Introducción
La dictadura franquista surge en 1936 y tras la Guerra Civil se extiende a toda España. Franco concentra en su persona todos los poderes: jefe del Estado, generalísimo del ejército, presidente del gobierno vitalicio y jefe del partido único. La primera etapa de la dictadura (1939-1959) se caracteriza por la autarquía, el racionamiento de una larga posguerra, el aislamiento exterior y una feroz represión.
Fundamentos Ideológicos y Apoyos Sociales del Franquismo
El nuevo régimen tuvo unos fundamentos ideológicos muy claros: tradicionalismo, antiparlamentarismo, nacional-catolicismo, “defensa de la unidad de la Patria” (centralismo extremo) y anticomunismo. El elemento fundamental de la dictadura es el ejército. Franco asentó su nuevo régimen en la oligarquía terrateniente y financiera, la cual recuperó su hegemonía social, que había mantenido en la Restauración y había perdido en la II República. Las clases medias rurales del Norte y de Castilla estaban influenciadas por la religión católica, que adquirió un enorme protagonismo ideológico. Por el contrario, las clases medias urbanas y las clases trabajadoras no apoyaron la dictadura, sino que formarían la oposición. La dictadura se basó en la estricta prohibición de los partidos políticos, unida a una brutal represión contra los que habían apoyado la República. En 1937 se había establecido el partido único, la FET de las JONS, denominado “Movimiento Nacional”. Sin embargo, existían “familias políticas”, es decir, el recuerdo de los partidos que habían apoyado el golpe, que Franco distribuyó de manera equilibrada en sus gobiernos, y que a su vez intentaban influir en el rumbo del régimen.
Grupos de Influencia en el Régimen
- Falangistas: Su principal función fue el control de la vida social y económica del país a través de instituciones del régimen (Frente de Juventudes, Sección Femenina y Organización Sindical: sindicato vertical). Cuando empezó a producirse las derrotas del eje a partir de 1943, tomaron un papel más secundario (destitución de Serrano Suñer 1942).
- Militares: Subordinados a Franco, fueron el auténtico poder político.
- Católicos: La iglesia recuperó con creces su poder económico y se convirtió en el principal soporte ideológico, a pesar de estar bajo la autoridad del caudillo.
- Monárquicos: Tras el final de la guerra mundial, los carlistas pasaron a tomar un papel secundario. Pese a que Franco se negó a ceder la jefatura del estado a Don Juan de Borbón, muchos monárquicos colaboraron con la dictadura, especialmente durante los primeros años del régimen.
Evolución Política y Coyuntura Internacional (1939-1959)
a) La Institucionalización del Régimen: Las Leyes Orgánicas
El dictador asumió la función constituyente. Poco a poco el régimen fue aprobando diversas Leyes Orgánicas, que configuraron lo que se vino a en llamar las Leyes Fundamentales del Movimiento:
- Prohibición de los sindicatos libres. Siguiendo el modelo fascista, la Organización Sindical se configuró como el sindicato único controlado por la Falange. [Fuero del Trabajo, 1938, durante la G. Civil]. Estas leyes duraron hasta la muerte del dictador.
- Las Cortes elegidas por sufragio indirecto basado en diversas corporaciones: la familia, el municipio, y el sindicato. En la práctica, eran unas elecciones totalmente amañadas y los representantes elegidos eran los que deseaba el régimen. [Ley Constitutiva de las Cortes, 1942].
- El Fuero de los Españoles [1945]. Teórica declaración de derechos y deberes impregnada de la mentalidad tradicionalista y católica. No supuso ningún reconocimiento real de derechos políticos o sociales.
- La Ley de Referéndum Nacional permitía al jefe de Estado convocar plebiscitos para que el pueblo refrendara una ley [1945].
- España fue declarada «reino» y Franco se reservó el poder de proponer su futuro sucesor. Esta ley constituyó una gran decepción para los monárquicos que soñaban con que Franco propiciara la vuelta al trono de Don Juan. [Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado, 1946].
b) Hambre y Represión en la Posguerra
Durante la década de los cuarenta y principio de los cincuenta se sucedieron los «Años del hambre»:
- Hubo racionamiento de alimentos hasta 1952. Paralelamente se produjo la extensión del mercado negro de todo tipo de productos. Este contrabando de mercancías denominado “Estraperlo”, se convirtió en el único medio para conseguir muchos bienes, y para unos pocos, en la forma de enriquecerse rápidamente.
- La vida social estaba marcada por la corrupción. Para obtener cualquier empleo o servicio había que tener contactos con los burócratas o recomendaciones.
La represión de la posguerra propició un clima de terror generalizado dirigido contra los vencidos, que fue la auténtica estrategia de dominación del régimen franquista desde su origen hasta el final para conseguir el total sometimiento de la población. El número de prisioneros políticos fue tan grande (1/4 de millón) que se tuvieron que habilitar campos de concentración a lo largo de todo el país. Las ejecuciones se contaron por decenas de miles. [La Ley de Responsabilidades Políticas Febrero 1939]. Este terror explica la debilidad de la oposición y la pervivencia de la dictadura durante años.
c) Los Conflictos Políticos Internos de la Década de los 50
Tras el terror y la paralización del país durante los años cuarenta, en los años cincuenta aparecen las primeras protestas de la oposición:
- Desde los años 50 se extienden las protestas obreras a las que seguirían diversas huelgas.
- En 1956, tuvieron lugar diversos incidentes en la Universidad de Madrid.
Sin embargo, esta reactivación de la oposición tuvo una incidencia muy débil. Lo más importante políticamente del período fue el acceso al gobierno de varios ministros del Opus Dei en 1957. Esta incorporación fue la antesala de la reforma económica de 1959 que traería la liberalización de la economía y el desarrollo de los sesenta.
El inmovilismo político quedó consagrado en 1958 con la aprobación de la Ley de Principios del Movimiento Nacional.
La Política Exterior: Del Aislamiento al Reconocimiento Internacional
a) La Inmediata Posguerra durante los Años de la II Guerra Mundial
Recién acabada la guerra civil, Franco hizo pública su adhesión al acuerdo anticomunista que le asociaba a la Alemania nazi, la Italia fascista y Japón.
En octubre de 1940, tras la invasión nazi de Francia, tuvo lugar la entrevista entre Franco y Hitler (Hendaya) que a punto estuvo de introducir a nuestro país en el conflicto mundial. Finalmente no fue así. Hitler no aceptó las ambiciosas pretensiones de Franco sobre el Marruecos francés y la incorporación a la guerra de un país exhausto no era de gran interés para el Eje. Sin embargo, para mostrar su apoyo a las potencias fascistas, España envió a la División Azul a luchar junto a las tropas nazis en el frente ruso a partir de 1941. La Gestapo entregó a Franco muchos exiliados españoles, otros fueron enviados a campos de concentración. Durante estos años se desarrolla principalmente la actividad de los guerrilleros del “Maquis” que ira remitiendo tras la decepción por el abandono de los aliados.
Las derrotas del Eje hicieron que, a partir de 1942, Franco comenzara un cauteloso giro en su política internacional buscando la conciliación con los países aliados. La destitución de Serrano Súñer (falangista), muestra este cambio de actitud.
b) El Aislamiento Internacional (1945-50) y los Cambios dentro del Régimen
En 1946 la Asamblea General de las Naciones Unidas votó contra el ingreso de España, considerada aliada de las potencias fascistas recién derrotadas.
A esta condena internacional siguieron años de aislamiento económico (autarquía) y político, aunque EEUU trataba de no romper completamente con un régimen que podía ser su aliado en la recién iniciada guerra fría. Pese a ello, España no recibió ninguna ayuda del Plan Marshall, ni fue admitida en la OTAN, ni en la CEE.
Mientras la dictadura trató de lavar su imagen internacional, reduciendo el protagonismo de los falangistas y de todos los símbolos que recordaran a las potencias del Eje. Paralelamente, los católicos obtenían mayor presencia en la dictadura. El apoyo de la Santa Sede era esencial para salir del aislamiento internacional.
c) El Fin del Aislamiento: El Acuerdo con los EE.UU.
Se puede afirmar que el inicio de la guerra fría salvó al régimen de Franco. La hostilidad hacia la URSS provocó un giro en la posición internacional norteamericana. En el interior eran los tiempos de la histeria anticomunista propiciada por el senador McCarthy.
En 1950, la ONU, a instancias de EEUU, recomendó el fin del aislamiento diplomático de España. En 1953 se firmaron los Acuerdos bilaterales con los Estados Unidos, que permitieron la instalación de bases militares norteamericanas en España (Torrejón de Ardoz, Zaragoza, Morón y Rota). A cambio, España recibió una ayuda económica norteamericana. También en ese año se firmó el Concordato entre España y la Santa Sede.
El fin del aislamiento internacional quedó claramente expuesto con la visita del presidente norteamericano Eisenhower a España en 1959. El abrazo entre el general que había intervenido de forma clave en la derrota de Hitler y el dictador mostraba cómo la guerra fría había cambiado la política internacional.
El Exilio Republicano
Al final de la Guerra Civil, abandonaron España por los Pirineos hacia Francia, o por puertos mediterráneos hacia el Norte de África, unos 400.000 personas, forzados a la huida por temor a las represalias del bando vencedor y del régimen dictatorial. Los refugiados tuvieron que afrontar duras condiciones de vida que se agravaron con el estallido de la II G. Mundial. Aunque algunos de ellos volvieron en los años siguientes, algo más de la mitad, sobre todo políticos, funcionarios, excombatientes, intelectuales, pero también civiles, y entre ellos un cierto número de niños y niñas que habían sido los primeros en ser evacuados, permanecieron en el exilio. Una vez vencida Francia, la Gestapo entregó a Franco muchos exiliados españoles, otros fueron enviados a campos de concentración [sobre todo a Mauthausen, en Austria, dónde murieron 16.000 españoles]. Durante estos años se desarrolla principalmente la actividad de los guerrilleros del “Maquis”, que participaron activamente en la liberación de Francia de la ocupación nazi. La actividad guerrillera, que también se desarrolló en las sierras españolas, irá remitiendo tras la decepción por el abandono de los aliados de la causa de la democracia española. Una parte del exilio marchó a Hispanoamérica, a Argentina o Chile, pero sobre todo a México, dónde al término de la II G. M. se instaló el gobierno republicano en el exilio. Los enfrentamientos y las acusaciones por la amargura de la derrota contribuyeron a fragmentar la división política. El grupo más activo del exilio que contaba con una red clandestina de contactos en el interior de España fue el PCE, que se convirtió en el principal elemento de la lucha antifranquista.