El ascenso de Stalin
Tras la muerte de Lenin en 1924, la dirección del partido y del Estado pasó a ser ejercida por un grupo de dirigentes (Stalin, Trotski, Kámenev, Zinóviev…), pero los enfrentamientos entre ellos eran continuos, pues tenían puntos de vista muy distintos. Paulatinamente, fue imponiéndose Stalin, que había sido nombrado secretario general del PCUS en 1922. Stalin defendía que había que abandonar la idea de la revolución mundial por la del «socialismo en un solo país». Es decir, había que concentrar todos los esfuerzos en consolidar y fortalecer la revolución en la URSS. A partir de este momento, la Tercera Internacional se convirtió en un organismo al servicio de los intereses soviéticos.
Una dictadura totalitaria
En 1929, Stalin acaparó todos los poderes e instauró una dictadura personal usando cuatro medios:
- El culto a la personalidad: Mediante la propaganda se ensalzaba la imagen de Stalin como «gran benefactor» y «padre» del pueblo. Simultáneamente, se eliminó cualquier rasgo positivo de sus enemigos.
- El refuerzo del poder del Partido Comunista: Si se quería participar en la vida política a través de los sóviets, era necesario pertenecer al PCUS, ya que este imponía las candidaturas. Así, los sóviets dejaron de ser asambleas libres y populares.
- El terror: Se ejercía para acallar cualquier oposición. El instrumento utilizado fue el NKVD (policía política), pero también colaboró gran parte de la población, que delataba a supuestos contrarrevolucionarios. Las purgas (depuraciones) más intensas se desarrollaron entre 1933 y 1939. Fueron célebres los procesos de Moscú, en los que se condenó a antiguos dirigentes del partido a los que se forzó a confesar múltiples crímenes. Además, miles de personas fueron enviadas a campos de concentración (gulags), la mayoría en Siberia, donde fueron sometidas a trabajos forzados.
- El control de la cultura: El PCUS determinó que el arte debía servir como propaganda del partido. Se estableció una única tendencia oficial, el realismo socialista, que ensalzaba la revolución, sus líderes y los grupos considerados la base de la revolución, como obreros y campesinos.
Una economía planificada
A partir de 1927, Stalin promovió la idea de que el Estado debía planificar la economía. Se creó el Gosplán, un organismo encargado del diseño y preparación de los planes económicos. Cada plan duraba cinco años, por lo que se conocen como planes quinquenales. En ellos se fijaban los objetivos económicos que debía conseguir la URSS y los recursos para lograrlos. Su finalidad era que la Unión Soviética alcanzara el desarrollo industrial y que fuera autosuficiente desde un punto de vista agrícola y militar.
Todas las actividades económicas (industria, agricultura, comercio…) quedaron bajo el control del Estado y la propiedad privada desapareció.
La colectivización agraria
El primer plan quinquenal estableció la colectivización de la tierra. Los propietarios debían renunciar a la propiedad de sus tierras, que pasarían a ser de la colectividad. Los kulaks, campesinos adinerados que habían prosperado bajo la NEP, se resistieron y sufrieron una dura represión. Esto sumió en el terror a los campesinos, lo que se tradujo en un descenso de la productividad agrícola y ganadera. La producción nunca creció al ritmo previsto por los planes quinquenales y la población sufrió escasez y hambre.
Hubo dos tipos de explotaciones colectivas:
- Koljoses: grandes granjas que funcionaban en régimen de cooperativa.
- Sovjoses: granjas estatales que utilizaban mano de obra asalariada. Al igual que en los koljoses, en ellas se potenció el uso de maquinaria y la aplicación de técnicas agrícolas avanzadas.
El desarrollo industrial
La política económica dio prioridad a la industria pesada y a la producción de energía. El carbón, el petróleo y la electricidad duplicaron su producción. Se incentivó la productividad mediante diversos métodos, y en este aspecto la propaganda desempeñó un papel importante. Se alentó el trabajo en días de descanso y el máximo rendimiento individual mediante el sacrificio desinteresado de los obreros.
Los primeros resultados fueron espectaculares y convirtieron a la URSS en una potencia industrial. Pero también se originaron desequilibrios económicos porque se potenció en exceso la fabricación de bienes de equipo (maquinaria, armamento…) y se descuidó la de bienes de consumo (ropa, calzado y enseres domésticos). Por ello, la población padeció gran escasez de algunos productos básicos.