Introducción: La Crisis del Liberalismo y el Ascenso de Primo de Rivera
El sistema político en la España de los años veinte estaba intrínsecamente relacionado con la crisis del liberalismo, incapaz de satisfacer las crecientes demandas de participación política de una sociedad en transformación. La inestabilidad de los gobiernos y la creciente presencia del ejército en la vida pública culminaron con las responsabilidades de la guerra de Marruecos. El informe conocido como «Expediente Picasso» provocó la oposición del ejército. Sin embargo, el Expediente Picasso nunca llegó a las Cortes, ya que se produjo el golpe de Estado de Primo de Rivera. El 13 de septiembre de 1923, el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, se pronunció contra la legalidad constitucional, declaró el estado de guerra y exigió que el poder pasara a manos de los militares. En su manifiesto inaugural, Primo de Rivera expresó su firme voluntad de limpiar el país de caciques, del bandidaje político, la indisciplina social y los ataques a la unidad. Por tanto, la dictadura fue bien recibida por la opinión pública, que pensaba que se trataba de un hombre bueno y apolítico que ejercía de «cirujano de hierro» en una actuación que sería corta pero enérgica.
El Directorio Militar (1923-1925)
La dictadura de Primo de Rivera se caracterizó por la suspensión del régimen constitucional, la disolución de las Cortes, el cese de los políticos y la prohibición de los sindicatos. Se creó un Directorio Militar formado por ocho generales y un almirante. Se intentó acabar con el caciquismo tomando las siguientes medidas:
- Se sustituyeron los gobernadores civiles por militares.
- Los ayuntamientos fueron disueltos y sustituidos por juntas de vocales nombrados por sorteo.
Sin embargo, estas medidas se quedaron en una gran farsa, pues la renovación consistió en sustituir unos caciques por otros. Así que los males del país no solo no disminuyeron, sino que aumentaron. Se defendió el nacionalismo español frente a los nacionalismos periféricos, especialmente el catalán, y se prohibió el uso público de la lengua catalana. El último gran problema que intentó solucionar el Directorio Militar fue el conflicto de Marruecos. La opinión pública se había dividido entre los africanistas y los abandonistas.
El Directorio Civil (1925-1930)
Tras el éxito en Marruecos, el poder del dictador estaba afianzado y, a partir de entonces, se preocupó de institucionalizar la dictadura. El paso de un gobierno estrictamente militar a uno civil trató de fundar un nuevo régimen sobre unas bases políticas diferentes al modelo liberal:
a) Partido Único y Asamblea Nacional Consultiva
Frente a la diversidad de partidos, se creó un partido único: la Unión Patriótica. También se creó una cámara de representación política, la Asamblea Nacional Consultiva, de carácter consultivo y corporativo, pues sus miembros serían elegidos entre los ciudadanos pertenecientes a determinadas instituciones.
b) Corporativismo Social
El Estado también quiso regular el trabajo y terminar con los conflictos sociales mediante la adopción del corporativismo social, que unía a patronos y obreros en corporaciones agrupadas por profesiones. Su misión era reglamentar los salarios y condiciones de trabajo. Fueron aceptados por la UGT.
c) Política Económica Intervencionista
El Estado orientó su política económica a la protección y a la intervención en la economía. Protegía a las empresas españolas concediendo ayudas estatales. Esta política, a largo plazo, supuso un enorme gasto público que desequilibró la hacienda del Estado.
El Final de la Dictadura y la Caída de la Monarquía
A partir de 1928, el régimen de Primo de Rivera empezó a resquebrajarse. El apoyo popular con el que Primo de Rivera llegó al poder había desaparecido:
- Se fraguó un movimiento de oposición, principalmente de los partidos del turno.
- En el seno del ejército, se creó un descontento evidente que provocó conflictos y orientó hacia el republicanismo a una parte del ejército.
- El nacionalismo catalán pasó de la aceptación al enfrentamiento, protagonizado por Francesc Macià.
- El régimen se enfrentó al mundo intelectual, que apoyó la protesta de los estudiantes universitarios.
Conclusión: El Auge del Republicanismo y el Fin de una Era
En la última fase destaca la aparición de un republicanismo imparable. Los republicanos se habían convertido en el principal referente político de la sociedad española. El rey Alfonso XIII retiró su apoyo a Primo de Rivera, que dimitió en enero de 1930. Tras la caída de Primo de Rivera, el rey intentó retomar el sistema de la Restauración y encargó formar gobierno al general Dámaso Berenguer. Su intención era restablecer la Constitución de 1876, pero la vuelta al constitucionalismo fue lenta, y la gente llamó a este periodo la «dictablanda». En agosto de 1930, republicanos, catalanistas y socialistas firmaron el Pacto de San Sebastián, por el que se constituían en comité revolucionario que sería el gobierno provisional de una futura república. El monarca confió entonces el gobierno al almirante Aznar, que se comprometía a convocar elecciones en abril. Estas elecciones municipales se convirtieron, en el fondo, en una votación a favor o en contra de la monarquía.