El Antiguo Régimen y la Ilustración: Un Resumen Completo

El Antiguo Régimen

Economía en el Antiguo Régimen

Al iniciarse el siglo XVIII, la mayor parte de Europa se hallaba bajo el denominado Antiguo Régimen.

La agricultura de subsistencia era la actividad más importante. El cultivo estaba basado en la rotación trienal con barbecho.

Los rendimientos eran muy bajos y se orientaban al autoconsumo. No había una especialización, los intercambios se realizaban en mercados locales o regionales.

Las cosechas marcaban el ritmo de una economía que se veía azotada por las llamadas crisis de subsistencia.

La tierra estaba en manos del clero y de la nobleza, que poseían grandes propiedades.

La mayoría eran campesinos que trabajaban las tierras de sus señores y, además, estaban sometidos al pago de impuestos.

La Sociedad en el Antiguo Régimen

La sociedad del Antiguo Régimen se caracterizaba por la desigualdad civil. Estaba dividida en dos grupos:

  • Los privilegiados: nobleza y clero.
  • Los no privilegiados: burgueses, artesanos y campesinos.

Los privilegiados poseían la mayor parte de las tierras y no pagaban impuestos.

La nobleza vivía de la renta de las tierras y cobraba impuestos.

El clero vivía de las rentas derivadas de la explotación de su patrimonio territorial y del diezmo.

Los No Privilegiados

Era la mayoría de la población. Agrupaban a diferentes personas, tanto por su condición económica como social.

Les unía su oposición a los privilegios y al régimen señorial, y la búsqueda de la igualdad civil.

La Ilustración

La Ilustración es un movimiento de carácter intelectual que surgió en la Europa del siglo XVIII y que puso en cuestión los principios del Antiguo Régimen.

Los precedentes fueron dos pensadores ingleses: John Locke e Isaac Newton.

Locke criticó el absolutismo y planteó, por primera vez, la división de poderes.

Con Newton nació el método científico, basado en la observación y comprobación.

La Ilustración defendía la fe absoluta en la razón (inteligencia humana) como único medio para entender el mundo. Ni la autoridad, ni la tradición, ni la revelación podían sustituir a la razón, y todo lo que esta no pudiera entender o aceptar, debía ser rechazado. Por ello, se mostraban firmes partidarios de la educación y del progreso, buscando la mejora paulatina de las condiciones de vida de los seres humanos.

Defendieron la tolerancia como base de las relaciones humanas y criticaron la intolerancia religiosa.

La mayoría de los ilustrados eran creyentes, pero negaban la superioridad de una religión sobre las demás y propusieron la necesidad de establecer unos códigos morales dictados por la razón.

Los Filósofos de las Luces

Las ideas de la Ilustración fueron propagadas por un grupo de pensadores, principalmente franceses: Montesquieu, Voltaire, Diderot y Rousseau.

En sus escritos, estos eruditos defendieron los principios de libertad e igualdad de todos los seres humanos.

Se opusieron a la sociedad estamental y argumentaron que todas las personas nacen libres e iguales. Por tanto, apoyaron la movilidad social y el mérito según la valía y la inteligencia de las personas.

Pensamiento Económico

Los filósofos ilustrados afirmaban que la agricultura era la base para la riqueza de un país. Además, apoyaban la propiedad privada, la libertad de comercio e industria y se oponían a toda intervención del Estado en la economía.

El Pensamiento Político

La Ilustración se opuso al absolutismo y configuró una nueva doctrina: el liberalismo.

Montesquieu defendió la división de poderes (legislativo, judicial y ejecutivo).

Rousseau definió un pacto entre todos los ciudadanos y planteó el principio de soberanía nacional, expresado mediante el voto.

Voltaire defendió la necesidad de un parlamento que limitase el poder del rey y de un sistema fiscal que no recayese sobre el pueblo.

La Enciclopedia

Dos pensadores ilustrados, Diderot y D’Alembert, pusieron en marcha un ambicioso proyecto: la Enciclopedia. Se trataba de publicar una gran obra que reuniera todos los conocimientos de la época, fundados en la razón y el estudio de la naturaleza. La obra, que empezó a publicarse en 1751, contó con la colaboración de los principales escritores de la Ilustración.

A pesar de la persecución a la que fue sometida, tuvo un gran éxito, lo que ayudó a la difusión de las ideas ilustradas.

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