

Evolución política durante el Bienio: Atomización y política reformista

Una de las características de la España de 1931: la atomización política. Había una clara fractura entre la derecha y la izquierda y, a su vez, ambas ideologías estaban formadas por una gran cantidad de grupos:

  • La izquierda estaba integrada por:
    1. Partidos republicanos de ámbito estatal (partidos de élites).
    2. Partidos republicanos de ámbito regional (Autonomista Gallega y Esquerra Republicana de Catalunya).
    3. Partidos de ideología marxista (Partido Socialista Obrero Español – PSOE, Partido Comunista de España – de ideología estalinista y miembro de la III Internacional – y Partido Obrero de Unificación Marxista – POUM).
  • La derecha la formaban:
    1. Partidos republicanos como el Partido Radical de Alejandro Lerroux y la Derecha Liberal Republicana.
    2. El Partido Agrario o Acción Española de Ramiro de Maeztu.

Panorama político de inestabilidad. El nuevo gobierno, con Azaña a la cabeza, hizo una serie de reformas que le dan nombre (bienio reformista):

  1. Política religiosa: La base es la separación entre Iglesia y Estado. El gobierno aprobó la ley del divorcio y la ley de confesiones y congregaciones religiosas. La mayoría de los católicos interpretó este conjunto de leyes como una clara declaración de intenciones contra la Iglesia católica.
  2. Política educativa: Cierre de las escuelas que estaban en manos de congregaciones religiosas, se crean nuevas escuelas primarias, se mejoran las condiciones profesionales de los maestros (Marcelino Domingo), se reforman los planes de estudio y se impulsa la difusión de la cultura entre las clases populares (misiones pedagógicas o las Universidades Populares de Segovia, creada por Antonio Machado, y la de Cartagena, por Antonio Oliver y Carmen Conde).
  3. Leyes laborales: La República se desarrolló en un ambiente mundial de crisis (la crisis norteamericana de 1929). Las iniciativas más destacadas son la Ley de Control de Trabajo (jornada de 8 horas, prolongación de contratos de arrendamiento…), la Ley de Jurados Mixtos (compuestos por obreros y patronos) y la Ley de Asociaciones Obreras, para regular el sindicalismo. El impulsor fue Francisco Largo Caballero.
  4. Reforma militar: Fue controvertida. Intentaba la modernización del ejército español, con medidas como la jubilación anticipada de los militares más desafectos a la República. Se suprimió la Academia Militar de Zaragoza y se crearon los cuerpos de Suboficiales y Guardia de Asalto. Azaña decidió una depuración pacífica («Ley Azaña»), por la que exigía a los mandos militares prestar juramento de fidelidad a la República o el retiro con el sueldo íntegro a los que no lo hicieran. Esto fue otro problema, puesto que algunos se dedicaron a conspirar. Estas reformas provocaron el intento de golpe de Estado del general Sanjurjo.
  5. Reforma agraria: La pieza clave fue la Ley de Bases de la Reforma Agraria, un mecanismo de catalogación de tierras para su posterior expropiación. Las fincas expropiables, previa indemnización, pasan a manos del Estado que, a través del Instituto de Reforma Agraria, procedería a su redistribución. Sin embargo, la complejidad del proceso hizo que la ley fracasara: se habían asentado 8.600 familias, cuando lo previsto era entre 60.000 y 70.000 campesinos.
  6. Reforma territorial: Se trata del reconocimiento de las autonomías dentro del Estado español. Cataluña obtendrá su Estatuto en 1932. Otras regiones iniciarán el camino hacia la autonomía, pero solo el País Vasco, en el periodo de la Guerra Civil, verá su aprobación, quedando el resto en borradores.

