El 23-F: Golpe de Estado y Crisis Política en España
Antecedentes y Figuras Clave
El 23 de febrero de 1981 (23-F), se planeó un golpe de Estado con la intención de destituir a Adolfo Suárez. En este contexto, surgieron diversas figuras clave:
- Gil Robles: Personaje relevante durante la Guerra Civil y la República, presidente de las derechas, predijo un golpe militar.
- Tarradellas: Político exiliado y líder de Esquerra Republicana de Catalunya, aceptó la monarquía y en 1980 habló de la necesidad de un «golpe de timón».
- Alfonso Osorio: Dirigente del partido de Fraga, propuso un gobierno de gestión.
- Ramón Tamames: Miembro del Partido Comunista, sugirió un gobierno de gestión presidido por un general, aunque fue desautorizado por Carrillo.
Conspiraciones y Movimientos Políticos
En julio de 1980, Enrique Múgica y Javier Solana, ambos del PSOE, se reunieron con Osorio. Durante la toma de posesión del presidente de Perú, Suárez expresó su desconcierto por la alianza entre miembros del PSOE y de la derecha. La sociedad española vivía con temor a una intervención militar.
El 2 de octubre de 1980, se gestó un golpe, conocido como «A la turca», planeado para el 2 de mayo de 1981. Los servicios secretos informaron a los generales, quienes intentaron neutralizarlo. Como respuesta, se preparó otro golpe, la «Operación Armada», que buscaba un gobierno de concentración con participación del CD, UCD, PSOE y PCE, previsto para el 21 de marzo de 1981.
Los sectores ultras, a través del periódico El Alcázar, promovían un golpe de Estado de corte franquista. Los golpistas se autodenominaron «Colectivo Almendros» y planearon el golpe para febrero.
El Papel de Armada y la Relación con el Rey
Alfonso Armada, antiguo maestro del rey y con su confianza, contaba con el apoyo de EE. UU. y tenía una animadversión hacia Suárez debido a un incidente en la campaña electoral de 1979. Demócratas cristianos como Óscar Alzaga y Herrero de Miñón también conspiraban contra Suárez.
A finales de octubre, se produjo una reunión en casa del alcalde de Lérida, Gurana, entre Joan Reventás, Enrique Múgica y Alfonso Armada, evidenciando la conexión entre miembros del PSOE y un golpista. El 7 de noviembre, González anunció la formación de una mayoría parlamentaria con socialistas, olvidando una resolución previa del comité federal del PSOE.
Entre noviembre de 1980 y febrero de 1981, Armada mantuvo conversaciones frecuentes con el rey. En diciembre de 1980, Armada visitó Madrid. A principios de enero, se comunicó con el capitán general de Valencia, Milans del Bosch, quien había hablado con el rey. Armada generó la impresión de que sus acciones estaban autorizadas por el monarca. Milans del Bosch buscaba reconducir la «Operación Armada» y creía contar con el apoyo de la monarquía, pero los ultras, buscando un giro fascista, alteraron los planes.
La Dimisión de Suárez y los Eventos Previos
La esposa de Antonio Tejero compraba autobuses para trasladar a los guardias civiles. En este clima de tensión, Suárez dimitió el 29 de enero, afirmando que el rey no lo había presionado. Sin embargo, el 22 de enero, el rey había convocado a Suárez a una reunión con altos jefes del ejército. Tras una discusión y la negativa de Suárez a dimitir, un general colocó una pistola sobre la mesa. El rey regresó a la reunión sin que se produjeran más comentarios. A partir de este incidente, la relación entre Suárez y el rey se deterioró.
El 25 de enero, Suárez consultó a su esposa sobre la posibilidad de dimitir, y ella le sugirió que lo hiciera «dando palos». El 26 de enero, Suárez dimitió, pero la discusión se hizo pública el 29 de enero. Suárez declaró: «No quiero que la democracia sea un paréntesis en la historia de España».
Sucesos Posteriores
El 30 de enero, apareció muerto el ingeniero jefe de la central de Lemóniz, José María Ryan. El 3 de febrero, el rey fue abucheado en Gernika, un lugar simbólico para los vascos. En una comisaría de San Sebastián, un presunto etarra llamado Joseba Arregi fue asesinado a golpes.