El Resurgimiento Urbano
Después de las invasiones germanas, las ciudades más importantes decayeron, situación que se mantuvo durante el apogeo del feudalismo.
El aumento de la agricultura, producto de las nuevas técnicas y herramientas aplicadas a esta (como el arado sobre ruedas, el molino de viento y agua y el barbecho), produjo un excedente en la producción. Esto impulsó el resurgimiento de las ciudades y el desarrollo del comercio.
Este resurgimiento urbano comenzó cuando los artesanos y mercaderes se instalaron cerca de los castillos, monasterios, ríos o el mar, y la población fue aumentando gracias a los productos o las posibilidades de intercambio.
Las nuevas ciudades estaban en constante crecimiento demográfico gracias a la migración cualificada (personas que dominaban un oficio) que podía significar un aporte para el bien común. Las ciudades se convirtieron en centros administrativos, políticos, industriales y en mercados. Estos primeros centros urbanos se llamaron **Burgos** y basaban su poder en el dinero y no en la posesión de tierras; ellos también se dedicaban al comercio.
La **burguesía** participó en el reordenamiento social y económico en Europa, buscando sus propias áreas de participación y creando organizaciones que los representaran como gremios, consejos municipales, sociedades y ligas. Agilizó el proceso de descomposición feudal y se convirtió en un importante aliado del rey. Estas alianzas se dieron en Gran Bretaña, Francia, España y Portugal, donde los monarcas más pragmáticos tendieron a consolidar su poder iniciando el proceso de conformación de estados nacionales.
Alemania, Italia y Flandes enfrentaron desafíos comunes y se unieron en ligas (Hanseática y Lombarda).
Desarrollo y Expansión del Comercio
El intercambio comercial entre regiones apartadas se vio favorecido por el mejoramiento de las rutas terrestres y el aprovechamiento de las vías fluviales. A consecuencia de las cruzadas, se consolidó la ruta entre Oriente y Occidente, y a la cabeza de esta estaban los mercaderes del norte italiano, dando vida a Venecia y Génova.
Luego, el flujo comercial se extendió al norte europeo, encontrando en Flandes y el mar Báltico las condiciones para su desarrollo. Los dos grandes centros del comercio marítimo eran el Mediterráneo y el Báltico/Norte.
El comercio por tierra se incrementó con las ferias que se instalaban en los cruces de caminos importantes.
Para organizar las transacciones de tantos productos, se perfeccionaron los sistemas de pago con diferentes monedas (maravedíes, florines y ducados). El crédito se hizo más común y aparecieron los préstamos de dinero conocidos como **banca**, pero con esto aumentaron los ladrones y los asaltos, por ello los comerciantes se organizaron en grandes asociaciones llamadas ligas, guildas o hermandades. Estas organizaban las ferias y controlaban la seguridad en las rutas.
Los artesanos, por su parte, se organizaron para protegerse de la competencia. Todos los de un mismo oficio se organizaban en corporaciones o **gremios**, que eran asociaciones encargadas de reglamentar la duración del trabajo, el salario, los productos y los precios. Cada gremio tenía una jerarquía: de aprendiz a oficial, y si dominaba perfectamente el oficio podía ser maestro e instalar un taller. Esta gran expansión económica influyó en el surgimiento del **capitalismo comercial**, el intercambio económico y fortaleció la ascendente burguesía.
La Vida Intelectual: Las Universidades
En el siglo XII aparecieron las escuelas urbanas y episcopales. Los profesores y alumnos formaban su propia corporación o *universitas*, donde se dio un gran impulso al desarrollo intelectual. Las universidades eran corporaciones laicas que buscaban liberarse del poder episcopal y lograr la autonomía. En ellas se estudiaba el derecho romano y el pensamiento de Aristóteles.
Las universidades se regían y gobernaban por reglamentos propios, se dividían en 4 facultades: teología, derecho, medicina y artes. A la cabeza de cada facultad estaba el decano y de toda la universidad el canciller. Las clases se dictaban en latín y los estudiantes eran todos hombres.
Las universidades más famosas y antiguas eran la de Bolonia en Italia (derecho), la de París en Francia (teología), la de Oxford y Cambridge, Salamanca y Sevilla, Coimbra en Portugal y la de Colonia en Alemania.
La Literatura
El latín fue el idioma oficial en cada reino. La mezcla entre este y la lengua de los germanos formó las lenguas romances, que se concretó con los trovadores que cantaban y los juglares que recitaban los cantares de gesta y poemas épicos que satisfacían los gustos de los señores. Los burgueses y funcionarios usaron en sus documentos esta lengua, y el latín quedó como lengua culta solo para cosas diplomáticas o universitarias.
Los Últimos Siglos de la Edad Media
Los últimos siglos de la época medieval dejaron atrás al feudalismo y debieron enfrentarse a una gran inestabilidad económica y política a causa de guerras, epidemias e insurrecciones.
En 1318, Europa sufrió una sucesión de malas cosechas. Luego, la población fue azotada por una terrible epidemia (peste negra o bubónica), se cree que llegó en un navío genovés que se contagió en la actual Crimea. La peste fue desde Italia a Francia, España, Europa, Inglaterra y Escandinavia. En este marco se desató una crisis económica y social que se vio agravada por constantes guerras. Por el lado político, se acentuaron las luchas entre la nobleza feudal y los monarcas que querían recuperar la autoridad real y que contaban con el apoyo de la emergente burguesía.
En los siglos XII y XV, Europa sufrió transformaciones como cambios socioeconómicos, la reaparición de los estudios y el cambio de mentalidad política (debilitando el feudalismo y fortaleciendo al rey y la burguesía). Para poder gobernar, los monarcas debían recurrir a la reunión en asamblea de estamentos (nobleza, clero y campesinado): parlamentos en Inglaterra, cortes en España, dietas en Alemania y estados generales en Francia. Estas asambleas representaban a los integrantes de la sociedad medieval. En Francia, Gran Bretaña, Portugal y España, los monarcas lograron unificar sus territorios y someter a la nobleza, con esto se inició la Edad Moderna.