España vivíó la transición del Antiguo Régimen al Liberalismo en un ambiente revolucionario y bélico, que se inicia con la Guerra de la Independencia y finaliza tras la muerte de Fernando VII.
La implantación del régimen liberal es un proceso largo e irregular.
Las Causas de la crisis del Antiguo Régimen se hallan en el reinado de Carlos V (1788-1808), lastrado por la crisis económica y el desprestigio del Rey (y Godoy), todo ello desencadenó en el Motín de Aranjuez (1808), éste supuso la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando.
La presencia de tropas francesas (aprobado por el Tratado de Fontainebleau) y la incertidumbre política derivó en el levantamiento popular del 2 de Mayo en Madrid, contra el ejército ocupante.
Tres días después se produjeron las abdicaciones de Bayona, de Fernando VII en su padre y este en Napoleón, quien le cedíó el trono a su hermano José Bonaparte.
Se crea un vacío de poder, que junto con la formación de Juntas, lleva a una nueva soberanía liberal y nacional.
En 1808, comienza la Edad Contemporánea con el comienzo de la revolución en una doble dimensión, a través de una guerra contra los franceses defendiendo la independencia española y mediante la trasformación ideológica dirigida desde las Cortes de Cádiz que pretende liquidar las estructuras del Antiguo Régimen.
I La Guerra de la Independencia (1808-1814)
La causa del conflicto es la estrategia napoleónica de estados-satélite de su Imperio. Hubo una gran resistencia popular española, en forma de guerrillas y sitios defensivos (Gerona, Zaragoza con Palafox). Esto provocó la derrota de Napoleón en la Batalla de Bailen, por ello el propio Napoleón tuvo que venir a España a finales de 1808.
Se mantiene el ambiente bélico en España hasta que Wellington vencíó en Vitoria en Junio de 1813 y en San Marcial en Agosto de 1813. Es la primera guerra contemporánea contra la población civil a gran escala.
II Las Cortes de Cádiz
Se desarrolló una revolución política en la Isla de León con la reuníón de Cortes no estamentales en Septiembre 1810, compuesta por juristas, eclesiásticos y militares que llevaron a cabo una gran obra legislativa. En una única cámara (unicameral) hay diferentes tendencias en sus diputados: Realistas, ilustrados reformistas, liberales y las colonias americanas, que participan en la elaboración del texto constitucional.
El 19 de Marzo de 1812, se aprobó la Constitución llamada la Pepa. Con ella se respondía al Estatuto de Bayona en 1808 que fue elaborado por los consejeros de Napoleón.
La constitución es un texto de 384 artículos que consagra la soberanía nacional, la separación de poderes y una monarquía constitucional, además de la confesionalidad católica del Estado, el unicameralismo, el sufragio universal indirecto y amplios derechos.
Tuvo una vigencia corta y accidentada, fue el símbolo de lucha contra el absolutismo y dejó huella en otros textos constitucionales europeos y latinoamericanos.
III Sexenio Absolutista (1814-1820)
En Diciembre de 1813 Napoleón firma la paz y reconoce a Fernando VII como rey de España según el tratado de Velencay). En Marzo de 1814, Fernando regresa a España pasando por Zaragoza y Valencia, allí recibíó el Manifiesto de los Persas, firmado por 69 diputados de las Cortes, en este manifiesto, se le pedía la anulación de la Constitución y solicitaban la convocatoria de Cortes estamentales. Esto y su propio deseo, le llevo a reimplantar el sistema absolutista a través del Decreto de 4 de Mayo de 1814, que anulaba toda la obra de las Cortes, a los que el monarca niega su soberanía.
Es un periodo muy inestable motivado por la guerra, los cambios que acabamos de comentar (vuelta a los privilegios feudales, sistema de consejos, supresión de las cortes, de los jefes políticos, de la prensa…) y por una fuerte represión contra los liberales y afrancesados, provocó pronunciamientos militares (Espoz y Mina, Riego, Porlier…)
IV El trienio liberal (1820-1823)
El 1 de Enero de 1820 se sublevaron Rafael Riego y Quiroga, en Cabezas de San Juan por no querer embarcar rumbo a América a apaciguar a las colonias, este fue el inicio del segundo acto de la revolución liberal en España. El Rey tuvo que jurar la constitución de 1812, el 9 de Marzo.
Gracias al apoyo en el peso de los agentes revolucionarios como eran las sociedades patrióticas, las sociedades secretas o la Milicia Nacional, se crearon muchas leyes durante este trienio: creación de un ejército constitucional, aprobación de un Reglamento de Instrucción Pública, perdón a los afrancesados, desamortización de los bienes del clero, nueva división provincial, supresión de la inquisición….
Se produjo la primera división dentro del liberalismo español entre:
• Los moderados o doceañistas, (fueron los autores de las reformas de Cádiz). Defendieron la propiedad privada, el sufragio censitario, la libertad de prensa limitada, el orden social un gobierno fuerte
• Los exaltados o veinteañistas, que protagonizaron la revolución de 1820. Defendían la libertad de opinión, el control parlamentario del gobierno, la aplicación avanzada de la constitución, un sufragio menos censitario y cierto anticlericalismo.
En este periodo se independizan las nuevas repúblicas Hispanoamericanas y es el fin del Imperio español en América.
V La década Ominosa (1823-1833)
En Abril de 1823, la entrada en España de los Cien Mil Hijos de San Luis, que era el ejército de la Santa Alianza desde el Congreso de Viena, ayudó a Fernando VII a reimplantar el absolutismo.
Fase caracterizada por la grave crisis económica y dura represión hacia todo lo liberal, con muchas ejecuciones, exilios masivos a Francia y Gran Bretaña.
Se inicio una frustrada reforma de Hacienda y se creó un nuevo reglamento de instrucción muy conservador. Cerraron universidades por considerarlas como un foco revolucionario.
En 1830 nacía Isabel, heredera del trono después del restablecimiento de la Pragmática Sanción de 1789 (que dejaba sin efecto la Ley Sálica).
La protesta de los ultraconservadores partidarios de Don Carlos (hermando de Fernando VII), provocó su alzamiento en armas tras la muerte del Rey, dio origen a la primera guerra carlista (1833-1840)
El carlismo nacíó en el medio rural, localizado en el norte peninsular, mientras el liberalismo se impuso en las ciudades gracias a la burguésía urbana. Fue constituido como un movimiento de carácter antiliberal y antirrevolucionario, era interclasista. Niega la soberanía nacional, defiende el sistema foral frente a la centralización liberal, su presencia es intermitente y relevante en España.