Conclusión del Bienio Reformador

La República, entre 1931 y 1933, intentó un amplísimo programa de reformas que chocó con la desfavorable coyuntura económica, y con la Iglesia y el ejército. En enero de 1933, un gobierno de izquierdas que reprime tan duramente a un grupo de trabajadores de izquierdas era una paradoja que el anarquismo y otros sectores obreristas no aceptaron. La credibilidad del gobierno de Azaña se quebró. En 1933, la inestabilidad era evidente: reorganización de la derecha (Renovación Española y Falange Española), la radicalización de la izquierda (liderada por Largo Caballero) y, en las elecciones municipales de 1933, vencen los candidatos de derecha. Por lo que dimitió Azaña y se convocaron elecciones generales.

El bienio conservador y el Frente Popular

Introducción

Tras los sucesos de Casas Viejas y la operación de acoso desde el centro derecha, el gobierno presidido por Azaña se vio obligado a convocar elecciones. La derecha española se había reorganizado: la CEDA, de Gil Robles, agrupaba a las clases medias y católicas; las JAP tenían ya en aquel momento rasgos fascistas; en Renovación Española, dirigida por Calvo Sotelo, se agrupaban los monárquicos; y, finalmente, la Falange Española, de José Antonio Primo de Rivera, que se fusionó con las JONS.

El sector republicano de izquierdas se había disgregado. La ruptura entre el PSOE y el gobierno y su gran atomización: la Izquierda Republicana, de Azaña, agrupaba el centro izquierda; el PSOE estaba dirigido por líderes enfrentados; el PCE seguía las nuevas directrices de la Komintern y buscaba una alianza de la izquierda contra el fascismo; y la CNT seguía ligada a la acción revolucionaria, lo que propugnó la abstención en las elecciones. Otra cuestión, por primera vez se hizo efectivo el voto femenino. No hay posibilidad de demostrar que el voto de las mujeres inclinara el resultado hacia los sectores conservadores. La izquierda intentó impedir que las mujeres votaran, basándose en que su voto iría a las corrientes más conservadoras.

Desarrollo

A. El bienio de centro-derecha (1933-1935)

Lerroux formó un gabinete conformado por miembros de su partido. La CEDA apoyó al gobierno desde el parlamento. Se vio obligado a iniciar una política de rectificación de las reformas del bienio anterior. La política se concretó en:

  • Freno a la reforma agraria, con devolución de tierras a la aristocracia.
  • En política religiosa, no se aplicó la Ley de Confesiones y Congregaciones.
  • Se modificó la Ley de Jurados Mixtos, dando más poder a los empresarios.
  • Se promocionó a militares marginados en el bienio anterior, designándose para puestos clave a militares claramente antirrepublicanos, como Franco, y se aprobó una ley que favorecía a los implicados en la intentona golpista del general Sanjurjo.
  • Paralización de las reformas educativas y anulación de la enseñanza mixta.
  • Freno al proyecto de Estatuto de Autonomía Vasco y enfrentamientos con la Generalitat catalana, que presidía Companys.

Todo ello creó un clima de tensión, tanto política como social. El campo estuvo marcado por una huelga general. El problema principal fue la insurrección. La CEDA exigió entrar en el gobierno para intensificar las líneas de acción más conservadoras. Hay tres fases de la insurrección:

  1. Huelgas generales (en estas huelgas fracasan).
  2. Proclamación del Estat Català, que es respondido con la declaración del Estado de Guerra.
  3. Revolución de Octubre en Asturias. Se da una alianza entre obreros de todos los signos, que se manifestó en una insurrección armada. La respuesta fue dura y vino de la mano de la Legión, dirigida por Franco. Tras la insurrección, la represión política produjo más de 1.300 muertos, el doble de heridos y 30.000 detenidos, entre ellos Companys y Azaña.

La reacción del gobierno fue el endurecimiento de su política: se suspendió el Estatuto de Autonomía de Cataluña y se redactó una nueva Ley de Reforma Agraria. La crisis definitiva vino con un escándalo de corrupción que afectó a altos cargos gubernamentales. Lerroux y el Partido Radical cayeron en desgracia. La aparición de nuevos escándalos precipitó la convocatoria de nuevas elecciones a Cortes.

