El Antiguo Régimen y la Ilustración

Antiguo Régimen e Ilustración

El Antiguo Régimen

Llamamos Antiguo Régimen al periodo anterior a la Revolución Francesa. Se caracteriza por ser un sistema político absolutista, con una economía agraria, una sociedad estamental y una gran influencia de la religión.

La Ilustración

La Ilustración fue un movimiento ideológico surgido en Francia cuyas ideas más destacadas eran:

  • La confianza en el uso de la razón y la inteligencia humana como medio para alcanzar el progreso y la felicidad.
  • La fe en el progreso humano gracias a los avances científicos.
  • Una fuerte crítica al Antiguo Régimen por considerarlo un obstáculo para alcanzar el progreso y la felicidad.

Esta Ilustración fue difundida en Francia gracias a figuras de la talla de Montesquieu, Rousseau y Voltaire. Las ideas ilustradas se difundieron a través de tres vías: salones o tertulias, medios de comunicación (periódicos) y por medio de la Enciclopedia.

Cambios políticos (absolutismo, parlamentarismo y despotismo ilustrado)

En el Antiguo Régimen la monarquía absoluta concentraba los poderes ejecutivo, legislativo y judicial prescindiendo de convocar Cortes. Los sistemas parlamentarios fueron escasos, siendo Inglaterra el más destacado.

En el siglo XVIII, algunos ilustrados criticaron este absolutismo. Voltaire propuso la implantación del parlamento, Montesquieu pedía la separación de poderes y Rousseau proponía la soberanía en manos de la nación.

Algunos monarcas absolutistas intentaron conciliar el absolutismo con las ideas de progreso de la Ilustración, surgiendo el Despotismo Ilustrado. Los monarcas siguieron concentrando todo el poder, pero llevaron a cabo reformas encaminadas a alcanzar el progreso y la felicidad del pueblo, resumiéndose en la frase “todo para el pueblo pero sin el pueblo”.

En este Antiguo Régimen los estados europeos lucharon por conseguir la hegemonía o supremacía, provocando constantes guerras entre las potencias europeas. En el siglo XVIII se implantó el principio de equilibrio europeo, impulsado por Inglaterra que proponía un equilibrio de fuerzas entre todos los países. El mayor beneficiado fue la propia Gran Bretaña.

Cambios Económicos (mercantilismo, fisiocracia y liberalismo económico)

En el Antiguo Régimen se había implantado el mercantilismo que consideraba que la riqueza de un país procedía de la acumulación de metales preciosos a través del comercio. El Estado debía dirigir la economía fomentando las exportaciones y limitando las importaciones.

En el siglo XVIII surgen nuevas teorías económicas. Una de ellas fue la fisiocracia, defendida por François Quesnay, que mantuvo que la base de la riqueza era la posesión de la tierra y pedía que el estado no interviniese en la economía.

Adam Smith fue el otro pensador que implantó la teoría del liberalismo económico que indicaba que la riqueza de las naciones provenía de la riqueza individual y de su trabajo personal, y que ese enriquecimiento se trasladaría al resto de la nación. El Estado no tenía que intervenir en la economía ya que ésta se regulaba a través de las leyes de la oferta y la demanda.

Estas teoría favorecieron la prosperidad y facilitaron el crecimiento demográfico en Europa. Si en el Antiguo Régimen el crecimiento de la población fue escaso, en el siglo XVIII sigue alta la natalidad y se reduce mucho la mortalidad gracias a una mejora de la alimentación, descenso del número de guerras y la mejora de la higiene y disminución de epidemias.

Cambios económicos II (Agricultura, artesanía y comercio)

En el Antiguo Régimen las técnicas agrarias eran rudimentarias, con una rotación bienal o trienal que proporcionaban escaso rendimiento. En el siglo XVIII la agricultura progresó con nuevos cultivos procedentes de América (maíz, patata) y mejoras de las técnicas como la rotación continua. El régimen señorial, sin embargo, se mantuvo intacto.

También se producen cambios en la artesanía que era escasa y concentrada en los gremios. En el siglo XVIII creció la producción artesanal gracias a la implantación del trabajo a domicilio y la aparición de las manufacturas o reales fábricas.

En el Antiguo Régimen el comercio interior era muy limitado por la falta de buenos caminos y se realizaban en los pueblos próximos o en zonas urbanas. Con la llegada del siglo XVIII, se mejora el comercio interior gracias a mejores caminos, creación de canales y en el comercio exterior surgen las compañías comerciales, la bolsa, las acciones y los bancos.

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