La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
El Directorio Militar (1923-1925)
Tras el golpe de Estado de 1923, Primo de Rivera instauró una dictadura, asumiendo el cargo de ministro único y siendo asesorado por un Directorio Militar. Su lema, «Menos política y más administración», reflejaba la intención de un gobierno basado en la gestión tecnocrática. Sin embargo, la realidad fue una política improvisada que llevó a la suspensión del régimen constitucional y la prohibición de partidos políticos y sindicatos.
La dictadura se sostuvo durante sus primeros años gracias a:
- Una coyuntura económica internacional favorable que benefició indirectamente a España.
- Éxitos iniciales como la represión del movimiento anarquista y la victoria en la Guerra del Rif (1925) gracias a la colaboración con Francia contra Abd-el-Krim.
El Directorio Civil y el Final de la Dictadura (1925-1930)
Superados los conflictos sociales y la guerra en Marruecos, Primo de Rivera, en lugar de restaurar la Constitución, optó por afianzar su poder a través de un Directorio Civil. Sus bases fueron:
- La creación del partido único Unión Patriótica (1924) bajo el lema «Religión, patria y monarquía».
- La formación de una Asamblea Nacional Consultiva con funciones limitadas a la elaboración de anteproyectos de ley y asesoramiento al gobierno.
- Una carta otorgada (1929), que nunca llegó a promulgarse.
Estas medidas, lejos de consolidar el régimen, generaron un rechazo generalizado. Las críticas, manifestaciones de oposición e incluso pronunciamientos militares se sucedieron. El aislamiento político de Primo de Rivera se hizo evidente cuando, tras consultar a los capitanes generales, comprobó la falta de apoyo a su gobierno. En enero de 1930, presentó su dimisión al rey Alfonso XIII.
La Proclamación de la Segunda República (1931)
Tras la dimisión de Primo de Rivera, Alfonso XIII intentó restaurar el sistema político de la Restauración. Sin embargo, los gobiernos del general Berenguer y del almirante Aznar, conocidos como la «dictablanda», fracasaron en su intento de revitalizar un sistema político obsoleto.
El gobierno de Berenguer se enfrentó a:
- La creciente oposición a la monarquía, materializada en el Pacto de San Sebastián (1930), donde republicanos, autonomistas y socialistas acordaron poner fin al reinado de Alfonso XIII.
- Intentos fallidos de golpes de Estado como el de Jaca y el de Cuatro Vientos.
Tras la convocatoria de elecciones el 12 de abril de 1931, la victoria de la Conjunción Republicano-Socialista en las principales ciudades llevó a Alfonso XIII a abandonar España. El 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República.
La Crisis Económica Mundial y la Segunda República
La Segunda República, a pesar de sus intentos de reformas políticas y sociales, coincidió con la crisis económica mundial de los años 30. Si bien el impacto en España fue menor debido a su relativo aislamiento económico, la crisis tuvo consecuencias negativas:
- Disminución del comercio exterior y las exportaciones.
- Retirada de inversiones extranjeras.
- Paralización de la emigración a América y regreso masivo de emigrantes, lo que agravó el desempleo.
La desconfianza y el boicot de terratenientes y capitalistas, junto con la radicalización y conflictividad social de campesinos y obreros, crearon un clima de incertidumbre que dificultó el desarrollo económico durante la Segunda República.