B. El Frente Popular (1936)

El panorama en vísperas de las elecciones: las derechas se presentan desunidas y las izquierdas formando un Frente Popular firmado por PSOE, PCE, POUM (la CNT no participó y apoyó de forma tácita a la coalición de izquierdas). La coalición de los grupos de derecha, formada por la CEDA y Renovación Española, acudió con un programa basado en el miedo a la revolución social. La Falange y el PNV se presentaron por su cuenta. Las elecciones se desarrollaron en un clima de polarización. Azaña fue nombrado presidente de la República. Se formó un gobierno presidido por Casares Quiroga y formado por republicanos de izquierda.

Las medidas políticas tomadas por el gobierno son:

  1. Amnistía para los represaliados a raíz de la Revolución de Octubre.
  2. Reposición en sus puestos de los trabajadores y empleados públicos despedidos.
  3. Reforma del Tribunal de Garantías Constitucionales.
  4. Restauración de los puntos de la Constitución suprimidos por el gobierno anterior.
  5. Reinicio de la reforma agraria.
  6. Protección a pequeños productores y empresarios.
  7. Restauración de la legislación social del Bienio de Izquierdas.
  8. Restablecimiento del Estatuto de Cataluña y tramitación del Estatuto de Galicia.
  9. Alejamiento de Madrid de los generales más sospechosos de golpismo: Franco, Mola y Goded.

Conclusión: El golpe de Estado de julio de 1936

El gobierno del Frente Popular tomó posesión en medio de una grave situación de crisis social y una conspiración de la derecha, que desembocó en una rebelión militar:

  • El ambiente social era cada vez más tenso. La derecha buscaba el fin del sistema democrático. Desde el mes de abril, se sucedieron enfrentamientos violentos callejeros entre grupos falangistas y milicias socialistas, comunistas y anarquistas.
  • La conspiración militar contra el gobierno avanzaba. Había una trama política conformada por los principales líderes de partidos de derecha: Primo de Rivera. Crecía el número de generales implicados: Franco, Varela… Mola fue nombrado director del golpe. Se iniciaron los contactos con Mussolini y Hitler.
  • El 12 de julio era asesinado por extremistas de derecha un oficial de la Guardia de Asalto, el teniente Castillo. La respuesta llegó la siguiente madrugada con el asesinato de Calvo Sotelo. El enfrentamiento era inevitable. El gobierno vio cómo el ejército de Marruecos iniciaba la rebelión contra el gobierno de la República. El triunfo parcial del golpe desencadenó la Guerra Civil.

La Guerra Civil Española (1936-1939)

Introducción: El inicio de la Guerra Civil

La insurrección militar se inició en Melilla. Desde allí se extendió al conjunto del Protectorado de Marruecos. El gobierno de Casares Quiroga reaccionó tarde y mal. Las consecuencias fueron:

  • El golpe triunfó en Galicia, Castilla y León, Navarra, Andalucía Occidental, Baleares (excepto Menorca) y en Canarias. También triunfó en Oviedo y Granada, donde tuvo lugar el asesinato de García Lorca.
  • El golpe fracasó en Asturias, Cantabria, una parte del País Vasco, Cataluña y la zona oriental de Andalucía. Los fracasos más graves tuvieron lugar en Madrid y en Barcelona.
  • En general, la sublevación no tuvo apenas respaldo popular y se basó en fuerzas militares insurrectas.

El fracaso parcial del golpe llevó a la división del territorio en dos zonas y al inicio de la guerra. Esas zonas fueron:

  1. La zona nacional: contaba con las reservas de cereal y ganado de Castilla y Galicia, y las minas de carbón leonesas.
  2. La zona republicana: contaba con el trigo de la Mancha y los productos de las huertas levantinas. También con las reservas de oro del Banco de España.

Desarrollo de la Guerra Civil

La descomposición política tras el golpe y la represión

El golpe y el estallido de la guerra provocaron la destrucción de las estructuras estatales de la II República.

