Dictadura de Primo de Rivera
Causas
Aunque la dictadura de Primo de Rivera coincide en el tiempo con otros movimientos ideológicos autoritarios en Europa, como el fascismo en Italia o el nazismo en Alemania, sus causas son bastante diferentes. El golpe de estado militar de Primo de Rivera obedece a una serie de problemas en la política española:
- Descomposición del sistema político de la Restauración: Los partidos dinásticos, conservadores y liberales, carecían de nuevas ideas y programas, y se hallaban divididos internamente. Ello provocaba la constante caída de gobiernos, que no tenían el tiempo suficiente para solucionar los graves problemas del país. Además, el sistema era incapaz de integrar a otros movimientos y partidos que cobraban fuerza desde principios de siglo: el republicanismo, los nacionalismos periféricos y los partidos del movimiento obrero (socialista y anarquista). La corrupción electoral y el caciquismo impedían que estos partidos obtuvieran una representación justa.
- La cuestión marroquí: Agravada tras el desastre de Annual, deterioró gravemente las relaciones entre militares y políticos. El descontento militar se debía a la falta de una política clara del gobierno con respecto a Marruecos tras el desastre, el pago de un rescate por los prisioneros españoles junto con la liberación de presos rifeños, y el rechazo del gobierno al plan del general Martínez Anido de tomar Alhucemas.
- El problema de orden público: Especialmente en Barcelona, donde grupos terroristas de la CNT y grupos armados pagados por los patronos se enfrentaban en las calles.
Se extendió la sensación de que la solución a los problemas no estaba en medios constitucionales. La conspiración militar comenzó a mediados de junio de 1923, cuando Primo de Rivera, Capitán General de Cataluña, contactó con otros altos mandos militares en Madrid. El pronunciamiento tuvo lugar el 13 de septiembre en Barcelona. El rey, tras una actitud indecisa, entregó el poder a Primo de Rivera el 14 de septiembre.
Consecuencias
Tras la caída de la dictadura, se desató una oleada de carácter anarquista que influiría en la II República. El gobierno de Dámaso Berenguer, nombrado por el rey, intentó volver a la situación anterior a la dictadura, lo que provocó que la sociedad identificara a la monarquía con el viejo sistema de la Restauración. Los problemas que provocaron la caída de Primo de Rivera se agravaron, impulsando a las fuerzas republicanas. Pronunciamientos como la Sanjuanada y el de Sánchez Guerra fracasaron, pero en agosto de 1930 se firmó el Pacto de San Sebastián, uniendo a las fuerzas antidinásticas para derrocar la monarquía. El plan consistía en un pronunciamiento militar y una huelga general. Sin embargo, la creciente conflictividad social, la propaganda republicana, y la debilidad del gobierno convencieron al comité revolucionario de adelantar el golpe. Tras las elecciones del 12 de abril de 1931, que dieron una amplia victoria a las candidaturas republicano-socialistas, se proclamó la II República el 14 de abril.