¡Escribe tu texto aAlgunos de los factores que contribuyeron a dificultar y limitar el desarrollo económico son: (HAY QUE SINTETIZARLOS….)
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Obstáculos físicos y naturales
El relieve que dificulta las comunicaciones, ríos poco navegables, deficiente calidad de las tierras (mucho secano), escasas materias primas (minas de calidad mediocre) y fuentes de energía…
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Escasas transformaciones en los sistemas agrarios
Mantenimiento de una agricultura y ganadería tradicional, que no proporciónó ni la mano de obra ni los recursos ni el mercado para el resto de los sectores económicos.–
Reducida capacidad de consumo del mercado interior
Poca población y niveles de renta muy baja lo que imposibilitaba comprar nuevos productos.–
Falta de competitividad de los productos españoles
Altos costes de producción (provocados por los inconvenientes citados antes, más la poca especialización y nula renovación técnica) que se mantienen por el sistema proteccionista que reserva el mercado español para los productores nacionales.–
A la ausencia de un mercado nacional integrado
Las transformaciones se concentran en unas regiones (Cataluña, País Vasco, Asturias…) pero el resto se desarrolla muy poco y, además, no están bien relacionadas por las dificultades de las comunicaciones.–
Despreocupación por las innovaciones técnicas
Los grupos dominantes despreocupados de la educación e investigación ya que el dominio político les permitía seguir al frente del estado y el dominio económico vivir sin realizar transformaciones.–
Escasez de capitales y preferencia por inversiones especulativas (Bolsa, Deuda) o inmobiliarias frente a las productivas.
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Mentalidad de los empresarios y políticos
Buscan la protección del Estado, la explotación de los trabajadores y la protección legal para esas actividades antes de volverse innovadores y competitivos.– La guerra de la Independencia y la pérdida de los territorios en América. Supuso la destrucción del tejido productivo, interrupción de las inversiones, pérdida demográfica, etc.
EL SECTOR TEXTIL. En
Cataluña ya existía a finales del XVIII un proceso de protoindustrialización ligado a la industria algodonera y las fábricas de indianas (tejidos de algodón estampados), aunque este se vio truncado en los inicios del S.XIX por la Guerra de Independencia y la pérdida del mercado americano. El despegue del sector textil algodonero se va a producir en los años 20 y principios de los 30, cuando se producen unas reformas de carácter liberal que impulsaron la actividad industrial y favorecieron la mecanización de las fábricas, unido al proteccionismo para defenderlos de los productos foráneos. Así empiezan a introducirse el sistema de fábrica acompañado de un proceso de mecanización en el hilado y en el tejido. Esta mecanización (máquina de vapor –las primeras fueron las de la fábrica El Vapor de los hermanos Bonaplata en Barcelona-, husos mecánicos, selfactinas, etc.) se aceleró debido a la falta de mano de obra, y por la abundancia de capital que venía repatriado de las colonias americanas. También se benefició de la protección arancelaria. Otros sectores que se industrializan son lo de la producción de lana (Sabadell y Tarrasa) y de seda. La mecanización provocó un aumento de la productividad y una disminución de costes y precios de venta, además de aumentar la producción con menos mano de obra.
Al principio la localización de estas fábricas en más próximas a la costa, por la dependencia del carbón inglés para su funcionamiento. Desde los años 60 el agua se convirtió en la escogida por muchos empresarios catalanes que trasladaron sus fábricas de la costa hacia las cuencas fluviales para aprovechar la energía hidráulica. Los ríos Besòs, Llobregat, Cardener y Ter atrajeron la mayoría de la actividad industrial de aquél período. Con este cambio nacieron las “colonias”, un nuevo concepto de producción industrial, alejado de las grandes urbes, cuyo eje era la fábrica pero que además dispónía de todo tipo de servicios complementarios para los obreros y sus familias, entre ellos iglesias, escuelas, economatos o las mismas residencias familiares.
El crecimiento del sector textil es constante desde la década de los treinta. Después de superada la crisis de 1868, se produce un fuerte crecimiento por el aumento de la mecanización y por el crecimiento de la demanda, que se veía potenciada por el sistema proteccionista (durante la vigencia del arancel librecambista de Figuerola se incrementaron las ventas al mercado cubano, compensando de ese modo la facilidad de la entrada de productos extranjeros en España). La guerra de Cuba supone otro fuerte impulso al sector por la necesidad de vestir a las tropas.
En Cataluña se desarrolló un fuerte núcleo industrial en base a la industria textil y a las industrias mecánicas complementaria de esa actividad. También se desarrolló algo de siderurgia y un poco de industrias químicas (para la textil y agrícola). El éxito se debe a la incorporación de máquina, al dinamismo de la burguésía catalana y al proteccionismo que reservaba el mercado español a las producciones catalanas.
A pesar de todo, en Cataluña se siguieron manteniendo los pequeños talleres y los trabajos a domicilio.
A lo largo del siglo la industria crecíó, pero le seguía faltando competitividad por:
– Costes de producción elevados, por la falta de fuentes de energía (carbón) y materias primas.
– La escasa capacidad de compra.
– La situación geográfica que elevaba los costes do transporte.
