Dos Españas: Del 98 a la Guerra Civil – Ideologías, Conflictos y Cultura

Crisis del 98, Dos Españas y Generación del 36

Crisis del 98

Esta crisis condujo a una profunda reflexión sobre la identidad nacional española y la decadencia del país. La Generación del 98 marca el inicio del cuestionamiento sobre el camino que debía tomar España para superar su decadencia.

Dos Españas

La división ideológica y social que ha marcado históricamente a España se conoce como las «Dos Españas». Una España representaría la tradición, el conservadurismo y la monarquía, mientras que la otra encarna el progreso, el liberalismo y la modernización.

Esta división es ampliamente abordada por la Generación del 98, que diferenciaba entre «la España real» y «la España oficial». Es decir, entre una España decadente y otra que pretendía modernizarse siguiendo modelos europeos.

Las «Dos Españas» es un concepto recurrente que subyace durante gran parte de la historia contemporánea del país, derivando en conflictos internos y tensiones que se exacerban con el tiempo.

Generación del 36

Surge alrededor de la Guerra Civil (1936-1939). Es un reflejo de las tensiones acumuladas desde la Crisis del 98 y el concepto de «Dos Españas». Las diferencias ideológicas que caracterizaron estos periodos fueron llevadas al extremo, desembocando en un conflicto armado.

La Generación del 36 también estuvo marcada por una producción cultural que abordó la guerra y sus devastadoras consecuencias, siguiendo la tradición de reflexionar sobre la identidad y el futuro de España.

Comparación

  • La Crisis del 98 inicia un periodo de reflexión y crítica que se extiende hacia la Guerra Civil, mostrando una evolución histórica que va desde una crisis colonial hasta una guerra civil.
  • División Ideológica: El concepto de «Dos Españas» está presente tanto en la Generación del 98 como en la del 36. Sin embargo, en el 98 se manifiesta más como una reflexión intelectual y cultural, mientras que en el 36 se traduce en un enfrentamiento bélico.
  • La Generación del 98 revitaliza géneros tradicionales, mientras que la articulación cultural durante la Generación del 36 está recogida dentro de un marco de conflicto más evidente y devastador.

España en guerra consigo misma.

La Restauración y el Conservadurismo

La Restauración en España, que se inició con la reinstauración de la monarquía borbónica en 1874, está estrechamente conectada con el conservadurismo debido a varias razones clave que surgen del análisis histórico del período.

  • Uno de los personajes más influyentes de la Restauración fue Antonio Cánovas del Castillo (1828-1897), líder del partido conservador y un intelectual respetado de la época. Cánovas del Castillo jugó un papel crucial en la configuración del sistema político de la Restauración, apoyando una visión conservadora del país.
  • La Restauración instauró un sistema conocido como «turnismo», donde el poder se alternaba sistemáticamente entre partidos conservadores y liberales. Este mecanismo fue diseñado para evitar conflictos y mantener la estabilidad, lo que permitió a los conservadores tener un peso significativo en la política española.
  • La estabilidad política vista en el periodo de la Restauración, aunque engañosa, se atribuye en gran parte a las políticas y el liderazgo conservador. Durante este tiempo, se logró la unificación legislativa y política de España, con la promesa de un cambio y modernización bajo el reinado de Alfonso XII, un joven rey educado en Europa, quien fue capaz de contentar tanto a las familias liberales como conservadoras.
  • La Restauración es vista como una antesala al siglo XX, donde se sostiene que el conservadurismo tuvo un rol importante en la progresión del estado liberal consolidado en 1876. Los carlistas, antes una fuerza relevante, encontraron en los nacionalismos vascos y catalán una forma de consuelo debido a la marginalización por parte del conservadurismo. Durante este periodo, la Constitución de 1876 y la actividad legislativa reflejaban un enfoque conservador que buscaba mantener el orden y la estabilidad política. Esto también marcó un periodo de crecimiento económico y fijación de infraestructuras como la red ferroviaria, que fue fundamental para el desarrollo de España.

Nacionalismos

En el periodo comprendido entre finales del siglo XIX y principios del XX, surge un movimiento fuerte influenciado por varios factores históricos y políticos.

  • Catalán: El primer nacionalismo en surgir, alrededor de 1880, impulsado principalmente por la burguesía catalana que empieza a generar un pensamiento racionalista y antiespañol.
  • Vasco, Gallego, Canario, Andaluz, Español: Poco después, aparecen otros movimientos nacionalistas en estas regiones, cada uno con sus características y fundamentos propios.
  • Crisis del 98: La pérdida de las últimas colonias españolas en 1898, resultando en un sentimiento generalizado de derrota y humillación nacional, y un replanteamiento del rumbo político y económico de España.

Factor Ideológico:

Krausismo

Fundamental para la consolidación del nacionalismo, proviene de Karl Krause, un profesor alemán que hizo una interpretación del romanticismo adaptada a España. El krausismo influyó en el liberalismo español y promovió diversas corrientes ideológicas:

  • Constitucionalismo
  • Parlamentarismo
  • Libertad de pensamiento e imprenta
  • Libertad religiosa
  • Republicanismo y socialismo

También influyó en la reforma educativa, proponiendo una educación laica controlada por el Estado, en contraposición con la enseñanza tradicionalmente controlada por la Iglesia Católica.

La crisis y el sentimiento de fracaso nacional lleva a una orientación de la política española hacia Europa y la modernización.

División de Interpretaciones del Nacionalismo:

  • Progresistas: Ven a España como un problema que requiere modernización y reformas.
  • Conservadores: Utilizan el nacionalismo como argumento contrarrevolucionario, buscando mantener las «esencias» de España.

El periodo de inestabilidad política y social se caracteriza por asesinatos de figuras políticas y revueltas, como la Semana Trágica de Barcelona.

Los nacionalismos se entrelazan con movimientos sociales que buscan cambios profundos en la estructura del Estado.

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