El Ascenso del Nazismo: De Partido Radical a Dictadura Totalitaria

La Formación del Partido Nazi

Hitler comenzó su carrera política en un pequeño grupo extremista y agresivo, con eslóganes anticapitalistas. En 1920, este grupo hizo público su programa y fundó el Partido Nacionalista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP). En 1921, Hitler se puso al frente del partido, lo reorganizó y le dotó de un carácter violento con la creación de unos escuadrones paramilitares, las SA, que eran los encargados de amenazar a sus adversarios. Hitler añadió un componente antijudío al partido y adoptó emblemas similares a los del fascismo italiano. En 1923, después de un golpe de estado fracasado contra la República de Weimar, Hitler fue condenado a seis meses de prisión. Durante este periodo escribió el Mein Kampf, que expresa su pensamiento y su programa político: desprecio por la democracia parlamentaria, odio al bolchevismo y necesidad de un liderazgo único y fuerte para dirigir al pueblo alemán. Cuando salió de la cárcel, Hitler y su liderazgo político se habían reforzado. Ya era reconocido como Führer y en 1925 creó su propia milicia, las SS. La mejora de la situación económica y social entre 1924 y 1929 hizo perder terreno a los nazis, que se vieron obligados a frenar su actividad antiparlamentaria.

La Llegada al Poder del Nazismo

La coyuntura económica difícil derivada de la crisis de 1929 fue la que dio otra oportunidad a los nacionalistas. El aumento del malestar social favoreció la difusión de su discurso radical y provocó la polarización política. Así pues, en las elecciones de 1932 salieron elegidos 196 diputados nazis y 100 comunistas. Ante este resultado, las fuerzas conservadoras, más alarmadas por la influencia comunista que por el nazismo, se estimaron más llegar a un acuerdo con Hitler. Y en enero de 1933, este fue nombrado canciller en un gobierno de coalición. Hitler juró la constitución, pero su intención era convertir la república en un estado autoritario. Las razones del éxito electoral de los nazis las encontramos en el apoyo que encontraron en las clases medias, los campesinos sin tierra y los obreros desesperados ante la miseria y el desempleo. Por otro lado, su nacionalismo radical les hizo ganar adeptos entre los militares y antiguos combatientes y entre la burguesía que quería un poder fuerte.

El Camino a la Dictadura

La construcción del estado autoritario comenzó el mismo año 1933, cuando Hitler consiguió el permiso del presidente Hindenburg para poder disolver el parlamento y convocar nuevas elecciones, que fueron fijadas para el día 5 de marzo. Un decreto del gobierno prohibió la prensa y las reuniones de los opositores. Los registros y las persecuciones se multiplicaron, mientras que en la calle los camisas pardas sembraban el pánico y el terror. El 27 de febrero se produjo el incendio del Reichstag, del que fueron inculpados falsamente los comunistas. Esto sirvió de excusa para suspender las libertades individuales, suprimir el control judicial sobre las detenciones y restablecer la pena de muerte. En estas condiciones, el partido nazi obtuvo la mayoría. Y por su parte, la izquierda asumió un 30% de los votos. Hitler necesitaba tener el apoyo de los diputados del centro católico para que el parlamento le concediera plenos poderes y la facultad de promulgar leyes sin necesidad de trámite.

La Pureza Racial

Un elemento para conseguir la total cohesión ideológica y social del pueblo alemán era procurar la pureza racial. Se afirmaba que la raza aria era la protegida por medio de la exclusión de aquellos que presentaban alguna discapacidad física, de las minorías étnicas, los disidentes… porque presentaban un peligro para el orden social. Es más, se difundió la natalidad de los verdaderos arios y se adoptaron un conjunto de medidas eugenésicas con el fin de esterilizar a los individuos que tenían enfermedades hereditarias. Sin embargo, la cuestión racial que tomó más magnitud fue la persecución de los judíos. Las causas del antisemitismo alemán hay que buscarlas en el deseo de ofrecer a la nación alemana una explicación fácil de sus infortunios, una cabeza de turco a la que pudieran atribuir todas las responsabilidades. Además, algunos judíos tenían grandes fortunas, lo que provocaba el resentimiento de una parte de la población. La política antijudía pasó por varias fases. En 1933 se promulgó el boicot a los negocios de los judíos. En 1935 se dictaron las Leyes de Nuremberg, que impedían los matrimonios mixtos y excluían a los judíos de la ciudadanía de Alemania. Y finalmente, el 9 de noviembre de 1938, apareció la llamada Noche de los Cristales Rotos, en la que fueron detenidos miles de judíos y algunos de ellos fueron asesinados, sus comercios fueron destruidos y las sinagogas fueron incendiadas.

Expansión Territorial

El régimen nazi no puede entenderse sin su vocación expansionista. Hitler vinculó estrechamente la formulación de la superioridad racial con su voluntad de implantar un nuevo orden en Europa asentado en el dominio germánico. Por eso, la política exterior del régimen fue un condicionamiento fundamental del nazismo, hasta el punto de determinar la acción de gobierno.

En primer lugar, Hitler lideró las protestas contra las condiciones del Tratado de Versalles y la humillación que representaban para el pueblo alemán. Pero su proyecto de política exterior no pretendía solo un retorno a las fronteras anteriores. Apuntaban más lejos, en la construcción de la política del Gran Reich alemán, un imperio que había de comprender todos los territorios de habla alemana y tenía que someter o conquistar el espacio vital necesario para el pueblo alemán: los pueblos eslavos, considerados racialmente inferiores y débiles. Este proyecto conllevaría la ocupación directa de nuevos territorios, que habían de quedar al servicio de la raza superior, y también la aniquilación de su máximo enemigo: el bolchevismo. Finalmente, se consideraba que otros pueblos, como Italia y sobre todo Gran Bretaña, tenían derecho a construir su propio espacio vital debido a su comportamiento racial. Así pues, se podía llegar a un acuerdo con ellos y acometer sin interferencias la conquista del este y el dominio de Europa.

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