Localización
Discurso histórico de naturaleza económica en el que se manifiesta la protesta del empresario y político (Regidor del Ayuntamiento de Bilbao, Diputado por Vizcaya, Senador… adscrito por el partido liberal) Federico Echevarría contra los tratados de comercio hispano-alemán en defensa del proteccionismo; en un meeting-protesta celebrado en Bilbao en 1893. Se da en pleno proceso de industrialización en Vizcaya, durante el periodo de la Restauración, concretamente durante la Regencia de Mª Cristina, esposa de Alfonso XII.
Análisis
En este fragmento del meeting-protesta contra los Tratados de Comercio celebrado en Bilbao el 9 de Diciembre de 1893, se describen los efectos de la aplicación de un tratado hispano-alemán que dé carácter librecambista y contrario al arancel proteccionista, que podía poner en peligro el desarrollo industrial dentro y fuera de Vizcaya (“…a otras importantísimas regiones de España…”). En el texto se describe como el “régimen arancelario vigente”, basado en las medidas proteccionistas impulsadas por Cánovas del Castillo, y gracias a la participación de la burguésía vasca en la política, estaba potenciando e impulsando la iniciativa privada y la inversión (concretamente en el desarrollo de la industria siderometalúrgica); y cómo el cambio de esa política provocaría el efecto contrario, arrastrando desde los pequeños talleres siderometalúrgicos (“Talleres de Deusto, Aurrerá, Talleres de Zorroza y los de Miravalles…”) hasta incluso “…Altos Hornos en sus nuevas instalaciones…”; ya que tanto unos como otros necesitaban el mercado nacional para comercializar sus productos. Por tanto, finalmente, se hace una petición al gobierno para que “…no derrumbe…el actual régimen protector” y que deseche el tratado hispano-alemán, cuyo objetivo era favorecer las relaciones de comercio con el extranjero.
Contextualización
Antecedentes
: el debate entre el librecambismo y el proteccionismo fue una de las constantes que circuló la política económica de España a lo largo de la 2ª mitad del Siglo XIX. Hasta 1875 predominó la política librecambista, especialmente durante el Bienio Progresista (1854-1856) y el Sexenio Democrático (1868-1874). Durante ese periodo se inició en Vizcaya, gracias precisamente a las medidas librecambistas, el desarrollo del negocio minero que hizo posible una gran acumulación de capital. Este desarrollo fue posible gracias al Invento Bessemer de 1855 y las favorables condiciones de las minas vizcaínas, y se dio a través de la Ley de Bases de la minería y el arancel librecambista de 1869. Además del capital extranjero, fue un hecho vital la participación de la burguésía vasca en la financiación de las grandes sociedades de la explotación de las minas. Los beneficios del negocio minero, el carbón de los barcos ingleses, el hierro no fosfórico presente en Vizcaya y el desarrollo técnico posibilitaron el desarrollo de la industria siderúrgica autóctona. De esta manera se crean nuevas fábricas como “San Francisco”, “Altos Hornos”, “Metalurgia y construcciones la Vizcaya”,… basadas en el consumo del mineral de hierro.
A partir de 1887 se reestructuran la actividad económica de San Francisco y La Vizcaya para encaminar su producción al mercado español. De ahí que empiecen a participar en la vida política con el objetivo de conseguir una legislación proteccionista para sus productos que terminara con la competencia extranjera. Asimismo, se pensó que era posible vender productos más elaborados y con ello más rentable que los lingotes de acero, exigiendo una mayor diversificación de la producción.
Tema
: Por lo tanto, se consiguió con Cánovas en 1891 las medidas proteccionistas demandadas, lo que en el texto se refiere como el “régimen arancelario vigente”, dando lugar a nuevas inversiones y a la aparición de una mediana empresa metalúrgica en Vizcaya que trabaja los productos de las grandes siderurgias. De hecho, la industria vizcaína se vio muy beneficiada ya que así pudo hacer frente a la competencia extranjera, convirtiéndose en la principal zona productora de hierro del país, lo que derivó en el desarrollo de otros sectores industriales como el naval (“Naviera Sota y Aznar”, “Euskalduna de reparación y construcción de buques”), químico y metalúrgico.
Consecuencias
: Finalmente, a pesar de los proyectos de tratados con el extranjero (como el citado en el texto), la Ley Arancelaria de 1891 se mantuvo y se aseguró en 1896 con nuevas medidas proteccionistas. De hecho, se promovieron en Bilbao 639 empresas. Fueron muchos burgueses propietarios de minas los que construyeron fábricas o invirtieron en las existentes para aumentar sus beneficios en la explotación de hierro, como es el caso de “Altos Hornos” mencionado en el texto. O excepciones como las de Echevarría (autor del discurso) que, sin respaldo minero, levantó una fábrica de hojalata en Begoña e instalaron el horno de Siemens en la fábrica de Recalde. Por lo tanto, el proteccionismo fue la solución a las dificultades de la industrialización , pero también tendría sus consecuencias negativas ya que posibilitó la existencia de numerosas empresas de dimensiones muy pequeñas, y favorecíó el desarrollo de la tendencia monopolista en perjuicio de otros sectores.
Importancia
El texto nos muestra la incapacidad de la industria vasca de finales del Siglo XIX para hacer frente a la competencia de productos extranjeros más baratos. Las fábricas vizcaínas dependían de la Ley Arancelaria y el proteccionismo para poder prosperar. De ahí que los burgueses dueños de la siderurgia vasca lo demandaran constantemente durante la Restauración como fue el caso de Federico Echevarría en su meeting de 1893.