Descolonización de Asia
A principios de 1948, Birmania adquirió la condición de Estado independiente como resultado de la presión ejercida por la Liga Antifascista, forjada en la lucha contra la invasión japonesa durante la Segunda Guerra Mundial. El líder de la Liga, Aung San, pagó con su vida haber aceptado un estatuto de autonomía dentro de la Commonwealth.
Un proceso menos dramático vivió la isla de Ceilán. En 1948, el gobierno británico terminó por concederle la independencia, y así se creó el Estado de Ceylán, que en 1972 adoptó el nombre de Sri Lanka.
En Malasia, donde la mezcla de pueblos y religiones, así como la dispersión territorial, retardaron la independencia, en 1957 se constituyó la Unión Malaya en el seno de la Commonwealth británica. Solo la ciudad de Singapur permaneció, salvo un breve periodo de integración en la Unión, como República independiente.
La ciudad de Hong Kong permaneció adscrita al Reino Unido hasta 1997, año en que se procedió a su devolución a China.
La descolonización de Indonesia, que supuso la liquidación del imperio colonial neerlandés, también fue rápida. Sin embargo, la influencia de la ocupación japonesa desde 1942 y la internalización del conflicto indonesio adoptaron diferencias sustantivas.
Países Bajos no aceptó esta situación y, con la ayuda del ejército británico, logró recuperar el control. No obstante, continuaron los problemas con las guerrillas, por lo que se intentó la reconquista militar del archipiélago en 1947 y 1948.
Descolonización de Indochina
Fue fundamental la resistencia nativa durante la ocupación japonesa del territorio indochino, que propició la formación de una Liga para la Independencia de Vietnam, movimiento controlado por los comunistas y presidido por Ho Chi Minh, que desembocó en la proclamación de la República Democrática de Vietnam. Francia no reconoció la independencia y trató de recuperar militarmente los territorios de Indochina.
El conflicto, que se prolongó por 8 años, se tornó internacional a partir de 1950. Las milicias de Vietnam fueron apoyadas por la República Popular China, mientras que los franceses comenzaron a recibir ayuda de los Estados Unidos, que intentaban impedir el avance comunista en Asia.
En 1954, el ejército colonial francés cayó derrotado. Tras este desastre militar, Francia debió reconocer la independencia de sus colonias indochinas en la Conferencia de Ginebra de 1954.
Descolonización de África
Entre 1957 y 1962 se desarrolló la parte central del proceso de descolonización de África.
La independencia de las colonias británicas en África fue un proceso poco conflictivo, excepto en aquellos casos en los que las presiones de los colonos europeos resultaron significativas.
A partir de 1945, las posiciones favorables a la descolonización coincidieron con la toma de conciencia política de los países afroasiáticos. El Congreso Panafricano de Manchester de 1945 y el impulso de la Conferencia de Bandung aceleraron este camino hacia la constitución de los dos Estados independientes.
El principal problema radica en que en África se habían desarrollado menos que en Asia las estructuras de gobierno con participación de la población autóctona. En general, la independencia de los territorios británicos fue una evolución gradual.
El Camino hacia la Revolución China
En la década de 1920, Chiang Kai-shek intentó reedificar el país, pero dos cuestiones obstaculizaban su camino: la resistencia de los comunistas y, desde 1930, la presión japonesa.
Los comunistas, entre ellos Mao Zedong, habían comenzado a formar pequeñas fuerzas guerrilleras en la montaña. Así nació el Ejército Rojo, una milicia obrera y campesina que dio al Partido Comunista fuerzas armadas propias.
Reformas Políticas
A partir de 1949, se llevó adelante un proceso de transformación política que se basó en la adaptación de los principios de Marx y Lenin a las particularidades de la realidad china, el denominado maoísmo, y en la adopción de seis criterios esenciales:
- Unión de las distintas nacionalidades existentes.
- Transformación hacia una sociedad socialista.
- Instalación de una dictadura popular democrática.
- Imposición de un centralismo político.
- Dirección a cargo del Partido Comunista chino.
- Búsqueda de una solidaridad socialista internacional.
Constitución de 1954
La primera Constitución china de 1954 tuvo muchos puntos en común con la Constitución soviética, aunque con una mayor tendencia hacia la centralización.
En el preámbulo de la carta se establece que el sistema político es una dictadura democrática popular, un régimen que vivía un periodo de transición hacia el socialismo.
Desde el punto de vista de la organización política, se establecía que el principal órgano de poder era una Asamblea Nacional elegida por 4 años mediante sufragio universal.
En el plano económico social, la nueva Constitución se ubicó en una instancia de transición hacia el socialismo que reconocía la pequeña propiedad campesina y artesanal, con el propósito de sustituirla progresivamente por la propiedad socialista o de todo el pueblo.
En cuanto a la organización territorial, se reconocieron 22 provincias, 5 regiones autónomas para zonas pobladas con fuertes minorías étnicas y dos municipalidades sometidas al gobierno central.
En cuanto a los derechos de los ciudadanos, se les garantizaba a todos los mayores de 18 años el derecho a elegir y ser elegidos.
También se establecieron las libertades de palabra, prensa, reunión, asociación, manifestación y conciencia, y se garantizó el derecho a la educación, al trabajo y al descanso.
Reformas Económicas
Como afirmaba la Constitución de 1954, el primer programa de gobierno no era íntegramente comunista, sino de un régimen de transición. Esta transición implicaba una alianza de pequeños campesinos, intelectuales, obreros, pequeños propietarios y burguesía nacional.
En su origen, la nueva República tuvo una economía mixta en la que funcionaban un sector libre, uno socializado y otro intermedio: el de las cooperativas.
La primera reforma fundamental en China fue la reforma agraria. Era primordial aumentar el ingreso de los campesinos antes de cualquier intento de industrialización.
En cuanto a los bosques, los lagos, las grandes plantaciones de té, los criaderos de árboles y algunas haciendas, eran propiedad del Estado.
Para la independencia y el mejoramiento del nivel de vida de China, la reforma agraria no era suficiente. Se requería el desarrollo industrial y se adoptó una política de socialización lenta y progresiva de los medios productivos, respetando cierto capitalismo privado.
Los Planes Quinquenales
El primer plan quinquenal fue elaborado con ayuda de expertos soviéticos y sus objetivos eran la colectivización agraria y la transformación de China en un país industrial. El desarrollo de la industria pesada y de los bienes de producción fue el punto más importante.
El segundo plan quinquenal aspiró a acelerar el ritmo marcado por el primero. Apenas comenzado, el gobierno lanzó el llamado «Gran Salto Adelante». Profundizando la colectivización y utilizando la gran cantidad de mano de obra disponible, China buscó igualar la producción británica de acero. La consecuencia más tristemente recordada del Gran Salto es la «Gran Hambruna China», en la que millones de personas murieron por inanición.
El tercer plan quinquenal se lanzó en 1966 y fue afectado por los planteamientos de la Revolución Cultural que estaba comenzando.
El cuarto plan quinquenal se caracterizó por la búsqueda de una mayor descentralización en las administraciones provinciales y locales, que debían crear en sus territorios los núcleos de las industrias de carbón, acero, abono, cemento y maquinaria agrícola.