Serán llamados Austrias Menores en contraposición a los Mayores (Carlos I y Felipe II).
Es un siglo de decadencia, aunque las dificultades habían comenzado antes.
El esfuerzo, particularmente de Castilla, lleva al agotamiento de recursos de todo tipo.
La primera mitad del siglo XVII es de agudización de la crisis que venía de finales del XVI.
En 1665 la crisis toca fondo: se habían perdido ya parte de los territorios, sobre todo europeos, así como la hegemonía militar.
Francia en el continente e Inglaterra y Holanda en los mares son las nuevas potencias.
Será a finales de Carlos II cuando aparecen los primeros síntomas de recuperación.
Sin embargo, la vida cultural y artística tendrá en el siglo XVII uno de los mejores periodos.
El Reinado de Felipe III (1598-1621)
Política Interior
Hijo de Felipe II y Ana de Austria.
Tímido y débil de naturaleza y fuertemente religioso, lo que supuso una identificación de la monarquía hispana y su labor divina.
La debilidad de carácter implicó en buena medida la entrada en el poder de los validos.
La vida cortesana española se hace mucho más protocolaria y despilfarradora.
Casado con Margarita de Austria, con quien tendrá ocho hijos.
Francisco Sandoval y Rojas, duque de Lerma, gobernará desde un principio como valido.
Será el duque de Lerma quien dirija todos los asuntos políticos.
Para incrementar su influencia, traslada la Corte a Valladolid (1599-1606).
Desde 1612 todos los Consejos le deben obediencia.
Pero el ritmo de los hechos lo marca la crisis económica y la falta de dinero.
En 1599 se comienza a acuñar moneda de vellón.
La moneda mala desplaza a la buena hacia el exterior (Ley de Gresham).
El oro y la plata buscan un destino donde sean mejor valorados.
En 1607 hay una nueva bancarrota ante la incapacidad para hacer frente a los vencimientos de asientos.
Cada bancarrota implicaba normalmente la conversión de los asientos en juros, con lo cual el problema de la deuda simplemente se demoraba por unos años hasta la llegada de nuevos vencimientos.
Primeros problemas en Cataluña, Valencia y Portugal por la mala coyuntura económica.
Sin embargo, en este aspecto el duque de Lerma supo apaciguar la situación.
El principal problema interno será el de los moriscos.
Ante la continua amenaza de rebelión, se decreta su expulsión en 1609.
Mantenimiento de su religión y costumbres y su mayor crecimiento demográfico.
Sus contactos con los piratas berberiscos son los elementos determinantes.
Una enorme operación naval trasladará a más de 275.000 al norte de África.
Primero desde Valencia, después desde Aragón y finalmente del resto de territorios.
Consecuencias: pérdida para Valencia (1/3 de la población) y Aragón (1/5), afectando sobre todo a la agricultura y a la nobleza (dueños de las tierras).
El vacío demográfico tardó en ser cubierto y agravó la crisis de población del siglo.
En 1618 se produce la destitución de Francisco de Sandoval, sobre el que pesaban:
La enemistad de la reina Margarita.
Los crecientes problemas internos, sobre todo los económicos.
Las acusaciones de corrupción política y financiera, que afectaron especialmente a uno de sus principales colaboradores, D. Rodrigo Calderón, ejecutado en Madrid.
La conspiración orquestada por su propio hijo, ayudado por el confesor real Luis de Aliaga y por Gaspar de Guzmán (Olivares).
Será sustituido por su hijo, Cristóbal Gómez de Sandoval y Rojas, duque de Uceda.
Política Exterior
El deseo de paz se convierte en el eje de la política exterior.
En 1604 se firma el Tratado de Londres, que significa la paz con Inglaterra.
En las Provincias Unidas la situación está estancada por falta de fondos.
En 1609 se firma la Tregua de los Doce Años.
La tregua significa el primer reconocimiento oficial de la existencia de estas.
En 1610 Enrique IV de Francia fue asesinado por el sacerdote François de Ravaillac.
Su viuda, María de Médici, inicia una política de acercamiento a España.
Alianza reforzada con sendos matrimonios reales:
Luis XIII de Francia (hijo de Enrique IV) se casa con Ana de Austria, hija de Felipe III.
Felipe IV (futuro rey de España) con Isabel de Borbón (hija también de Enrique).
1618: Ante la lucha por el trono del Sacro Imperio, España apoya a Fernando II contra Federico V, lo que se convierte en uno de los motivos de la Guerra de los Treinta Años.
Lo que con el final de la Tregua de los Doce Años en 1621 significó un drástico cambio exterior.
El Reinado de Felipe IV (1621-1665)
Política Interior en el Reinado de Felipe IV
1621: Felipe IV es proclamado rey.
Inteligente, sensible y culto, más dotado que su padre para el gobierno, pero también indeciso y propenso a los excesos cortesanos.
Gaspar de Guzmán será el nuevo valido, conocido como el Conde-Duque de Olivares.
Influencia que habrá de compartir con Sor María de Jesús de Ágreda (María “Coronel”).
A ella se atribuye en parte la caída en desgracia del Conde-Duque y su sustitución.
Dos matrimonios: con Isabel de Borbón y Mariana de Austria (su sobrina).
De este segundo matrimonio nacerá el heredero Carlos II.
Hay que añadir sus numerosos hijos naturales.
El más conocido, Juan José de Austria (hijo del rey y la actriz María Calderón).
El Conde-Duque se convierte en valido desde 1622 al morir su tío el Duque de Uceda.
Su gobierno se basará en un sistema de Juntas, suplantando a los Consejos.
Objetivo: la subordinación de los intereses de los reinos a la acción exterior.
Para ello intenta enderezar las finanzas:
Recortar mercedes y gastos cortesanos.
Reducir las emisiones de vellón para estabilizar la moneda.
Proteger la producción artesanal.
Intentó suprimir el impopular servicio de “Millones”.
Y más importante, concibe el proyecto de la Unión de Armas (1625):
Fijación de un contingente militar obligatorio para todos los reinos.
E impuestos en función de la población y la riqueza de cada reino.
La contestación de los territorios fue inmediata, esgrimiendo sus fueros.
Las respectivas Cortes se negaron al apoyo del proyecto.
La oposición fue particularmente hostil en Cataluña.
Y aunque la Unión de Armas se aplicó en Valencia y Aragón, fracasará.
El fracaso del centralismo del Conde-Duque determinará la grave crisis interna, con las sublevaciones de Cataluña, Portugal y Andalucía.
En 1643 Felipe destituye a Gaspar de Guzmán, siendo sustituido por su sobrino, Luis de Haro, el nuevo valido, pero ahora el rey toma personalmente las decisiones.
El final de la Guerra de los Treinta Años permitió llevar las tropas a Cataluña.
En 1652 las tercios reales entran en Barcelona.
La actitud de Felipe IV de respeto de los fueros contribuyó a pacificar la situación.
Política Exterior en el Reinado de Felipe IV
La Guerra de los Treinta Años marcará toda la política exterior.
Es una continuación de los conflictos religiosos y de hegemonía del siglo XVI.
A la vez concluye la Tregua de los Doce Años con las Provincias Unidas.
Las relaciones con Francia cambian drásticamente y de nuevo se vuelve a la guerra.
La primera en 1629, la Guerra de Mantua: Guerra por el control de este ducado italiano, en la que España será derrotada y obligada a firmar la paz en 1631.
La victoria católica en Nördlingen decide a Francia (1635) a entrar en la Guerra de los Treinta Años.
El acuerdo de paz vendrá sellado en el Congreso de Westfalia (1648).
Pero la guerra con Francia continúa a consecuencia del conflicto en Cataluña, hasta la Paz de los Pirineos de 1659.
El Final del Reinado de Felipe IV
En 1654 se inicia una guerra colonial y comercial con Inglaterra, aliada con Francia.
En 1659 se firma con Francia la Paz de los Pirineos.
Lo que permite a Felipe IV reactivar la guerra con Portugal, pero protegida ahora por una alianza militar con Inglaterra (1661), resulta imposible.
La paz con Portugal llegará en 1668 (Paz de Lisboa).
40 años de guerras tienen para España unas consecuencias dramáticas.
Probablemente a fines del reinado de Felipe IV la situación española toca fondo.
El Reinado de Carlos II (1665-1700)
Política Interior
Cuando muere Felipe IV, Carlos es un niño de 4 años, débil y enfermizo.
Su madre, Mariana de Austria, será la regente hasta 1675 con ayuda de una Junta.
Tendrá como valido al jesuita Everardo Nithard.
Dos matrimonios: María Luisa de Orleans (1679) y Mariana de Neoburgo.
La primera fase (1665-1679) se caracterizará por la continuidad de los problemas.
Se produce una lucha por el poder entre Nithard, Fernando de Valenzuela y Juan José de Austria.
Se desenvolverá en favor de D. Juan José desde 1677 tras un golpe de estado al entrar con las tropas en Madrid.
Objetivo: la reducción de impuestos con el fin de la reactivación económica.
Su temprana muerte, 1679, deja paso al siguiente valido de Carlos.
La llegada de Juan Francisco Tomás de la Cerda, duque de Medinaceli, en 1680 como nuevo valido, intenta cambiar la situación mediante una política económica reformista desarrollada a través de la Junta de Comercio y Defensa:
Se reorganizó la recaudación de impuestos.
Se recortaron, además, los gastos de la Corte.
La devaluación del vellón de 1680, sin embargo, tuvo efectos negativos a corto plazo con un grave desabastecimiento de trigo por la caída de los precios.
Esta situación, unida a una nueva derrota frente a Francia en la llamada Guerra de las Reuniones de 1684, culminada en la Paz de Ratisbona, llevaron a su cese.
La devaluación fue, no obstante, buena a largo plazo, contribuyendo a una estabilización de los precios y la reactivación del comercio interno.
En 1685 Manuel Joaquín Álvarez de Toledo, conde de Oropesa, sustituye al de Medinaceli.
Establece un presupuesto fijo para los gastos de la Corte.
Y dicta medidas para promover la creación de manufacturas.
Asimismo, continuó el camino de la rebaja en la presión fiscal.
Medidas que conseguirán una lenta pero cierta recuperación económica, más acentuada en las periferias (sobre todo Cataluña).
Política Exterior y el Problema Sucesorio
Francia, después de la Paz de los Pirineos, sigue siendo el mayor enemigo de España.
En 1672 comienza la Guerra Franco-Holandesa:
Luis XIV invade Holanda.
Inglaterra y algunos principados alemanes forman una coalición contra Francia.
España y el Sacro Imperio se unen poco después a la coalición.
Esta guerra acabará con la Paz de Nimega de 1678: España cede el Franco Condado a Francia a cambio de algunas plazas en el sur de Flandes.
De 1688 a 1697 tiene lugar la llamada Guerra de los Nueve Años:
Es una guerra con escenario europeo y colonial.
De nuevo el objetivo es frenar el expansionismo de Luis XIV.
Inglaterra, Holanda, España, Portugal, el Sacro Imperio y Suecia se unen contra Francia.
La guerra termina con la Paz de Rijswijk en 1697.
En esta ocasión España recuperó algunas plazas flamencas, pero cedió a Francia parte de la isla de Santo Domingo (la actual Haití).
Luis XIV se muestra más conciliador en parte por su interés de colocar a su descendiente en la corona española y mejorando su relación con España.
Pero el problema clave de los últimos años, ante la falta de descendencia, es la sucesión.
La precaria salud de Carlos desata las ambiciones de las cortes europeas.
España es ahora un país débil pero con un gran imperio colonial (y económico).
Desde 1697 (Paz de Rijswijk) hay dos candidaturas claras:
El archiduque Carlos de Augsburgo (misma familia que Carlos).
Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV (y biznieto de Felipe IV).
Carlos II muere en Noviembre de 1700 nombrando heredero a Felipe de Anjou.