En el bando nacional, el poder quedó en manos de un grupo de generales que, siguiendo las propuestas de Mola, establecieron un Estado autoritario y militarizado.

En el bando republicano, el gobierno de la República perdió el control de la situación y el poder real quedó en manos de comités obreros organizados por partidos y sindicatos que no estaban sometidos a ningún tipo de poder centralizado.

En los primeros momentos de la guerra, hubo una enorme represión en ambos bandos. Las ejecuciones y los asesinatos se extendieron como una pesadilla por todo el país.

La represión en la zona nacional se dirigió esencialmente contra los militantes obreros y campesinos, aunque algunos intelectuales, como Federico García Lorca, fueron también víctimas del horror. La represión estuvo bastante organizada y controlada por las autoridades militares. Este hecho no impidió que pistoleros falangistas descontrolados protagonizaran excesos de todo tipo.

En la zona republicana, los grupos que sufrieron la violencia fueron esencialmente los sacerdotes y las clases adineradas. José Antonio Primo de Rivera, prisionero en Alicante al estallar la guerra, fue juzgado y ejecutado. Tras el caos inicial, en el que se produjeron graves excesos, el gobierno fue controlando poco a poco la situación y la represión se atenuó.

El avance nacionalista durante los primeros meses de la guerra

Un elemento clave para comprender la victoria final de los nacionales fue el «puente aéreo» organizado con aviones alemanes e italianos, que permitió el rápido traslado del Ejército de África a la península.

Los legionarios y regulares, fuerzas profesionales que superaban con facilidad a las desorganizadas milicias obreras y campesinas, iniciaron un rápido avance hacia Madrid. En el camino, el general Yagüe, que mandaba las columnas, decidió desviarse hacia Badajoz. La ciudad cayó y se inició una brutal represión que escandalizó al mundo y produjo un gran número de víctimas.

Las tropas continuaron su avance hacia Madrid y, antes de alcanzar la capital, Franco decidió desviar de nuevo las tropas para liberar a la guarnición asediada en el Alcázar de Toledo. La «liberación del Alcázar» fue un gran triunfo propagandístico para Franco.

Mientras, Mola tomó Irún y San Sebastián, aislando al País Vasco de la frontera con Francia.

La Batalla de Madrid

El 18 de octubre de 1936, las fuerzas nacionalistas dirigidas por Varela llegaron a las afueras de Madrid. En noviembre de 1936 se inició la Batalla de Madrid. El 4 de noviembre de 1936 ocuparon Alcorcón, Leganés, Getafe y Cuatro Vientos. La caída de la capital en manos de las tropas rebeldes parecía inminente.

Ante la superioridad militar de las fuerzas nacionales, partidos y sindicatos obreros alentaron la movilización del pueblo madrileño para defender su ciudad. El grito de «¡No Pasarán!» se hizo célebre en todo el mundo.

La moral de la población madrileña aumentó con la llegada de refuerzos exteriores (las Brigadas Internacionales).

Campaña del Norte

De la primavera al otoño de 1937, las tropas nacionales conquistaron la zona norte republicana, que había quedado aislada del resto del país. Uno tras otro, el País Vasco, Cantabria y Asturias fueron cayendo en manos de Franco.

Durante esta campaña tuvo lugar el célebre bombardeo de Guernica. La Legión Cóndor, grupo aéreo alemán enviado por Hitler, bombardeó una ciudad sin interés militar y la arrasó. Este acto, que luego en la Segunda Guerra Mundial se convirtió en rutinario, provocó un escándalo mundial e inspiró a Pablo Picasso en su célebre cuadro.

Durante la campaña vasca, Mola, el único general que podía competir con Franco en el liderazgo del bando nacional, murió en accidente de avión.

Tratando de distraer fuerzas nacionalistas de la campaña del norte, los republicanos organizaron la ofensiva de Belchite, en Aragón. El fracaso fue total y, finalmente, las tropas franquistas tomaron todo el norte del país.

