El Ascenso del Fascismo en Italia: De la Posguerra al Estado Totalitario

El Ascenso del Fascismo en Italia

El Descontento de la Posguerra

Debido a la Gran Guerra, Italia había sufrido grandes pérdidas económicas y humanas. El Tratado de Londres, firmado durante la guerra, prometía a Italia territorios como Dalmacia y Trieste a cambio de su participación en el conflicto. Sin embargo, el presidente estadounidense Woodrow Wilson proclamó el principio de»autodeterminación de los pueblo» y se opuso a la incorporación de Dalmacia a Italia, argumentando que la población italiana allí no era mayoritaria. Como resultado, Italia firmó el Tratado de Rapallo, renunciando a sus reclamos sobre Dalmacia.

La firma de este tratado generó un profundo resentimiento entre los nacionalistas italianos, especialmente entre los excombatientes, quienes consideraron que Italia había sido tratada injustamente a pesar de haber luchado en el bando vencedor. Entre estos nacionalistas se encontraba Benito Mussolini, un antiguo miembro del Partido Socialista que había sido expulsado por su apoyo a la intervención italiana en la guerra.

El Bienio Rojo y la Crisis Social

En la inmediata posguerra, Italia experimentó un período de agitación social y económica conocido como el»Bienio Roj» (1919-1920). El desempleo y la inflación se dispararon, mientras que la izquierda, en particular el Partido Socialista, ganaba apoyo popular. Los socialistas, inspirados por la Revolución Bolchevique en Rusia, controlaban la mayoría de los sindicatos y obtuvieron un número significativo de escaños en las elecciones parlamentarias de 1919.

Durante el Bienio Rojo, las ciudades industriales del norte de Italia fueron escenario de huelgas generales, ocupaciones de fábricas y movilizaciones obreras. En el sur, los campesinos ocuparon tierras en busca de una reforma agraria. Estas acciones radicales generaron temor entre la burguesía industrial y los terratenientes, que comenzaron a desconfiar del gobierno y a buscar alternativas políticas.

Mientras la clase obrera luchaba por mejorar sus condiciones de vida, la clase media veía cómo su calidad de vida disminuía. Este contexto de crisis económica y malestar social creó un caldo de cultivo propicio para el surgimiento de movimientos anticomunistas y antisindicales.

El Surgimiento del Fascismo

Los Fasci di Combattimento

En este clima de incertidumbre y miedo al comunismo, Benito Mussolini fundó los Fasci di Combattimento en 1919. Esta organización paramilitar, compuesta principalmente por excombatientes, se dedicaba a atacar violentamente a sindicatos, periódicos y militantes de izquierda. Los fascistas exaltaban la violencia como método para imponer sus ideas y se presentaban como un movimiento antipartidista, lo que resultaba atractivo para algunos sectores de la burguesía industrial y los nacionalistas.

De Movimiento Marginal a Partido Político

Aunque en sus inicios los fascistas tuvieron poco éxito electoral, su influencia comenzó a crecer, especialmente en las zonas rurales del norte de Italia. La división del Partido Socialista en dos facciones rivales también jugó a su favor. En 1921, Mussolini transformó los Fasci di Combattimento en el Partido Nacional Fascista (PNF).

La Marcha sobre Roma y la Toma del Poder

En octubre de 1922, Mussolini organizó la»Marcha sobre Rom». El objetivo era forzar la renuncia del gobierno y presionar al rey Víctor Manuel III para que lo nombrara primer ministro. Miles de»camisas negra», como se conocía a los escuadristas fascistas, financiados por industriales del norte, marcharon sobre la capital.

El primer ministro Luigi Facta solicitó al rey que declarara el estado de sitio para detener la marcha, pero Víctor Manuel III se negó, temiendo una guerra civil. Ante la pasividad del gobierno y la presión de los fascistas, el rey cedió y encargó a Mussolini la formación de un nuevo gobierno.

La Consolidación del Estado Fascista

Inicialmente, el gobierno de Mussolini incluía a fascistas, liberales, nacionalistas y demócratas. Sin embargo, a partir de 1922, Mussolini fue consolidando su poder y construyendo un estado totalitario.

  • Eliminación de la Oposición: Se suprimieron los partidos políticos, sindicatos y la libertad de prensa. Se creó una policía secreta (OVRA) para perseguir a los opositores al régimen.
  • Control del Parlamento: Se estableció el Gran Consiglio del Fascismo, presidido por Mussolini, como el órgano supremo del partido y del estado. Las elecciones parlamentarias de 1924 se llevaron a cabo en un clima de violencia e intimidación, lo que aseguró una victoria aplastante para el PNF.
  • Sistema Corporativo: Se implementó un sistema corporativo que buscaba eliminar la lucha de clases mediante la intervención del estado en la economía. Se crearon corporaciones por ramas de actividad, integradas por representantes de patrones y obreros, pero controladas por el gobierno.
  • Autarquía Económica: Se impulsó una política económica autárquica, buscando la autosuficiencia nacional y reduciendo la dependencia de las importaciones.

Para 1925, Italia se había convertido en un estado totalitario bajo el control de Benito Mussolini y el Partido Nacional Fascista. El régimen fascista italiano se caracterizó por su nacionalismo extremo, su culto al líder, su uso de la violencia y la represión, y su política exterior expansionista, que culminaría con la entrada de Italia en la Segunda Guerra Mundial en 1940.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *