El Impacto de la Segunda Guerra Mundial en la Descolonización
La Segunda Guerra Mundial asestó un golpe mortal al imperialismo europeo. Las Filipinas, las Indias Orientales Holandesas, la Indochina Francesa, Birmania y Malasia, británicas, cayeron bajo el control temporal de Japón. Algunas proclamaron su independencia inmediatamente; otras vieron el nacimiento de partidos independentistas que luchaban contra el gobierno colonial. Los eslóganes de los aliados occidentales durante la guerra, en demanda de libertad y democracia en todo el mundo, fortalecieron a los movimientos independentistas, poniendo de relieve las contradicciones entre los ideales occidentales y las realidades del colonialismo, y minaron asimismo el consentimiento de los europeos en agotar sus propias fuerzas para dominar a otros.
En los años inmediatos de posguerra, las potencias imperiales recuperaron temporalmente el control en la mayoría de sus primitivas colonias, pero la debilidad causada por el conflicto bélico, la creciente fuerza de los movimientos independentistas nativos y la ambivalente posición de Estados Unidos condujeron a un abandono gradual del control imperial. En algunas zonas coloniales se iniciaron guerras de independencia contra sus antiguos amos.
Independencia en Asia
Cuando Gran Bretaña concedió la independencia al subcontinente indio en 1947, surgieron no una nación, sino dos, y después una tercera y una cuarta. India y Pakistán, la primera de religión predominantemente hindú y la segunda islámica, obtuvieron su independencia el 15 de agosto de 1947. Al año siguiente, la isla de Ceilán también logró la independencia, rebautizándose con el nombre de Sri Lanka en 1972. Son países, asimismo, propensos a disturbios raciales y religiosos y gobiernos inestables, a menudo dictatoriales. India es la excepción. Ninguno de estos países es un estado socialista doctrinal, pero en todos el gobierno desempeña un papel sustancial en la economía.
Birmania, rebautizada Myanmar, gobernada antes de la guerra como parte de la India Británica, obtuvo su independencia de Gran Bretaña en 1948, Indonesia de los holandeses en 1949, y Laos y Camboya, junto con Vietnam del Norte, de los franceses en 1954. Las Filipinas, que llevaban esperando la independencia de Estados Unidos desde antes de la Segunda Guerra Mundial, se hicieron realmente independientes el 4 de julio de 1946 como República de Filipinas. Todos son predominantemente rurales y agrícolas, con mano de obra dividida entre explotaciones de subsistencia y plantaciones para la exportación.
Descolonización en África
La antigua colonia italiana de Libia fue la primera nación africana que obtuvo la independencia. Las Naciones Unidas tomaron la decisión en 1949, y el nuevo estado comenzó su vida política a finales de 1951 como una monarquía constitucional. El protectorado de Gran Bretaña sobre Egipto había terminado formalmente en 1922, pero seguía manteniendo el control de los asuntos militares y de política exterior. Aunque los egipcios reclamaban para sí una total independencia, querían conservar el control de Sudán, que habían administrado conjuntamente con los ingleses.
Túnez y Marruecos habían conservado sus gobiernos tradicionales bajo el dominio francés. Tras la guerra se desarrollaron en los tres países fuertes movimientos nacionalistas y panárabes. El gobierno francés respondió a ellos con concesiones nominales para Túnez y Marruecos, pero intentó integrar Argelia a Francia con más firmeza. Francia acabó concediendo la independencia total a Túnez y Marruecos, pero reforzó su control sobre Argelia. Los argelinos replicaron con una intensiva guerra de guerrillas que comenzó en 1954, y en la que a menudo se dieron actos de terrorismo tanto contra la población europea como contra los colaboradores argelinos. El gobierno de París no daba un total apoyo al ejército, ni tampoco ejercía un control estricto sobre él. En mayo de 1958, enfrentado con la amenaza de un golpe de estado por parte del ejército, el gobierno de la Cuarta República Francesa abdicó sus poderes en el general De Gaulle, que prácticamente asumió un poder dictatorial. Al principio, De Gaulle pareció intentar conservar a Argelia como parte de Francia, pero, tras varios años de derramamiento de sangre e infructuosos intentos de alcanzar un acuerdo con los líderes argelinos para que obtuviesen la autonomía dentro de la «Comunidad Francesa», en 1962 accedió a conceder la independencia total. En particular, los yacimientos de petróleo y de gas natural de Argelia, descubiertos poco después de la independencia, le han proporcionado los medios necesarios para desarrollar la industria y para desempeñar un papel en el mundo de la política. Antes de su independencia, los tres países tenían un comercio orientado a Francia, y esa tendencia continuó, si bien un acuerdo comercial con la Comunidad Europea en 1976 amplió sus mercados exteriores. Argelia exportó gran parte de su gas natural líquido a Estados Unidos.