La conquista del norte tuvo graves consecuencias para la República. No solo perdieron las minas de carbón y hierro de la zona, sino que, en adelante, los franquistas pudieron concentrar todas sus tropas en la zona sur.

De Teruel a la Batalla del Ebro

En diciembre de 1937 tuvo lugar una ofensiva republicana en Teruel. Las condiciones climáticas marcaron una ofensiva que finalmente fracasó. Tras asegurar el dominio de Teruel, Franco lanzó un ataque general en Aragón. El éxito fue fulgurante y, el 15 de abril de 1938, las tropas nacionales llegaron a Vinaroz, en el Mediterráneo. La zona republicana quedó partida en dos.

La última gran ofensiva republicana dio lugar a la Batalla del Ebro, en julio de 1938. Con más de 100.000 muertos, esta fue la más cruenta de las batallas de la Guerra Civil y agotó definitivamente la moral y las reservas republicanas.

El final de la guerra

La antesala del fin de la guerra fue la ofensiva nacionalista contra Cataluña. Tras tomar Barcelona, las tropas franquistas llegaron a la frontera francesa en febrero de 1939. Antes se había producido un enorme y patético éxodo de población. Más de 500.000 personas huyeron a Francia, donde fueron hacinadas en campos de concentración.

Ante la inminente derrota, las divisiones internas se hicieron aún más profundas en el bando republicano. El gobierno de Negrín, con el apoyo de los comunistas y parte de los socialistas, proponía la resistencia a ultranza. El objetivo era que el conflicto español quedara integrado en la inminente guerra europea y mundial que todo el mundo veía venir. De esa manera, la República española encontraría aliados que le permitirían cambiar el signo de la guerra.

Contra esta posición, y defendiendo la negociación de la derrota con Franco, el coronel Casado dio un golpe contra el gobierno de Negrín. Pese a las propuestas de negociación de Casado, Franco exigió la rendición incondicional. El 28 de marzo, las tropas franquistas entraron en Madrid y, el 1 de abril de 1939, terminaba la sangrienta guerra. Una larga dictadura vino a sustituir al ensayo democrático de la Segunda República.

Conclusión: Consecuencias de la Guerra Civil

En la zona republicana:

  1. El fracaso del golpe militar desencadenó en la zona republicana una verdadera revolución social. Sus elementos fueron:
    • Los comités de los partidos y sindicatos pasaron a controlar los elementos de la economía, mientras el gobierno se limitaba a ratificar legalmente lo que los comités hacían de hecho.
    • En el campo tuvo lugar una ocupación masiva de fincas, tanto las grandes propiedades como las medianas. En zonas de hegemonía anarquista tuvo lugar una colectivización total de la propiedad.
  2. Se estableció un gobierno de unidad presidido por Largo Caballero y con ministros del PSOE, Izquierda Republicana y grupos nacionalistas vascos y catalanes. El gran desafío del nuevo gobierno era recuperar el control de la situación.
  3. Además, los enfrentamientos entre estalinistas y trotskistas se reprodujeron en suelo español. El POUM fue ilegalizado y Andreu Nin desapareció a manos de agentes soviéticos.
  4. Estos hechos debilitaron la capacidad bélica del bando republicano. A partir de ese momento, se impuso una mayor centralización en la dirección de la economía.

En la zona nacional:

  1. La muerte del general Sanjurjo dejó la insurrección sin un líder claro. Tuvo lugar una reunión de los generales insurrectos en Burgos, donde se acordó crear la Junta de Defensa Nacional, que fue un órgano provisional de gobierno de la zona nacional. Se estableció el estado de guerra en todo el territorio, se suprimieron todas las libertades y se disolvieron todos los partidos políticos, excepto la Falange y los requetés carlistas.
  2. La propaganda nacional basó la justificación del golpe militar, convirtiéndolo en un «alzamiento nacional».

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