Declive de Bizancio y Auge Otomano: Reinos Balcánicos, Economía y Cultura

El Declive de Bizancio y el Ascenso Otomano

1. Bizancio en Decadencia

El reinado de Andrónico II (1282-1328) marcó la definitiva reducción de Bizancio a una potencia de segundo orden. Varios factores contribuyeron a esta situación, incluyendo la crisis agrícola, el auge del poder aristocrático y la mediatización del comercio por mercaderes italianos. La reunificación del antiguo espacio bizantino se volvió imposible.

El mayor peligro provenía de los turcos otomanos, quienes vencieron al coemperador Miguel IX y conquistaron Éfeso en 1302. La amenaza otomana era grave debido a la falta de fuerza militar del Imperio, que dependía de mercenarios como los almogávares catalanes.

Las conspiraciones palatinas debilitaron aún más el Imperio. Desde 1321, Juan Cantacuceno y Alejo Apocaucos apoyaron al co-emperador Andrónico III, nieto de Andrónico II, quien se convirtió en emperador único en 1328. Las guerras posteriores desmembraron aún más el Imperio. Cuando Juan V accedió al poder, el Imperio se reducía a la capital, Tracia, Tesalónica y varias islas. El resto del territorio había sido perdido a manos de serbios y búlgaros en los Balcanes.

Juan V buscó apoyo en Roma, pero Constantinopla no fue atacada por los turcos hasta 1422. En 1365, los turcos conquistaron Adrianópolis y se dedicaron a la conquista de los reinos balcánicos. Manuel II actuó como aliado menor de los turcos, pero no pudo evitar la toma de Tesalónica en 1394 y la invasión de Tesalia, Grecia y el Peloponeso.

Constantinopla sufrió un primer asedio en 1422. Juan VIII (1425-1448) vio reducido su dominio a la capital y no consiguió ayuda militar de Occidente. Constantinopla cayó en manos de los turcos en 1453, siendo emperador Constantino XI. Tras ella, cayeron los últimos territorios de los reinos balcánicos.

2. Reinos Balcánicos y la Conquista Turca

La fragilidad política de Bulgaria y Serbia contrastaba con su expansión territorial. Ambos países mostraban hostilidad hacia Bizancio, pero ninguno ofreció una resistencia sólida a los otomanos desde mediados del siglo XIV.

Bulgaria sufrió una disgregación interna desde el último cuarto del siglo XIII debido al poder de la aristocracia de boyardos. Sin embargo, experimentó un renacimiento religioso-cultural que influyó en Serbia, Rusia y Lituania.

El auge de Serbia a finales del siglo XIII coincidió con la decadencia búlgara. Los sucesores de Esteban Urós I organizaron un territorio que se extendía desde el Save y el Danubio hasta el norte de Macedonia. El apogeo del reino ocurrió con Esteban Dusán, quien impulsó la conversión de Pec en sede patriarcal en 1346, lo que originó un cisma con Constantinopla hasta 1375.

Tras la toma de Adrianópolis en 1365, Murad I conquistó Macedonia y debilitó el poder serbio. Serbia quedó sujeta a tributo. En 1393, la conquista de Tarnovo llevó a la anexión de Bulgaria. La resistencia valaca al norte del Danubio, liderada por Mircea el Grande, logró una victoria en Rovina en 1395, pero al año siguiente un ejército cruzado fue derrotado por los turcos en Nicópolis.

3. Circunstancias Económicas y Sociales de la Última Época Bizantina

A) El Campo

El mundo rural bizantino y balcánico sufrió un descenso de población en el siglo XIV debido a epidemias y guerras. El bandidaje y el desarraigo rural, incluyendo migraciones, fueron comunes. La situación jurídica de los campesinos apenas cambió, pero aumentó el número de campesinos sujetos a la tierra. En 1319, Andrónico II prohibió acoger campesinos en otros dominios.

El auge de la gran propiedad se fundamentó en la ruina de pequeños propietarios y la debilidad del poder político.

B) La Ciudad

La disminución de habitantes y la fortificación fueron rasgos comunes en las ciudades. El florecimiento del comercio mejoró la situación en la costa, a donde emigraba la población. El flujo de rentas del campo a la ciudad generó gasto consuntivo. El dominio del comercio exterior por mercaderes extranjeros generó sentimientos xenófobos y revueltas antiaristocráticas.

4. El Comercio de Levante en Manos Latinas

El dominio de rutas marítimas y puertos estaba en manos de mercaderes latinos, especialmente venecianos y genoveses. Esto excluía beneficios para el Imperio y limitaba a los comerciantes griegos a tráficos de cabotaje o entre islas. Los más emprendedores se instalaron en el extranjero durante el siglo XV.

La rivalidad véneto-genovesa dominó el comercio de Levante. Las posiciones venecianas fueron más sólidas y duraderas debido a su mayor dominio político.

5. Afirmación Religiosa y Renacimiento Cultural

La agresión de 1204 y el predominio mercantil acentuaron la hostilidad hacia el mundo latino y el deseo de conservar la identidad bizantina. El clero y el pueblo rechazaron los intentos de unión de las iglesias y prefirieron la presencia turca, que respetaba su tradición religiosa.

El último renacimiento cultural bizantino incluyó un «retorno a las fuentes» y una reivindicación de las raíces griegas. La potenciación de los centros de enseñanza fue un medio importante de este renacer.

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