El resto de sectores textiles en España, el lanero o el del lino, al principio de siglo mantienen sus producciones, pero no sufren el mismo proceso de mecanización y modernización que el sector textil, por lo que progresivamente sufrirán la competencia de los textiles catalanes. Así los centros laneros tradicionales (Béjar, Segovia, Ávila o Palencia) se desplazan a Sabadell o Tarrasa que facilita la modernización, la abundancia de capital, el contacto con otras industrias complementarias, mayor dinamismo comercial y mejores vías de comunicación para abastecerse de materias primas y vender los productos elaborados.
LA INDUSTRIA SIDERÚRGICA
Su evolución refleja las insuficiencias energéticas (carbón de mala calidad), las dificultades para la aplicación de innovaciones tecnológicas procedentes del exterior y la falta de demanda de productos siderúrgicos. Los tres focos siderúrgicos que se desarrollaron durante el XIX revelan: a) crisis del carbón vegetal, b) su sustitución por la hulla asturiana y c) el triunfo definitivo del coque inglés como elemento impulsor del despegue vasco.
En España había minas de carbón (Asturias, Serrá Morena, León) pero de difícil extracción, de calidad media y de situación difícil, lo que encarecía los productos finales. Resultaba más barato el carbón británico que será empleado al principio por la siderurgia vasca.
La siderurgia malagueña, entre 1830-64, fue la pionera en la apertura de altos hornos, pero fracasó debido a los altos costes de producción derivados del empleo de carbón vegetal. A mediados del Siglo XIX producía el 85% del hierro colado de España. Su decadencia fue debida a la competencia de las instalaciones del norte y de los productos extranjeros. Tuvo su impulso por las guerras carlistas.
La siderurgia asturiana, entre 1864-79, que no logro consolidarse al carecer de carbón mineral de calidad y por la falta de demanda de productos industriales. Le repercute negativamente las franquicias arancelarias para el ferrocarril y el arancel librecambista de Figuerola.
La siderurgia vasca se desarrolla a finales del siglo. Contaba con varias condiciones favorables:
– El carbón galés a cambio de hierro. Eje comercial Bilbao-Cardiff.
– La política arancelaria proteccionista de los años 90 que hizo que el Estado comprase el material vasco.
– Se complementaba con el desarrollo de empresas navales y mecánicas.
Fundación de la empresa Altos Hornos de Vizcaya en 1882.
LA Minería: La minería española se mantuvo estancada durante todo el XIX por varias razones: la baja demanda por el atraso económico, la falta de capital y tecnología para explotar los yacimientos y por la excesiva intervención del Estado.
El crecimiento de la minería se produce sobre todo a partir de 1868, con la Ley de Bases sobre Minas que facilita la explotación de las minas españolas por particulares y permite las inversiones extranjeras. Se conocíó como la desamortización del subsuelo, y permitíó la venta de las minas a compañías privadas, sobre todo inglesas y francesas. La mayor parte de esa producción minera era exportada.
Los principales focos industriales en España se encuentran en la periferia:
Cataluña
Es el principal y más diversificado. Su proceso de industrialización arranca unido al sector textil (fábrica de Bonaplata, 1832) en el que se instalan las primeras máquinas movidas por el vapor y los modos de producción capitalistas. Paralelamente se desarrolla la metalurgia de transformación y las industrias química, papelera etc. También adquieren desarrollo las actividades relacionadas con el mundo agrario (vinos, corcho, etc.). A finales de siglo aparecen también las industrias eléctricas de producción y distribución.Todas estas actividades se vieron favorecidas por el establecimiento del proteccionismo del mercado interior.
Andalucía y Levante
En estas regiones el proceso de industrialización arranca pronto, sobre todo en Andalucía (Málaga), unido a la industria siderúrgica, pero fracasaron por los elevados costes de producción y la competencia de otras regiones. También destaca las industrias extractivas (cobre, Mercurio), aunque no ejercieron un gran impulso en la zona dado que estaban en manos de compañías extranjeras (inglesas y francesas). En cuanto a la industria textil, destaca algún sector especializado como el de la seda.Asturias y País Vasco
Asturias se desarrolla unida, sobre todo, a la minería del carbón. Su crecimiento se vio perjudicado por la calidad del mineral y de las minas. El proteccionismo siempre le benefició. El País Vasco crecíó unido al mineral de hierro. Se convierte en el principal foco siderúrgico con las principales empresas de altos hornos. Unido a esto está la industria metalúrgica de transformación (maquinaria, motores, hojalata) y la naval.Galicia:
El desarrollo industrial es pobre. Los sectores tradicionales (textil, curtidos, etc.) se arruinaron por la competencia de otras zonas. El lino se arruinó por la competencia del algodón. Destaca la industria de conservas de pescado que parte de las tradicionales industrias de salazón, sobre todo a finales del XIX y en las Rías Bajas. Esta industria se vio favorecida por tener acceso a las materias primas de forma fácil (aceite, sal, sardina) y por el capital invertido (salazón, conservero, familias…). Junto a la industria de conserva se desarrolla, la naval, la de hojalata, litográfica, etc. Debemos mencionar también la instalación de pequeñas empresas de electricidad y minería.Quí!