Características Económicas del Antiguo Régimen y el Reformismo Borbónico
El espíritu reformista de los Borbones se extendió al ámbito de la economía y ayudó a superar la crisis económica que afectó a España durante el siglo XVII. Sin embargo, no fue capaz de solucionar los problemas estructurales que afectaban a la economía española.
La Agricultura en el Siglo XVIII
En la España del siglo XVIII, predominaba una economía basada en el sector primario, aunque este no cubría todas las necesidades, principalmente alimenticias. Se destacan las siguientes carencias:
- Deficiencias técnicas: Estancamiento de los sistemas de siembra (como el voleo).
- Ausencia de un mercado nacional: Dificultades de comunicación interna en el país.
- Régimen de propiedad de la tierra: Se mantenían las propiedades amortizadas (de los estamentos privilegiados, imposibles de confiscar o dividir) y las propiedades libres.
Las propiedades colectivas se dividían en bienes comunales (aprovechados por los vecinos para complementar ingresos) y bienes propios (arrendados en subastas).
Existían también tierras libres, no vinculadas ni arrendadas, donde no siempre coincidían explotadores y propietarios. Para abordar estos problemas, los gobiernos ilustrados implementaron una serie de reformas:
- Introducción de innovaciones tecnológicas agrarias para aumentar el rendimiento.
- Introducción de nuevos cultivos como el maíz y la patata.
- Reformas agrarias: colonización de zonas despobladas, eliminación de privilegios de la Mesta y realización de obras hidráulicas (ej. Canal Imperial de Aragón).
- Arrendamiento de tierras municipales a los vecinos más pobres.
El Consejo de Castilla elaboró un Expediente General sobre los problemas agrarios en España, que sirvió como base para una futura Ley Agraria. A partir de este expediente, se elaboraron informes con posibles soluciones, destacando:
- Respuesta del fiscal en el expediente de la provincia de Extremadura (Marqués de Floridablanca, 1770).
- Memorial ajustado (Campomanes, 1771).
- Informe de la Ley Agraria (Jovellanos, 1794).
Jovellanos criticó los privilegios de la Mesta, los mayorazgos improductivos y las tierras de manos muertas de la Iglesia, defendiendo la distribución de la tierra entre los campesinos. El gobierno de Carlos IV consideró este informe una amenaza para la paz social. La Ley Agraria no se implementó, ya que implicaba un ataque a la nobleza y a la Iglesia, no deseado por el gobierno.
El régimen jurídico de la propiedad de la tierra no se modificó. Para ello, habría sido necesaria una política desamortizadora, que no se desarrollaría hasta el siglo XIX.
La Industria en el Siglo XVIII
La industria española del siglo XVIII se caracterizaba por:
- Predominio de la producción artesanal: Poco avanzada, sostenida por los gremios urbanos (que, con sus privilegios, obstaculizaban el desarrollo industrial) y la artesanía rural (orientada al autoabastecimiento local, con baja calidad). El trabajo a domicilio, como en Cataluña y Galicia, permitió una producción más barata, aunque de menor calidad, evitando las restricciones gremiales.
- Manufacturas Reales: La Corona, siguiendo ideas mercantilistas, creó manufacturas reales para suplir la falta de iniciativa privada, reducir la dependencia exterior y promover el desarrollo. Sin embargo, su orientación a productos de lujo (sedas, tapices), la escasa incorporación de mejoras técnicas y su baja rentabilidad las convirtieron en una industria lastrada, llevando a la monarquía a abandonar esta iniciativa.
- Escasa iniciativa privada: Se centró en el sector textil y siderúrgico, principalmente en la periferia peninsular. En Cataluña surgieron fábricas de hilado de algodón, y en los valles del País Vasco se desarrolló el sector siderúrgico. Sin embargo, en el resto de España predominó el minifundismo y la escasa incorporación de mejoras técnicas.
Se implementaron reformas para proteger y desarrollar la industria estatal y privada, destacando:
- Medidas proteccionistas frente a la producción extranjera (textil y siderúrgica).
- Reducción de impuestos para disminuir costes, precios y aumentar la competitividad.
- Eliminación de normas gremiales que obstaculizaban la mejora y el aumento de la producción.
Dentro de la industria privada, destacaron el sector algodonero catalán, las sederías valencianas y granadinas, y las ferrerías vascas.
El Comercio en el Siglo XVIII
El siglo XVIII fue un periodo de expansión comercial. Los monarcas ilustrados se enfocaron en potenciar tanto el comercio interior como el exterior. Para fomentar el comercio interior, era necesario configurar un mercado nacional. Sin embargo, la baja demanda interna, las aduanas interiores y la falta de una red de comunicaciones adecuada dificultaban este objetivo. Se suprimieron las aduanas internas y se mejoró la red de comunicaciones durante el reinado de Carlos III, pero el mercado nacional no se consolidó hasta el siglo XIX.
El comercio exterior presentó una mejor situación. Se adoptaron dos medidas principales:
- Creación de compañías comerciales (ej. Compañía Guipuzcoana) para recuperar el control de las importaciones y exportaciones americanas.
- Liberalización del comercio de todos los territorios peninsulares de la Corona con América, mediante el Decreto de Libre Comercio de 1778.
Estas medidas impulsaron el comercio, pero no resolvieron algunas deficiencias:
- Déficit crónico de la balanza comercial con Europa occidental, debido a la importación de productos elaborados y la exportación de materias primas.
- Incapacidad para controlar el monopolio comercial americano. La interrupción del comercio americano suponía importantes pérdidas para la Hacienda Real y la economía española.