El Legado Británico y la Independencia Africana
Cada nuevo día de independencia aceleraba el siguiente. Después de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno británico se dio cuenta de que sería mejor preparar a sus pupilos africanos para el autogobierno y así evitar costosas guerras coloniales y la pérdida total de los beneficios del imperio. Con este precedente, Nigeria consiguió su independencia en 1960, y otras posesiones británicas siguieron el ejemplo en años posteriores. Paradójicamente, las primeras colonias británicas de África que consiguieron la independencia total se hallaban entre las más avanzadas económica y políticamente. Como estaban pobladas casi en su totalidad por africanos negros, no se dio el problema de las minorías blancas. En 1965, Gran Bretaña había concedido la independencia a todas sus colonias africanas excepto a Rodesia del Sur (o Rodesia, como se la conoció después de que en 1964 Rodesia del Norte se convirtiera en Zambia). En 1965, el gobierno del primer ministro Ian Smith, dominado por los blancos, hizo una declaración unilateral de independencia, la primera en el Imperio Británico desde 1776. Las Naciones Unidas intentaron aplicar sanciones económicas, pero Rodesia, con ayuda de Sudáfrica y Portugal, consiguió resistir durante varios años.
El Caso del Congo Belga y las Últimas Colonias
Al anunciar la constitución de la Quinta República Francesa en 1958, De Gaulle ofreció a todas las colonias de Francia, excepto Argelia, la opción de independencia inmediata o autonomía dentro de la nueva Comunidad Francesa, con el derecho a segregarse en cualquier momento. Los demás organizaron sus propios gobiernos, pero permitieron que Francia conservase el control de la defensa y la política exterior, a cambio de ayuda económica y técnica. En 1960 un nuevo cambio constitucional les concedió la independencia total al tiempo que privilegios económicos especiales. Los disturbios les cogieron por sorpresa, pero a principios de 1960 el gobierno belga decretó que el Congo fuese independiente el 30 de junio. El gobierno central pidió ayuda a las Naciones Unidas para restaurar el orden, pero la rebelión y los brotes de violencia salvajes continuaron esporádicamente.
Consecuencias de la Descolonización
A mediados de la década de 1960, las antiguas potencias coloniales europeas, excepto Portugal, habían concedido la independencia a casi todas sus colonias en Asia y África. Portugal rechazó con desdén todas las sugerencias de preparar a sus colonias para una eventual liberación. Sin embargo, en 1974 un golpe de estado en Portugal derrocó el régimen dictatorial y el nuevo gobierno rápidamente negoció la independencia de sus colonias africanas, Angola y Mozambique, para el año siguiente.
Con pocas excepciones, reducidas sobre todo a las zonas de asentamiento europeo, las nuevas naciones eran terriblemente pobres. En tres cuartos de siglo de colonialismo las naciones de Europa habían extraído inmensas fortunas en minerales y otros productos, pero compartieron poco de su riqueza con los africanos. Solo tardíamente algunas potencias coloniales intentaron educar a sus súbditos o prepararlos para un autogobierno responsable. Sin embargo, la mayoría de las nuevas naciones al menos intentaron seguir formas democráticas, y algunas realizaron un valiente esfuerzo por conseguir una verdadera democracia. Como en muchas otras partes del mundo, no existían bases sociales y económicas para una democracia estable y viable. Muchas antiguas colonias sucumbieron a gobiernos de un solo partido, a menudo influidas por los comunistas rusos o chinos. Otras fueron víctimas de la anarquía y la guerra civil. La mayoría de los gobiernos se caracterizaron por su corrupción.